El Bolsón (ANPP).-Tomado de APL.
-¿Cuándo comenzó esta nueva etapa de despojo y cuáles son sus características?
– El pueblo mapuche, desde siempre, ha reivindicado y tratado de recuperar territorio que fue despojado desde el estado chileno. En la últimas décadas se han establecido empresas forestales particulares y multinacionales, con la venia del estado y sin respetar el convenio de la Ley Indígena, a usurpar estas tierras con mayor fuerza. El inicio de esto fue en el año 1978, en plena dictadura de Pinochet, cuando el Chile decidió ser un país en desarrollo, a sangre y fuego, a través de las empresas forestales. Eso se cobró muchas muertes en las comunidades mapuches de todo el país. En los años 90 – ya en la llamada democracia- comienzan con mayor fuerza aún los particulares, principalmente colonos alemanes, a intervenir en las tierras mapuches. A su vez, los mapuches tratan de recuperar sus territorios perdidos y por eso el Estado desata con más fuerza la represión en las comunidades.
-¿Quiénes ahora son los “dueños” de las tierras?
– Hay particulares, que son descendientes de colonos alemanes; hay transnacionales y hay empresas forestales, como Forestal Mininco – principalmente-, que es la que está en ese territorio. Son particulares que se enriquecen y envían su dinero afuera mientras las comunidades empobrecen cada día.
-Te escuchamos referir a cómo se vulnera la Ley Indígena
-Sí, porque se supone que la Ley Indígena sobrepasa a toda otra ley, pues dice que los territorios mapuches no se pueden enajenar, vender ni expropiar. Pero por intereses particulares muy poderosos el Estado ignora la ley indígena y aplica la Ley Antiterrorista y la Ley Interior del Estado.
-¿Qué establecen esas leyes?
Son leyes que vienen desde la dictadura, son leyes de guerra. Dice, por ejemplo, que si alguien atenta contra propiedad particular o estatal es pasible de penas de años de cárcel, de presidio. Hay comuneros a los que les han dado cuarenta años de cárcel en primera instancia y están peleando esas condenas en la cárcel. La represión opera en el intento de desarticular las comunidades. Para esto comenzaron a apresar a las máximas autoridades ancestrales mapuches. Estos son los lonkos y las machis. (Las machis, que pueden ser mujeres y también hombres, son la fuerza femenina que hace la sanación y las encargadas de buscarlas yerbas medicinales para curar a los enfermos. Los lonkos son las máximas autoridades ancestrales de cada territorio).
-Estas comunidades que van por la recuperación de las tierras ¿en qué momento fueron desalojadas?
-Es todo un proceso que viene desde el año dos mil. Distintas comunidades y sectores territoriales del sur de Chile han comenzado sus procesos de recuperación territorial. Una de las principales recuperaciones, y donde ha habido más muertes, es en la región de La Araucanía, estamos hablando de la Novena Región. ¿Cuál es la problemática que tiene el Estado con las comunidades? Primero, que las comunidades, los mapuches, están metiéndose con grandes empresas transnacionales que tienen mucho poder en su relación con el Estado. Entonces eso es un problema para el Estado. En segundo lugar, la conciencia y la capacidad que tiene el pueblo mapuche de sus propias reivindicaciones y por lo cual el estado chileno no tiene cómo hacerles el peso o sea cómo contra argumentar, porque son completamente legítimas y totalmente legales. Y el estado incrementa el ritmo de la ferocidad represiva porque los inversores extranjeros empiezan a temer por sus intereses en territorios que están en conflicto.
-El Estado no tiene argumentación, pero tiene la fuerza…
Claro. Tiene la fuerza. Es lo que pasa con el Estado terrorista. Por otro lado para el estado chileno (más allá del gobierno de turno porque lo hemos visto con Frei, Lagos, Piñera, Bachelet y todos.) esto ha dejado de ser un problema local pasando a ser un problema a nivel nacional.
- ¿Además de la tierra, cuáles son las principales demandas?
