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lunes, 14 de agosto de 2017

EDITORIAL: ODIAR AL OPRIMIDO Y AMAR AL OPRESOR.

El Bolsón (ANPP).-

“El peor analfabeto es el analfabeto político

No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.

No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.(...)”

Bertolt Brecht


ODIAR AL OPRIMIDO Y AMAR AL OPRESOR

Aquí estamos, hoy Domingo 13 de Agosto a 13 días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado y en un día de votaciones nacionales donde se dirimen los candidatos a las próximas elecciones legislativas en octubre. Pareciera que hoy no debiera hablarse del tema de Santiago, sin embargo creemos que hoy más que nunca debe estar presente. Ya que Santiago “desapareció” en manos de la gendarmería bajo órdenes directas del gobierno nacional de Cambiemos. Gobierno que hoy parece ser ratificado con estas votaciones.

Podemos decir, que hace rato descreemos de esta forma de “democracia representativa”, en donde dirigentes políticos deciden por un pueblo que los votó, pero que eso no significa luz verde para que hagan lo que quieran, sino que debieran estar al servicio del mismo. Pero también sabemos que en esta gran contradicción, muchas veces preferimos que no gane la derecha. Así de simple, derecha que ganó desapareciendo a un pibe por ser solidario; que está al servicio de los grandes terratenientes como Benetton y Lewis; que reprime a los trabajadores y trabajadoras que reclaman por sus puestos de trabajo; que trata de terroristas, desaloja y reprime a los pueblos originarios; que hace que  el sueldo alcance para cada vez menos; que le quita derechos a los jubilados, discapacitados, a la población más vulnerable en general; que quiere una educación al servicio de las multinacionales; y la lista puede seguir. Derecha encarnada en el gobierno de Cambiemos.

¿Sorprende?¿Nos indigna?¿Bronca?¿Entristece?¿
Deprime?¿Qué hace a la gente odiar al oprimido y amar al opresor? Como ya dijimos otras veces, mientras no ganemos la batalla cultural, mientras los medios hegémonicos sigan siendo los que enseñan y muestran la realidad como quiere el poderoso que se vea, se seguirá hablando de que las mujeres hacen pintadas y queman patrulleros y no de los femicidios que se suceden cada menos de 24 horas en Argentina; o del creciente movimiento de mujeres organizadas que existe en nuestro país. También se hablará de los "soldaditos" que venden droga en los barrios, o de los menores que roban y no de los casos de gatillo fácil que se dan cada 25 horas en Argentina; o de los pibes y pibas que no tienen oportunidades y menos aún de los y las que militan en los barrios. Así mismo tampoco se hablará del desempleo creciente, de las miles de familias que se quedan en la calle y sí se hablará de los piquetes y los cortes de tránsito. Y además de todo esto, se seguirá negando la pre-existencia de los pueblos originarios y el derecho ancestral a ser parte del territorio, y se creerá y afirmará que los mapuches son terroristas.

Entonces, que no nos sorprenda, cuando sabemos perfectamente cómo funciona el mecanismo de la derecha, que si algo tiene es que por fin encontró una forma eficiente de llegar al poder y perpetuarse. Pero que sí nos enoje y nos sirva para ser miles más reclamando por aparición con vida de Santiago Maldonado, pero también de Julio López, de Cristian y Genaro Calfullanca, de todas las mujeres desaparecidas y asesinadas por el sistema heteropatriarcal. Qué también nos sirva, para ser más solidarios, para construir desde abajo con l@s otros, para no transar, para saber quién es el compañero y la compañera y quién es el enemigo. Para dejar de ser analfabetos políticos como bien decía B. Brecht, debemos seguir creyendo en que la alternativa está en las luchas en las calles, pero siempre creyendo en la educación y en la concientización, ejerciéndola y activándola donde estemos.