El Bolsón (ANPP).-
La escuela es un proyecto de la modernidad. Sin darnos cuenta se nos impuso esta fábrica de educar a imagen y semejanza de realidades del “viejo mundo”. Una vez destruidos los pueblos y sus conocimientos, se erige el dispositivo único de enseñanza, la escuela pública. Con esta pesada herencia caminamos hace más de cien años donde los mandatos Sarmientinos, reaparecen en muchas práctica propias y ajenas.
De sus pensamientos sobre los pueblos originarios, salen el desprestigio, la negación, perspectivas curriculares que los anclan en un pasado, a ojos de muchos; por suerte superado.
“¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. (”El Progreso”, 27 de septiembre de 1844)
Su desprecio por los gauchos trae a nuestros días una lógica urbana en los contenidos de enseñanza, donde lo campesino es inferior, sucio; los conocimientos populares inservibles y la construcción del ciudadano, ayudará a abandonar la tierra y engrosar los barrios periféricos de las ciudades.
“Tengo odio a la barbarie popular… La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil… Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad? El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden… Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas”. (Carta a Bartolomé Mitre, del 24 de septiembre de 1861)
El proyecto político educativo y económico de Nación capitalista dependiente, se edifica con la ayuda de la escuela. El "sentido común" se amalgama allí y desde ese sentido común se evalúan y construyen formas de ser, de hacer y de participar o no de lo que nos pasa por enfrente. La indiferencia, la corrupción, el apego más por lo material que por lo humano, todo, todo se enseña y se aprende.
Pero ¿qué hace que muchos defendamos esta institución?
La escuela crítica construye lo público, alimenta ideales y utopías. Desarrolla saberes socialmente productivos, significativos y aporta a la construcción de subjetividades donde no se puede ser sin los otros. La escuela pública crítica, enseña a todos los que participamos de ella; a emanciparnos.
Muchas veces hubo en nuestras historias quienes nos quisieron callar y nos enseñaron la sumisión, pero también muchos otros nos ayudaron a pensar y a levantarnos ante injusticias.
En Neuquén hubo poderosos represores que intentaron callar a un maestro, para callar a todos los demás, para que sus estudiantes no lo quieran imitar y para que todos volvamos a sentir miedo de volver a gritar.
El año que viene se cumplen 10 años del cobarde fusilamiento a la escuela pública, esa institución con vida que nadie jamás podrá matar, porque muchos la seguiremos defendiendo como un espacio de construcción colectiva de saberes, de disputas ideológicas y de encuentro de muchos mundos.
Y son estos explícitos actos terroristas los que hacen que como pueblo nos demos cuenta que no podemos dejar ese espacio de disputa ideológica, de construcción social, de configuración de futuro; sólo en manos de docentes. Que como madres, padres, hermanos, tenemos que participar en Nuestras escuelas, para que sigan siendo nuestras y no de Sarmiento y su lógica de mundo injusto.
Cuando nos preguntamos qué sociedad queremos construir, aparece la lucha interna entre los legados recibidos desde todos los ángulos, pero donde cada vez se escuchan con más fuerza las voces de colores, las historias de los abuelos, las plantas que curan, las miradas que cuestionan la argentinidad nacionalista, la solidaridad y la igualdad.
No por nada el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) pretende instalar las escuelas de jornada completa, desconectando cada vez más a padres y madres de sus niños, permitiendo jornadas de trabajo cada vez más largas sin tener que ocuparse de ellos, adoctrinamiento completo, sin intervención social en la escuela por parte de la comunidad educativa. Es que varios modelos de escuela están en lucha cotidianamente. Cada día, en cada escuela.
Entonces, no cabe duda que debemos seguir construyendo esa escuela con la que muchos soñaron y seguimos soñando, donde aprendamos a leer el mundo para seguir transformándolo con compromiso, con acciones, con convicción.
Un 11 de septiembre, Allende, presidente de Chile, dió una clase que quedará en la memoria, defendiendo sus ideales con su vida. Un 4 de abril, muchos años después, Carlos Fuentealba también daba una clase de amor y transformación en la calle, pero aún se sigue festejando "el día del maestro" un 11 de septiembre en honor a Sarmiento. Habrá que ver qué es lo que festejamos, porque lo simbólico también enseña. ¿Qué maestros se festejan? ¿los del modelo sarmientino?
El 10 de septiembre, FM Alas cumplió 29 años. Un ejemplo de creación colectiva, de aprendizaje y enseñanza, de construcción y revisión. Es que los medios de comunicación del pueblo son escuela de organización popular. Es que 29 años son muestra de muchos procesos que fueron en diferentes direcciones y no definen un rumbo fijo y determinado. Porque se sigue creciendo y cambiando. Pero bajo algunas claves fundamentales que quedan ocultas en los vaivenes de la trayectoria. Cuatro cuestiones fundamentales a todo proceso de real crecimiento educativo: Persistencia en el tiempo, Compromiso, Creatividad frente a la adversidad, Participación cada día más horizontalista.
Es en procesos como los de FM Alas, donde una nueva escuela se genera. Donde se crean otros sentidos comunes (inconvenientes al sistema capitalista), en donde se promueve la participación en las escuelas.
Fundamental la participación popular en estos espacios, escuelas, medios comunitarios, alternativos y populares, para poder ser protagonista de la transformación social.
De todos los modelos, Sarmiento en nuestro antimodelo.
De igual manera, homenajeamos a todos los Maestros y a todas las Maestras, especialmente a los y las que honran su profesión despertando conciencias para transformar la realidad.