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domingo, 14 de marzo de 2010

PETROLEO: DONDE PONER EL OJO


(Fabiana Arencibia – Red Eco) Argentina - El martes de esta semana, la privatizada YPF, a manos de la multinacional de capitales españoles Repsol, anunció que importará 50 millones de litros de nafta, alrededor de un 20 por ciento de lo que produce en un mes.
La empresa cargó sus tintas contra las competidores Shell, Esso y Petrobras que “bajaron la producción, el procesamiento de crudo y la distribución de combustible”, obligándola a que importe para cubrir la demanda.
Pero además las empresas petroleras antedichas, venden sus combustibles más caros que la española. ¿Cómo accionar ante esta competencia “desleal”? Sacando el producto del mercado para que Repsol no pueda cubrir la demanda y finalmente ponga a tono sus precios con los del resto.
Quizás sea esto una especulación “empresarial”. Pero los gigantes de los negocios tienen larga trayectoria en planchar a las competencias.
En coyunturas como las actuales, nos deberíamos también preguntar qué pasó hoy con Enarsa. Pero además recordar el lanzamiento por parte de la presidenta Cristina Fernández de los proyectos Petróleo Plus y Refinación Plus en noviembre de 2008, con el objetivo de reemplazar el plan de exploración de Enarsa por otro de explotación y exportación de las petroleras privadas, en especial de la Pan American Energy.
Para ver más allá de la punta del iceberg y entender por qué algunos cálculos hablan de que en 2012 casi no tendremos petróleo deberíamos recordar lo que pasó en los años 90.
Desde la década “menemfame”, el modelo privatizador de los vende patria de turno atrapó también a nuestros recursos naturales abriendo las puertas a las multinacionales mineras y petroleras.
En el caso de los hidrocarburos, la ley vigente hasta entonces establecía que “los yacimientos de hidrocarburos (…) pertenecen al patrimonio inalienable e imprescriptible del Estado Nacional”.
Pero el proyecto neoliberal tenía como uno de sus pilares la destrucción del Estado en cuanto a regulador de las relaciones económicas y sociales, y su absoluto reemplazo por el incorpóreo “mercado”. Por eso en el debate de la reforma constitucional de 1994, una de las modificaciones (art.124) estableció que “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.
Fue el primer paso, al que lo antecedieron varios decretos desregulatorios que habilitaron la libre disponibilidad de petróleo y gas y también de las divisas que se obtuviesen por las exportaciones, sumadas a la libertad de mercado para poner los precios internos de los combustibles.
Pero el gobierno de Néstor Kirchner avanzó otro paso más. En el año 2003 firmó el decreto 546 por el cual se les permitió a las provincias licitar áreas libres que no estaban aún concesionadas por la Nación. Finalmente el broche de oro lo dio también durante su presidencia al enviar los proyectos que fueron ley, conocidas como Ley cota y Ley larfa. Estas leyes reglamentaron el ejercicio de la reforma del 94 y efectivizaron la provincialización de los recursos nacionales pero además eximieron de impuestos a las petroleras, quienes pueden exportar sin que el Estado sepa si lo que declaran se ajusta a la realidad.
Desde 1990 a la actualidad se han exportado más de 150 mil millones de dólares (más de tres veces el monto de las reservas actuales del Banco Central). Hoy las petroleras por su venta solamente en el mercado interno ganan 7 dólares por cada uno que invierten.
Hay un dicho popular que versa: “La culpa no es del chancho sino de quien le da de comer”. Las empresas hacen sus negocios y su objetivo es obtener la mayor ganancia posible. Por lo tanto es el Estado quien debe poner freno contundente a sus apetencias.
En momentos en que la lectura política de nuestra realidad cotidiana pasa por tener que tomar posición por “lo menos malo” para frenar el avance de una derecha que solo se la ve por fuera del gobierno, estaría bueno empezar a pensar soluciones alternativas a los problemas estructurales de nuestro país como el de la energía y el de la deuda externa.
Para el Secretario General de FeTERA, José Rigane, deberían eliminarse los decretos desreguladores, sancionarse por incumplimiento de obligaciones a las empresas que agotaron nuestras reservas.
Pero además propone “la inmediata puesta en vigencia de controles y fiscalización en los pozos de petróleo y gas, donde las empresas privadas extraen recursos no renovables y no hay un solo control estatal; todo se declara mediante planillas de declaración jurada a partir de las cuales se calculan los impuestos”.
Y finaliza afirmando que “la salida es la recuperación soberana de nuestros recursos y empresas. La salida tiene que ver con la inmediata intervención del Congreso Nacional, desmantelando el andamiaje jurídico creado para facilitar el saqueo de nuestros recursos y construir una política energética soberana en manos del Estado y del Pueblo Argentinos”
Blancos o negros no son las únicas opciones válidas para analizar una realidad y decidir cambiarla realmente.