El Bolsón (ANPP).-Frente a la situación que se vive hoy en día en nuestra Patagonia, consideramos oportuno recordar y re difundir la información de otras luchas en las que el pueblo, los pueblos originarios salieron a la calle frente al abasallamiento de un neocolonialismo asesino.
Hablamos de "La Guerra del Agua" en Cochabamba, Bolivia. Fue hace solo algunos años atrás, y en su desarrollo, se encuentran rastros de Tupac Amaru y de una resistencia indígena que no ha cesado nunca. Hoy la lucha es por la tierra. El desaparecido es Santiago Maldonado. Las multinacionales son Lewis y Benetton. Quienes gobiernan, Macri, Bulrrich y Nocetti.
Compartimos el artículo extraído de la web (https://www.elpensante.com/la-guerra-del-agua-cuando-privatizaron-el-agua-en-cochabamba/)
La Guerra del Agua: cuando privatizaron el agua en Cochabamba
► Historia, Sociedad
Salmo Pluvial
Con la privatización del agua en Cochabamba, se desató en Bolivia la Guerra del Agua.
Las poblaciones indígenas y campesinas sufrieron el golpe asfixiante de
las multinacionales que agregaron elevados costos al consumo del agua,
hasta el punto en el que la recogida de la lluvia fue un acto ilegal.
En pocas palabras se erradicó el derecho al agua.
Es
cierto que Bolivia es un país muy pobre. Que la falta de mar ha hecho
imposible el desarrollo del comercio transoceánico y además las guerras
con Perú, Chile y Paraguay, empobrecieron la región, resultando un lugar
seco y sin sólidos ideales de grupo.
El
fenómeno que vivió en 1999 fue la cúspide del abandono sufrido por el
estado corrupto. Este se benefició del Consenso de Washington y las
maquinaciones a cuarto cerrado que los políticos hicieron con los
diligentes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional:
los mismos grupos financieros que propiciarían la crisis económica mundial en el 2008.
La llegada del neoliberalismo a Bolivia
El
contexto general de Bolivia fue delicado a comienzos de los años
noventa. La década de los ochenta había generado en la región difíciles
cambios estructurales, primariamente por la crisis de la deuda
latinoamericana, donde la deuda externa excedió el poder adquisitivo de
la región.
El Banco Mundial junto con el Fondo Monetario
Internacional intercedieron en las repúblicas para implementar el modelo
neoliberal. En Bolivia llegaron criterios de mercado para introducirse
en el manejo de recursos hídricos, esto quiere decir que en todos los
proyectos relacionados con distribución de agua, se permitía la entrada
de capitales privados de los grandes magnates internacionales. El
nacimiento del
Viceministro de Saneamiento Básico fue la prueba de ello, el primer objetivo de esta institución era crear proyectos para la sociedad con capitales neoliberales.
La
creación de SEMAPA (Servicio municipal de agua potable y
alcantarillado) fue la organización regulatoria que nació del
Viceministro mencionado. SEMAPA buscó resorber los problemas hídricos de
la región cochabambina o eso fue lo que dijeron en un inicio.
Cochabamba, la región sin agua
La ciudad de Cochabamba contaba a inicios del siglo XXI con 700.000 personas.
Solamente la mitad de ellas tenía servicio de agua, esto era debido a
que nunca se realizó un megaproyecto para distribuir el agua. Muchos
políticos para convertirse en alcaldes de la ciudad boliviana pregonaban
en sus agendas resolver esta problemática, pero sólo lo hacían para
llegar al poder y allá se olvidaban de sus deberes sociales y se
dedicaban a la corrupción.
Las personas que no contaban con servicio directo de agua la consumían de “los carros cisterna”,
vehículos que llevaban el agua a los barrios marginales a módicos
precios. Las asociaciones sindicales fueron capaces de ayudar gran parte
de la sociedad en su derecho básico.
La mencionada
SEMAPA
por fin empezó a desarrollar el megaproyecto de trasvase hídrico que
medía 19 km de largo y 115 metros de altura. El contrato fue firmado
directamente por el expresidente de Bolivia, Hugo Banzer, el cual lo
adjudicó a una recién creada empresa llamada
Aguas de Tunarí (consorcio empresarial con capitales de la gran firma capitalista
Bechtel).
La Guerra del Agua
La
ley 2029 ratificaba el contrato con Aguas de Tunarí y ella permitía que
la empresa cobrara grandes tarifas a los cochabambinos por su derecho
al agua.
Los precios eran irrisorios, tanto que la misma población tuvo que sacar a sus hijos del colegio para pagar las facturas.
Ni siquiera habían empezado el megaproyecto, por eso una gran movilización empezó en el año 2000.
Su meta: desbaratar la perversa ley donde los bolivianos perdían su derecho a una vida digna.
Recordemos
que la ley no clasificaba a los bolivianos según sus necesidades: no
habían tarifas diferenciadas para el campesino que tenía que irrigar el
suelo, para el rico citadino o el marginado indígena que vivía en la
ciudad.
Las grandes marchas y la utilización de los medios de
comunicación sirvieron para unir toda la población en contra de ese
consorcio que les cobraba hasta el agua lluvia.
Omar Hernandez, dirigente de la Federación Departamental Cochabambina de Regantes (FEDECOR) organizó a los campesinos y a todos los inconformes en la famosa y siempre célebre
Coordinadora para la defensa del agua y de la vida.
La organización de la protesta masiva sirvió en gran parte para mostrar las irregularidades en las excavaciones
de Aguas de Tunarí,
vieron que no era nada rentable para la población pues esa empresa no
conocía nada referente a las dificultades de la sociedad. Al inicio los
acercamientos pasivos no sirvieron para nada, pues el gobierno no daba
paso atrás, con el tiempo todo cambió.
La victoria del pueblo boliviano
El
dirigente de los cultivadores de coca, Evo Morales (actual presidente
de Bolivia), fue una de las principales cabezas en este proceso contra
el gobierno. Las grandes manifestaciones trajeron una cantidad de
protestantes detenidos y heridos,
además el estudiante Víctor Hugo Daza murió por el disparo de un oficial del ejército.
Fue cuestión de tiempo para que se cayera ese proyecto y el agua volviera a ser un servicio sin intermediaciones capitalistas.
La
empresa Bechtel demandaría en el 2001 al estado boliviano al ver que
caía su negocio, pero con el descontento mundial por este acto tenían
que retirar la absurda demanda. El pueblo cochabambino actualmente sigue esperando una solución para el problema del agua.
La
película “También la lluvia” enmarca cómo fue la Guerra del Agua,
arguyendo implícitamente lo que fue (¿es?) el colonialismo en nuestro
continente.
Imágenes: 1: narconews.com, 2: cedib.org, 3: mercafutbolitica.wordpress.com