Por Alberto Santillán
A 9 años del asesinato de mi hijo Darío y de Maxi, sigo esperando que la Justicia, a cargo del Juez Federal Ariel Lijo y el fiscal federal Miguel Angel Osorio, se digne a llevar adelante la postergada investigación de los autores intelectuales que ordenaron y planificaron la represión que terminaría con el cobarde asesinato de dos jóvenes luchadores populares y más de 30 heridos.
Nueve años de lucha y movilización lograron condenar a prisión perpetua al ex Comisario Fanchiotti y al ex Cabo Acosta de la Policía Bonaerense, asesinos materiales de mi hijo Darío y de Maxi. Pero los responsables políticos e intelectuales siguen libres, amparados por la impunidad de acuerdos políticos oscuros y complicidades perversas.
Los responsables políticos y penales del asesinato de Darío y Maxi son el ex presidente Eduardo Duhalde y actual candidato a presidente; el ex gobernador Felipe Solá, actual diputado nacional y precandidato presidencial del Peronismo Federal; Juan José Alvarez, ex secretario de Seguridad de Duhalde y actual diputado nacional en alianza con el kirchnerismo; Jorge Vanossi, ex Ministro de Justicia de Duhalde y ex diputado nacional por el macrismo; Carlos Soria, ex jefe de la SIDE durante el gobierno de Duhalde, actual intendente de Roca, y candidato a gobernador de la provincia de Río Negro por el peronismo; Alfredo Atanasof, ex Jefe de Gabinete de Duhalde y actual diputado nacional por el Peronismo Federal; Oscar Rodriguez, ex Vice Jefe de la SIDE, nombrado por Néstor Kirchner en el año 2008 consejero en la embajada argentina en Uruguay; Jorge Matzkin, ex Ministro del Interior y actual operador político del Peronismo Federal y empresario de medios en la provincia de La Pampa; y Aníbal Fernández, ex Secretario General de Presidencia durante el gobierno de Duhalde, encargado tras el asesinato de Darío y Maxi de “embarrar la cancha”y deslindar responsabilidades del gobierno frente a los medios, y actual Jefe de Gabinete del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Ninguno de los anteriores fue investigado, cuando se cuenta con sobradas pruebas de la existencia de un plan represivo con reuniones previas, directivas y complicidades necesarias, una autoría ideológica y responsables políticos del asesinato de Darío y Maxi. Tanto la Justicia como los sucesivos gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández prometieron impulsar la investigación y nunca cumplieron, lo que los hace cómplices del asesino Duhalde y sus secuaces / socios.
El dolor por la ausencia de mi hijo y la impotencia por no ver a los autores intelectuales tras las rejas se agigantan al tener que escuchar que, impunemente, Duhalde se muestra como “garante de gobernabilidad”, y dice saber cómo “se pacifica y ordena”. Darío y Maxi comprobaron con su propia vida lo que eso significa. Por eso, y porque sabemos que el asesinato de Darío y Maxi es parte de un dolor colectivo, es que decimos: Duhalde lo único que puede ser es candidato a la cárcel.