- Los movimientos mapuches plantean la necesidad de ser reconocidos constitucionalmente, lo cual está aún pendiente. Esto significaría que por imperio de la Constitución (que hoy está pensada desde Chile y no desde el pueblo mapuche) ellos puedan decidir frente a las situaciones que los afectan y que puedan ser reconocidos en la diferencia, en cuanto a su propio desarrollo económico, político y cultural.
O sea, que sus reivindicaciones sean escuchados como pueblo y no como grupos campesinos desarticulados.
Exacto. Otra cuestión, que es la que me preocupa difundir principalmente, es que el estado chileno muestra hacia afuera este conflicto como un “tema mapuche”, cuando en realidad es un conflicto que viene originado por el poder, desde el mismo estado. A la vez, presenta al mapuche como al delincuente violento que atenta contra los pobrecitos particulares, ya sea colonos o empresas forestales. De este modo oculta la situación de que los mapuches tienen su propio derecho de reivindicación territorial y por querer ejercerlo están siendo reprimidos y encarcelados.
-¿Cuáles son los efectos que tiene sobre la población la actividad de las empresas forestales?
En todo este tema, aparte de ocupar los territorios ancestrales mapuches, las forestales contaminan y devastan el territorio. Se ha talado todo el bosque nativo plantando eucaliptus, con lo cual también se ha reducido el agua porque cada eucaliptus chupa diariamente doscientos litros de agua y entonces los ríos y las napas subterráneas se han secado completamente. Así, no queda agua para el pastoreo ni para la agricultura mapuche. Además, las forestales están continuamente rociando con aviones pesticidas altamente contaminantes para el agua y las siembras de los mapuches.
-¿De qué lugares estamos hablando?
– Las regiones del Bío Bío, Araucanía y Los Ríos, principalmente. En esta última recién ahora se están recuperando ciertos territorios. Entre muchas otras, Temuco, Concepción y Valdivia son ciudades con zona rural, totalmente aisladas y encajonadas por estas forestales de las que hablamos. Hay que considerar que las comunidades son aledañas a las ciudades como referencia geográfica para que se entienda un poco la ubicación. Las comunidades suelen tener un gran número de familias reducidas en sectores muy pequeños territorialmente, que es el espacio que les ha quedado. Entonces están tratando de recuperar el territorio usurpado por las forestales. En esas zonas hay campesinos pobres que son criollos, como les llaman ustedes, o mezcla con mapuches, está la gente de las comunidades mapuches de los cuales muchos se desplazan a la ciudad a trabajar justamente por esta reducción territorial que han sufrido, y está la gente que viene con ascendencia de colonos alemanes o suizos, y que son quienes tienen el latifundio de las tierras dado por el Estado.
-¿Cuántxs comunerxs están en prisión o fueron asesinados por esta lucha?
– En esta situación de represión, son treinta y dos comuneros mapuches presos en distintas cárceles de Chile, en las comunidades están quedando los niños menores de edad – así como los ancianos- siendo reprimidos constantemente con allanamientos violentos, amedrentados a cualquier hora del día. Hay niños con perdigones en su cuerpo y esto no lo dicen los medios de comunicación de Chile. Hay niños que han sido secuestrados por organismos desconocidos de particulares y abandonados lejos de sus comunidades.
Y, dentro del contexto de represión y encarcelamientos, durante el gobierno de Lagos, en el año 2002, el primer comunero mapuche asesinado fue Alex Lemun, un chico de 17 años que estaba en un proceso de recuperación de tierras. Le llegó el balazo de un carabinero por la espalda y murió en el hospital. El carabinero hasta el día de hoy está en servicio. Otro chico fue Matías Catrileo, ultimado por un carabinero, en 2008, en el gobierno de Bachelet, en un proceso de recuperación territorial. También Jaime Mendoza Collio muerto por la espalda por un disparo del cabo de Carabineros Patricio Jara Muñoz durante la recuperación del Fundo Santa Alicia, reivindicado por las comunidades mapuche del sector como territorio ancestral; su asesinato fue en 2009, durante la gestión de Bachelet. No hay ningún responsable juzgado por estos crímenes.