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martes, 4 de junio de 2019

NI UNA MENOS- 3J.


 El Bolsón (ANPP).- Por cuarto año consecutivo se realizó en El Bolsón la convocatoria del Ni Una Menos. Desde las 15.30 hs fuimos llegando a la Plaza Pagano, sumándonos de a poco: la mayoría adultas (mujeres y no binaries, algunos pocos varones, algunes niñes y muches adolescentes y jóvenes). Todes con pañuelos verdes y violetas (representantes de la lucha por la legalización del aborto y del feminismo, respectivamente), otres también con pañuelo naranja (separación de la Iglesia y el Estado): en las mochilas y morrales, atados en las piernas, brazos, muñecas y cuellos, en las cabezas, como remeras.

Arrancamos con un siluetazo: quienes querían se acostaban en el piso, en la vereda de la plaza, sobre la avenida; otres compañeres marcaban con tiza su silueta y luego otres rellenaban esa figura con pintura blanca. Otres pintábamos al lado de cada una de las siluetas los nombres de las mujeres asesinadas en la Comarca Andina, la edad al momento de morir y el año de cada femicidio: Otoño Uriarte (17 años-2006), María Angélica Gomba (51 años-2008), Soledad Murgic (16 años-2010), Graciela Angulo (36 años-2011), Evangelina Catalán (45 años-2014), Jesica ‘Coco’ Campos (26 años-2015), Marina Beatriz Cañumán (51 años-2016), Inés Bayer (2018).

No es menor recordar que el siluetazo es una práctica estético-política que visibiliza y constituye en sí misma una resistencia frente a la violencia del terrorismo de Estado, articulando el arte con una demanda social colectiva. Su origen fue en la -¿última?- dictadura cívico-religiosa-militar y fueron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo quienes la llevaron adelante, reclamando la aparición con vida de les miles de desaparecides en los años 70. Luego fue replicada en muchos otros países de Latinoamérica. Hoy los feminismos y las luchas colectivas de mujeres, personas no binarias y trans las recuperamos para resistir y denunciar estas violencias hétero-patriarcales, cuya dimensión y urgencia los Estados no reconocen y, consecuentemente, no accionan políticas públicas que las atiendan, las contengan y las prevengan. En lo que va de este año, ya son 133 las víctimas de femicidios en Argentina.

Alrededor de las 16.30 hs comenzamos a marchar. Ocupamos las calles, las llenamos de banderas y colores: Mujeres en Libertad, Socorristas en Red Comarca Andina, Campaña por la Legalización del Aborto, Absolución para Higui ya!, Nuestrxs cuerpos nuestrxs territorios; fotos de las que ya no están; nos abrazamos, nos reimos, tomamos mates, cantamos, gritamos, lloramos, nos enojamos y nos volvimos a abrazar. Caminamos por la Avenida San Martín, pasamos por el Hospital, por la Comisaría (como siempre: sacaron la bandera, se escondieron adentro y desde la ventanita y con un teléfono celular nos filmaron), volvimos a la Plaza. Finalizamos esta instancia con la lectura del documento nacional y otro que produjeron docentes participantes del espacio de formación ‘La construcción del proyecto escolar desde un posicionamiento político-pedagógico’, organizado por la UNTER Seccional El Bolsón.

A las 18.30 hs se presentó en la Casa del Bicentenario el documental ‘Femicidio. Un caso, múltiples luchas’, actividad gestionada por el Consejo Local de las Mujeres de El Bolsón. Fuerte la historia de Mara, quien realizó el documental: su mamá fue víctima de un femicidio en el año 2005 y ella relata en primera persona su vivencia: antes, durante y después de ese hecho que la marcó profundamente. Relata cómo fue resignificando lo que llamaban ‘crimen pasional’ en un femicidio; cómo fue descubriendo que eso que ella creía una desgracia personal no tenía nada de singular y se inscribía en una lista interminable de muchas otras víctimas asesinadas por varones puntuales, sí, y por la sociedad violenta machista entera, también.

Ya era de noche y más de las 20 hs. Algunas lágrimas, más mates, más abrazos. Ni une menos.