Cuando la
organización nace en los barrios y no se impone desde arriba, la utopía de
charla de café queda en palabras vacías, ante un ejemplo vivo de un mundo más
justo. En mayo del 2007 en Bariloche, se desprende de la revista Al Margen, la cooperativa
L.A.B.U.R.A.R. Una escuela informal de oficios, que ha incorporado
con éxito, adolescentes, jóvenes y adultos que estaban marginados o en situación de riesgo social. Además de una maduración en la línea de trabajo, con los jóvenes que hacía más de cuatro años, se desenvolvían como vendedores de la revista. La escuela tiene como base la práctica y los chicos que entran, aprenden mientras van trabajando y al mismo tiempo cobran su trabajo. De esta forma se pueden capacitar personas que no tienen la posibilidad de pasar años estudiando, para después poder salir a trabajar con un título en la mano. A la hora de cobrar, el dinero se divide por horas de trabajo, y no importa si el trabajador es uno de los coordinadores, un capacitador o uno de los aprendices.
con éxito, adolescentes, jóvenes y adultos que estaban marginados o en situación de riesgo social. Además de una maduración en la línea de trabajo, con los jóvenes que hacía más de cuatro años, se desenvolvían como vendedores de la revista. La escuela tiene como base la práctica y los chicos que entran, aprenden mientras van trabajando y al mismo tiempo cobran su trabajo. De esta forma se pueden capacitar personas que no tienen la posibilidad de pasar años estudiando, para después poder salir a trabajar con un título en la mano. A la hora de cobrar, el dinero se divide por horas de trabajo, y no importa si el trabajador es uno de los coordinadores, un capacitador o uno de los aprendices.
Laburar es
requerido desde hace años, para realizar trabajos de jardinería, de
construcción en seco, alambrados, lechos drenantes, instalaciones de agua o
construcción de cabañas, entre otros trabajos.
En los
últimos tiempos, el crecimiento los llevó a dividir en dos las coordinaciones,
y mientras una se sigue dedicando a trabajos particulares; la otra incursionó
en la obra pública. La primera sostiene
el crecimiento de la segunda, que necesita cumplir con gran cantidad de
requerimientos burocráticos para poder realizar obras estatales.
El mejor
alumno y el mejor ejemplo.
Gerardo
Cortes, o “el Chela”, es el presidente de la cooperativa y atravesó todo el
proceso del colectivo. Fue vendedor de Al Margen, empezó con los talleres de
oficio y ahora coordina las obras. Acaba de terminar el secundario, siendo
elegido el mejor alumno, y enseña con el ejemplo a los pibes que recién
empiezan. Según nos cuenta, “la idea es seguir creciendo y aprendiendo. Para la
obra pública, tuvimos que tomar más gente y capacitarnos más. Estamos en
contacto con arquitectos y nos sirve un montón”.
La obra más
relevante para la cooperativa, fue la terminación del CIC (Centro Integrador
Comunitario), de la Ciudad de Bariloche. “La gente del barrio no le prestaba
mucha atención, y las dos veces anteriores llegó el dinero y se lo robaron. Hoy
estamos en la Mesa de Gestión del CIC, junto a otras organizaciones y
vecinos, además de realizar las
terminaciones del edificio. Es un lugar importante, y se pueden hacer muchas
cosas desde ahí”, nos contó el Chela.
Una
cooperativa que trabaja desde y para los jóvenes en situación de riesgo social,
que sigue creciendo día a día, con la lógica de la solidaridad por sobre la
ganancia; de ayudar y construir espacios más justos, para los que el sistema
les saqueó las oportunidades. Un espacio así, es el ejemplo más claro, que una
realidad distinta es posible.
Para
contactarse con L.A.B.U.R.A.R: (02944) 467728 – 467765