Bariloche ( Piuké).-¡De pie los pueblos ante la ofensiva extractivista!
En la provincia de Río Negro las corporaciones no aguardaron el recambio de autoridades y sus formalidades para renovar la ofensiva extractivista: en la semana del reciente balotaje presidencial, la bancada de Juntos Somos Río Negro aprobó en primera vuelta y con una velocidad digna de mejores causas cuatro leyes que modificaron sustancialmente el régimen de las tierras fiscales y mejoraron la rentabilidad de la megaminería.
A pesar de la cerrada oposición del pueblo mapuche tehuelche, las asambleas socioambientales y otras expresiones populares, la Legislatura provincial terminó de aprobar las modificaciones en la primera semana de diciembre, cuando buena parte de la sociedad rionegrina sólo tenía ojos para atender a los sucesos institucionales de Buenos Aires.
La celeridad de las y los legisladores nos recuerda la maniobra del 29 de diciembre de 2011, cuando entre los brindis de fin de año y las distracciones vacacionales, el Frente para la Victoria volteó de un plumazo la Ley Anticianuro, que habíamos logrado después de siete años de movilizaciones.
La metodología es la misma: los siempre falaces representantes del pueblo no tienen conflicto alguno a la hora de legislar en contra de la gente que los vota, casi a escondidas, siempre a las apuradas, sin debates ni dilemas morales al asumir sin sutileza alguna sus roles de gerentes empresariales.
El llamativo apuro contrasta con la deuda que mantienen los sucesivos gobiernos de JSRN con el pueblo mapuche tehuelche: hace más de una década que paraliza la continuación del Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas (RETECI) y demuestra absoluto desinterés por avanzar hacia una normativa que instituya la propiedad comunitaria indígena.
La disparidad de velocidades no es casual: saben funcionarios y corporaciones que la manera mapuche de entender la itrofil mongen (toda la vida) es un obstáculo insalvable para el capitalismo en su forma extractivista.
Al concretar su asunción, el gobernador Alberto Weretilneck aseguró: “así como logramos convivir con el gas y el petróleo, vamos a convivir con la minería y conversar, dialogar y entender a cada uno de los que tengan dudas. Respetar el entorno y las condiciones naturales es fundamental. Respetamos a los que dicen no y estaremos al frente los que decimos sí. Entre el no y el sí, tenemos que encontrar algo”.
Aseguramos las asambleas y organizaciones: con la megaminería no hay convivencia posible porque es destructora de todas las vidas y de la cultura de los pueblos. No hay chance de diálogo: al verse involucradas en la maniobra centenares de comunidades que integran el pueblo mapuche tehuelche, el gobierno debe poner en marcha el mecanismo de consulta previa, libre e informada, vigente a escala nacional e internacional. Y debe aceptar la negativa. Nosotres no queremos ni necesitamos su respeto y ya encontramos nuestras certezas: el agua vale más que el oro, queremos agua para nuestros barrios, huertas y campos, no para las mineras. Las corporaciones se tienen que ir ya de los territorios.
El cuadro que asegura más saqueo y contaminación se vino a completar con el insólito Decreto de Necesidad y Urgencia que lanzó desde Buenos Aires el gobierno de La Libertad Avanza, que en la práctica blanquea la presencia de grandes capitales de origen extranjero en la jurisdicción argentina, a la vez que estimula la llegada de nuevos.
La presencia en la región de Joe Lewis, corporaciones mineras trasnacionales, el grupo Benetton y más recientemente de jeques árabes, evidencia que la extranjerización de la tierra es una realidad que lleva más de 30 años en el norte de la Patagonia, pero de prosperar la enajenación que planea el extremismo capitalista se agudizará el proceso de despojo territorial y destrucción de la naturaleza.
Tanto las modificaciones en el régimen de tierras fiscales en Río Negro como la derogación de la Ley Nacional de Tierras 26.737 que procura el DNU, atentan directamente contra las poblaciones rurales y su acceso al agua, perjudican la vida de las mujeres y disidencias campesinas e indígenas, quienes resisten y luchan constantemente en los territorios. El contexto nos excluye aún más como mujeres y disidencias, además de agudizar la feminización e infantilización de la pobreza.
La situación tendrá sus aspectos novedosos, pero también sus continuidades. Nuestra experiencia de 20 años indica que a las apetencias del capitalismo extractivista se frenan en las calles, no alcanza con “likes” de redes sociales o con recolecciones interminables de firmas. Entonces, al cumplirse 12 años de la derogación de la Ley Anticianuro volvemos a pedir su restitución, a la vez que exigimos la derogación de las cuatro normas que, de manera artera y vergonzosa, la Legislatura de Río Negro aprobó semanas atrás. Sean de discurso provincialista, progresista o neoliberal, el saqueo y la contaminación no pasarán.
No es no. Gobierne quien gobierne, la lucha continúa.
¡De pie los pueblos que frenan el saqueo colonial!
Furilofche mew, walüng antü (en Bariloche, tiempo de la abundancia o verano).
29 de diciembre de 2023.
Espacio Asambleario Autónomo (Organización Ecologista Piuke - Espacio de Articulación Mapuche y Construcción Política); Colectivo El Kultrunazo; Pu Pichike Choike; Bloque de comunidades Lofche No a la Minería (Newen Ñuke Mapu, Ancalao, Pulam Lhafken, Rangiñ Plang Curra mew, Pilquiniyeu del Limay y Mariano Solo); Ni Unx Menos Furiloche; Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche Tehuelche de Río Negro; Club Racing de Frutillar; Alma Mestiza Danza;; Asociación Rionegrina de Equipos de Salud (ARES); Lofche Buenuleo; Lofche Roberto Maliqueo y Lof Weñu Ñirihuau.