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domingo, 16 de octubre de 2016

EDITORIAL. LAS VOCES QUE SURGEN DEL SILENCIO.

El Bolsón (ANPP).-

Que pensamientos nos trae cada 12 de octubre, símbolo del colonialismo y el sometimiento de los pueblos, los cuerpos, las ideas y los territorios. Aún hoy continuamos asistiendo a expresiones de este genocidio, que lleva más de quinientos años y pareciera no tener fin. Siguen los desalojos, los presos políticos indígenas, las muertes, el saqueo de plantas medicinales nativas, la modificación de cultivos… Como dijo Marx: “El capitalismo aparece sudando sangre y lodo por todos los poros”, se reacomoda y vuelve a arremeter con otras estrategias.
Pero también hay un 11 de octubre que simboliza la lucha y la resistencia, el último día de libertad, que es también el primer día de liberación.
Durante cuatro siglos hubo oleadas de luchas contra los conquistadores. El Toqui Lautaro desde el 1550 y su pueblo mantuvieron al margen del territorio mapuche al español, Tupac Amaru es el símbolo de la resistencia de los pueblos andinos. Encabezó una insurrección en 1780. En 1782 Bartolina Sisa junto a Tupac Katari se revelaban contra el orden conquistador con todo el pueblo Aymara. En Norteamérica la última gran batalla del pueblo sioux se dio en 1876, cuando lograron exterminar al Séptimo Cuerpo de Caballería dirigido por el general Custer en la batalla de Little Big Horn. En Argentina, entre 1878 y 1885 fue el genocida Roca quien encabezó la definitiva “conquista del desierto”. Ese desierto poblado de pu lof, de historias y sabidurías, que no pudieron silenciar.
Hoy en día, prácticamente en toda América Latina, hay una resistencia generalizada de los pueblos originarios, que enfrentan junto con toda la población explotada;  la miseria que impone el capitalismo y el dominio del imperialismo yanqui sobre las mentes y los territorios. Han estado en primera línea Ecuador y Bolivia, donde los pueblos originarios son mayoritarios entre la población. En todos los países hay crecientes acciones de denuncia al despojo y apoyo a los reclamos de pueblos originarios, que claman por  tierras y por condiciones de vida dignas. En Rosario hace pocos días, el 31 Encuentro Nacional de Mujeres, donde se propusieron 69 talleres que fueron divididos en cientos de comisiones (más de 300), el taller "Mujeres y Pueblos Originarios" no se desdobló, se organizaron más de 700 mujeres para escucharse, hablarse, encontrarse, esto muestra claramente que la lógica que mencionábamos anteriormente, la que propone una mirada única, que fragmenta y divide en sub sub sub grupos, no es más amplia y plural, no es la "única" forma de asegurar que todas las voces puedan expresarse y ser escuchadas. Más de 700 mujeres, reunidas en un patio de escuela, hablaron, escucharon y volvieron a hablar y escuchar. Las mujeres de los pueblos originarios, nos mostraron que "todas juntas" también es "forma". Contra la actual colonización, hace falta otra independencia latinoamericana, que rompa los mandatos europeizantes, que revalorice y resignifique las cosmovisiones ancestrales y que construya nuevas formas y proyectos de vida situados desde América. Esta tarea nos interpela a todas y todos, la sociedad de la que somos parte esta muy lejos de ser intercultural y plurinacional, aún nos pesan las concepciones racistas,  sexistas y monoculturales que se vienen imponiendo y reproduciendo desde aquel 12 de octubre.
Entonces, nos preguntamos qué es resistir. Hay quienes dicen que resistir consiste en liberar una potencia de vida que se encuentra aprisionada. Resistir supone luchar contra la reducción de nuestras vidas individuales y colectivas al mero flujo de información, proponer y componer encuentros que puedan liberar ciertas potencias, capacidades, fuerzas, buscando en común una forma de vida que las exprese. La dificultad que supone esta actividad creadora en el mundo actual es indudable, y a la vez, tan profunda, que, en ciertas ocasiones, un gesto mínimo de encuentro en la vida (familiar, escolar o política) puede mostrar una potencia insospechada. 
Este encuentro con la vida y la capacidad de resistencia y creación de los pueblos originarios tanto en Abya Yala como en Waj Mapu, nos muestran posibles caminos. Los silencios que tuvieron que adoptar como forma de resistencia, hoy se vuelven voces y  gritos contagiosos. Por eso desde cada rincón de los territorios ancestrales se resiste, se crea y se recrean nuevos mundos posibles.