28 de marzo (RNMA).-
Sin dudas, ésta era una noticia ansiosamente esperada y anticipada por todo el movimiento feminista y de mujeres. La Corte Suprema de Justicia de Tucumán absolvió el día lunes a Belén,
la joven que estuvo presa entre marzo de 2014 y agosto de 2016 con una
condena a ocho años de prisión por "homicidio agravado por el vínculo",
por un supuesto aborto.
Desde el programa Enredando las Mañanas nos comunicamos con Luciana Gramaglio, una de sus abogadas defensoras, quien no dudó en afirmar que la lucha por la libertad de Belén “es de todas las mujeres, de todas las mujeres del país y podemos decir que ha traspasado fronteras, así que de todo el mundo”.
Desde el programa Enredando las Mañanas nos comunicamos con Luciana Gramaglio, una de sus abogadas defensoras, quien no dudó en afirmar que la lucha por la libertad de Belén “es de todas las mujeres, de todas las mujeres del país y podemos decir que ha traspasado fronteras, así que de todo el mundo”.
Sin embargo, aunque la trascendencia escapa a lo local, claro está
que en Tucumán ha tenido especial repercusión. “Aquí la verdad es que
está todo bastante movilizado, es un gran triunfo para todo el
movimiento de mujeres y un gran paso para seguir luchando por los
derechos de las mujeres”, manifestó Luciana.
Asimismo agregó: “Hoy conseguimos que Belén sea declarada inocente,
es la bandera que levantamos desde que conocimos el caso en todo el
país. La Corte Suprema de Justicia dio la razón. Belén es inocente,
Belén nunca tuvo que estar presa, nunca tuvo que estar condenada por un
aborto espontáneo que sufrió. Fue toda una criminalización de un sistema
de salud, de un sistema policial y de un sistema judicial sin
perspectiva de género”.
Al respecto, la letrada destacó que el caso estuvo completamente
viciado desde un principio: “Tenía una condena moral establecida desde
que ella puso un pie en el hospital. Los médicos los policías que
intervinieron en el primer momento, constantemente la estuvieron
criminalizando, violentando, violando sus derechos, de ahí pasamos a un
sistema judicial que no hizo menos, hizo más. O sea, siguió vulnerándola
en sus derechos, en su defensa”.
La lucha por la libertad de Belén y el derecho al aborto
La bandera de la libertad de Belén se convirtió también en la
posibilidad de volver a instalar con fuerza el derecho al aborto y de
evidenciar la manera en la que todas las instituciones están atravesadas
por presupuestos y normas profundamente machistas y patriarcales.
En su caso, el entramado institucional se extendió a todos los
ámbitos. En el judicial, según explicó Gramaglia, la Sala 3° de la
Cámara Penal de Tucumán pretendió enviar un claro mensaje y es que “las
mujeres tienen por imposición ser madres y, si no lo son, o van a la
cárcel o mueren”.
En este sentido consideró: “la criminalización o la penalización del
aborto como está planteado hoy en Argentina causa esto, causa que haya
una mujer presa por un aborto espontáneo, o que se mueran mujeres por
miedo a asistir a la asistencia pública porque se las denuncia”.
Por eso la importancia de este fallo que “es realmente un precedente
para seguir luchando y poder adquirir el derecho al aborto. Hoy en día
no podemos negar que por más que esté penalizado hay cerca de 522 mil
mujeres que se hacen abortos anualmente de manera clandestina e
insegura”.
Derecho a la confidencialidad
La bogada destacó uno de los pasajes centrales del fallo que se
conoció esta semana, expuesto por el vocal preopinante Dr. Posse, en
relación a la violación del secreto profesional y que es según Gramaglia
como comúnmente se dan las causas que llegan con aborto a los
hospitales.
“Los médicos suelen denunciar a las pacientes sea que hayan venido
con aborto espontáneo o provocado. Las denuncian para que sea la
justicia la que luego las condene. Esa violación que hacen los médicos
de un derecho a la confidencialidad que tenemos todas las pacientes, es
un delito. Entonces hoy el fallo sienta bases al decir que los médicos
no te pueden denunciar, que vos tenés un trato atravesado por los
derechos humanos cuando asistís a una asistencia pública”, afirmó la
defensora.
Un nuevo comienzo
Es inevitable pensar en las marcas, que más de dos años de injusto
encierro, dejarán en el cuerpo y en la vida de Belén. Sin embargo,
cuando le preguntamos a Luciana acerca de su estado de ánimo, no dudó en
afirmar que Belén, hoy, está feliz. “La absolución nos la esperábamos,
pero no para ayer, pero se dio y está muy contenta, muy feliz,
acompañada de su familia. Está muy fuerte y sobre todo agradece de
corazón a todas aquellas personas que han luchado por ella y que han
creído en ella”.
Hoy el movimiento feminista y de mujeres está de festejo. Está
disfrutando una conquista, un logro colectivo y la alegría de saber a
Belén absuelta. Pero esa alegría conlleva también el compromiso y la
responsabilidad de seguir exigiendo la libertad de muchas otras aun en
las cárceles de esta justicia patriarcal, como Higui en provincia de
Buenos Aires o Dayana Gorosito en Córdoba.