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sábado, 6 de marzo de 2010

LA COMUNIDAD PASIL ANTREAO VIVE EN ESTADO DE PRISIÓN DOMICILIARIA EXPUESTA A LAS BALAS

Bariloche (Gente de Radio).- Alrededor de las 0.15 tres hombres descienden de un auto que frenó sobre la calle cacique Antriao, en el acceso al cerro Belvedere, en las inmediaciones de la ruka de Berta Quintriqueo donde funcionó hasta hace unos días atrás uno de los asentamientos de represión policial identificado como "puesto Barrera".
Se internaron en el bosque del predio de la ocupación tradicional de Berta. Realizaron disparos con armas de fuego en la oscuridad. Media hora después, llega al lugar un grupo de efectivos de la policía del Neuquén (se desconoce si de los grupos especiales o de la comisaría 28 de Villa La Angostura, o de ambos) a oscuras, con el patrullero con el motor apagado y las luces apagadas, empujándolo. Se desata la represión contra los miembros de la comunidad mapuche que ocupaban esa vivienda, con balas de goma y de plomo, según aseguran las víctimas que lograron resguardar su vida y su libertad.
Antes de retirarse, los atacantes limpiaron prolijamente el escenario recogiendo los casquillos de las balas servidas y dejando solamente algunos cartuchos servidos de las municione antitumultos. No obstante, no hubo tumulto dentro de la ruka que justificara la intervención de un grupo especial allí.

En tres meses de militarización del territorio tradicional de la Paisil-Antreao, no se conoce ninguna orden judicial ni de desalojo ni de allanamiento sobre la ocupación de Berta que explique el constante y sistemático ataque ilegal conjunto de fuerzas policiales y parapoliciales. Los últimos 15 días el ataque armado se centró contra la ruka de Berta Quintriqueo, sin que ningún organismo público de ninguno de los tres poderes del Estado haya intervenido por la vida y la libertad de los mapuche que defienden el derecho legítimo a continuar en el territorio ancestral en la ladera del cerro Belvedere.

En tres meses de militarización, ningún organismo público investigó ni tomó intervención alguna sobre la contratación y actuación efectiva de bandas armadas al servicio directo de William Fischer una y de Daniel Ducau otra, según podemos comprobar a la luz del día.