El Bolsón (ANPP).-Bajo este slogan se discutió y aprobó hace un mes la ley que iguala los derechos civiles y repara una discriminación histórica con las personas que tienen una elección sexual no heterosexual.
Por supuesto, esta ley, llamada de matrimonio igualitario, no corrige la discriminación ni la homofobia de una sociedad con una herencia católica tan fuerte. La religión y su falsa moral construyeron y forjaron un pensamiento y un sentir centrado en la figura del hombre heterosexual, blanco y católico que dominaba el hogar y la vida pública. Dicho esquema de pensamiento provocó en toda la población un profundo dolor, tanto en la victimas excluidas, sean mujeres o personas con sexualidades disidentes, pero también dolor en el mismo hombre presionado socialmente a representar un rol impuesto, es decir un esquema que no le servía a nadie más que a la religión y sus bajos intereses.
En nuestro país los colectivos feministas, de género y de lesbianas, gay, travestis y trans desde hace décadas vienen peleando por sus derechos y por visibilizar su problemática. En nuestra comarca el grupo Puertas Abiertas Al Sur, junto a un grupo grande de personas que apoyan esta lucha, desde hace unos años organizan “LA MARCHA DEL ORGULLO”, charlas, acciones directas de concientización y programas radiales de un modo constante y han conseguido un respeto y un apoyo muy importante en la comarca.
De más está decir, que aun falta mucho por recorrer para llegar a ser una sociedad que pueda llamarse igualitaria y que rompa con los prejuicios y la discriminación. Esta ley es un avance importante, un paso más en la igualdad de derechos entre las personas y un golpe duro a la derecha fascista que continua intentando imponer el modo en que deben vivir las personas.
Editoriales ANP
