Como hijos e hijas estamos acá porque entendemos que todos estos años de lucha no son en vano, y que la traducción más exacta de lo que hacemos es cada compañero y compañera que a pesar de la política del miedo y el silencio eligen estar presentes.
Un estar presente que nos urge. Un estar presente que demanda, que exige, que combate la injusticia.
La misma injusticia que alentó a los jóvenes del 70 a organizarse, a preocuparse y a ocuparse…
Ocupar asambleas, fábricas, escuelas, universidades, barrios,espacios colectivos donde el otro- la otra eran todos.
Donde las necesidades y las ideas eran todos.
Donde todos y todas se proyectaban en un andar haciendo, en un hacer luchando.
Porque no eran iguales pero se igualaban en la construcción de otro sistema, un sistema que deviniera en justicia.
Nosotros también buscamos y creemos en la justicia.
Existimos en esa búsqueda.
Pero “justicia” no es lo que pueda decir un juez, con sus garantías de impunidad y penas que no se ajustan a lo que hicieron, ni a lo que siguen siendo, capaces de hacer, los genocidas y sus secuaces; “justicia” no son procesos que niegan la verdad histórica, y retrotraen la teoría de los dos demonios, con jueces y fiscales que niegan el genocidio y avalan penas de 7 años…
Para nosotros, “Justicia” es que haya igualdad y que todos los trabajadores tengan un sueldo digno, “Justicia” es que todos tengamos trabajo y que podamos ir a un Hospital Público que no esté saqueado, “Justicia es la recuperación de la tierra en la organización y las voces de los pueblos originarios, “Justicia” es que no haya más desaparecidos ni perseguidos, ni procesados, ni encarcelados por luchar, “Justicia” es que no haya más mujeres y niñas desaparecidas para alimentar las redes de prostitución, “Justicia” es que todos tengamos Educación pública digna y que no haya pobreza ni hambre, “Justicia” es que todos podamos vivir en Libertad.
Fueron las Madres las que dieron el primer paso cuando dijeron que “justicia será cuando el pueblo sea feliz, cuando todos tengan casa, trabajo, educación y no haya más necesidades”.
Entonces hoy es más necesario que nunca gritar: “Ni un paso atrás”
Los 30.000 somos todos y todas los que hoy nos paramos frente a los gobiernos y a los tribunales para sacudir las consignas que no vamos a traicionar, para recuperar el sentido más profundo del término justicia.
Porque su lucha no fue para que hoy sólo los recordemos, sino para que reivindiquemos sus ideales revolucionarios y sigamos trabajando para construir ese otro sistema que no esté definido por el capital sino por la justicia.
La desaparición de Julio López, la libertad que gozan los miles de genocidas y la impunidad con que los gobiernos y los empresarios siguen saqueando al pueblo nos demanda nuevas resistencias y nuevas luchas, por eso la vigencia de las palabras de Rodolfo Walsh: “..aún si mataran al último guerrillero no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que mueven la resistencia del pueblo no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas”.
H.I.J.O.S. Alto Valle va a vivir 30.000 vidas buscando esa “Justicia”, la fuerza que tenemos es la de las compañeras y compañeros que lucharon por extinguir la injusticia, la desigualdad. Caminamos buscándola, trabajamos para encontrarla, luchamos para conseguirla.
LA FUERZA DE LOS 30.000 renace en todas las luchas y hoy crece junto a las y los docentes de Río Negro que hace un mes están sosteniendo el piquete en Chichinales.
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