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martes, 30 de marzo de 2010

COMUNICADO: BASTA DE TRABAJO ESCLAVO E IMPUNIDAD

Buenos Aires (La Alameda y Unión de Trabajadores Costureros).- A 4 años del incendio y la muerte de seis inocentes: BASTA DE TRABAJO ESCLAVO E IMPUNIDAD.
A las 19 horas nos concentramos frente al taller incendiado de Luis Viale 1269.
El 30 de marzo murieron calcinados dos costureros y cuatro niños dentro de un taller esclavo en Caballito en el que estaban encerrados y no pudieron escapar. Más de 60 personas trabajaban y vivían allí en condiciones de hacinamiento y servidumbre, muchas de las cuales habían sido traídas desde Bolivia con engaños para luego someterlas a la esclavitud.
El juez Baños sólo se dedicó a investigar las causas del incendio y procesó exclusivamente a los que regenteaban el taller Sillerico y Correa , dejando libres de culpa y cargo a quienes se beneficiaban económicamente de ese taller, los fabricantes Jaime Fischberg y Jaime Geider.
Pese a que en el taller se violaba abiertamente la ley de migraciones y la mayoría de los costureros eran explotados sin documentos nacionales y que muchos de ellos fueron captados mediante mecanismos de trata; pese a que claramente las condiciones de trabajo eran de servidumbre, el juez Baños se negó a investigar esos delitos y a aplicar la ley de trabajo a domicilio que comprometía solidaria y directamente a los fabricantes.
Los talleristas fueron procesados por el incendio y con tan sólo una probatión fueron dejados en libertad. Los fabricantes ni siquiera fueron molestados para declarar y hoy siguen explotando costureros en la provincia de Buenos Aires. Muchos de los costureros de aquel taller fueron trasladados esa misma tarde a otros talleres esclavos, donde siguieron padeciendo el infierno del hacinamiento y la esclavitud.
La Alameda que junto a la Defensoría del pueblo venían denunciado desde meses atrás, el trabajo esclavo y la trata laboral y que señalaba que estábamos en presencia de un régimen neoesclavista de producción del cual se favorecían muchas de las grandes marcas, fue violentamente atacada por los dueños de los talleres en esos días, porque echábamos luz sobre el régimen mafioso en que se venía asentando la producción textil, rodeada de complicidades y cohechos que comprometían a gendarmes en frontera, inspectores, policias y hasta diplomáticos que la encubrian.
Gracias a la lucha de los costureros que se agruparon en la Alameda, muchas cosas comenzaron a cambiar.
Fue lanzado pocas semanas después, un programa de regularización migratoria masiva y gratuita; se rebajaron drásticamente los costos de la documentación que se requería en el país de origen; fueron denunciadas judicialmente más de cien marcas por trabajo esclavo; decenas de talleristas y hasta un fabricante fueron procesados y llevados a juicio oral; cientos de máquinas fueron confiscadas a los esclavistas y cedidas a las victimas para que a través del Instituto Nacional de Tecnología Industrial recuperen la dignidad agrupándose en cooperativas; de los 5000 talleres de aquel entonces, quedaron 3000 en la ciudad y el trabajo registrado tuvo un significativo aumento entre el 2006 y el 2008: fue sancionada la ley de asistencia a las victimas de trata en la ciudad; se comenzaron a elegir cuerpos de delegados en las principales fábricas y no pocas marcas se vieron obligadas a regularizar su situación ante el terrible impacto en su imagen a causa de las denuncias.
Sin embargo, lejos estamos aún de que impere la legislación vigente y la justicia y que se erradique el trabajo esclavo en la ciudad y en el país.
Más de 25.000 costureros aún son reducidos a la servidumbre en 3000 talleres, agrupados fundamentalmente en la zona sudoeste de la Ciudad. En la provincia, el panorama es mucho peor y alli más de 150.000 costureros son esclavizados en los 15 mil talleres que se encuentran desparramados por el conurbano.
Todos los días por las fronteras de Villazón y Yacuiba vienen engañados cientos de hermanos bolivianos para luego ser reducidos a la esclavitud no sólo en la industria textil. De este proceso de trata y tráfico participan de modo cómplice empresas de transporte, medios de comunicación que publicitan avisos engañosos, gendarmes que se hacen los distraídos, comisarias que recaudan y cuerpos inspectivos que no cumplen con sus deberes de funcionarios públicos.
Pese a que la ley de trabajo a domicilio establece la solidaridad directa entre fabricantes y talleristas por las condiciones en que se desarrolla la producción, sólo un fabricante fue procesado y llevado al banquillo de los acusados por el juez Federal Torres. La abrumadora mayoría de las grandes marcas denunciadas incluso por la Defensoría y el Gobierno de la Ciudad, continúan impunemente valiéndose de la miseria y vulnerabilidad de la población migrante para maximizar sus ganancias de modo brutal.
El año pasado las marcas se jactaron de haber facturado 6000 millones de pesos, 80 % de los cuales fue obtenido desde el infierno de los talleres clandestinos y un 20 % desde las pocas fábricas registradas donde el salario del costurero es uno de los más bajos de la industria junto con el de peón rural.
Lejos estamos de haber alcanzado la justicia para las víctimas de Luis Viale y de haber erradicado las causas que le dieron origen.
Desde que asumió Macri el gobierno de la Ciudad, de un modo deliberado se ha dejado de denunciar a las marcas que usan talleres clandestinos como establece la ley 12.713. Deliberadamente se ocultan etiquetas y pruebas y se omite denunciar ante la justicia a los principales beneficiarios del trabajo esclavo. Las marcas volvieron a sentirse impunes y volvieron a la carga con los talleres clandestinos, deteniendo el proceso de crecimiento en el trabajo registado que había comenzado a desarrollarse meses atrás. Y hasta a Macri le parece «natural» que su novia base su producción en talleres esclavos diseminados y denunciados en capital y provincia. Cada tanto hacen inspecciones y clausuras rimbonbantes para hacer maquillaje estadístico, pero nunca encuentran a las marcas que están detrás de esa infernal explotación. En la procuración de la Ciudad se apilan masivamente los informes de trabajo la explotación ilegal de indocumentados en muchos talleres de la ciudad. No obstante, sólo un puñado de casos es denunciado ante los juzgados federales y cuidando siempre que sólo quede marcado un perejil y escondida la marca beneficiaria.
Al centenar de marcas denunciadas ante juzgados federales, nunca se las señaló en la página oficial del Ministerio de Trabajo como se hace en Brasil, ni se las sancionó económicamente por sus pésimas prácticas. Tampoco las molestó la Afip a pesar de la obvia evasión impositiva en importantes tramos de su cadena de valor.
El listado de decenas de talleres esclavos que trabajaban para grandes marcas en Provincia, nunca fue inspeccionado o allanado, salvo cuando ya eran un escándalo mediático inevitable.
Sin duda , desde aquel trágico incendio a la fecha hemos avanzado algunos pasos, pero el camino a recorrer aún es largo y la justicia para las víctimas no llegó ni en esa causa puntual, ni en la erradicación del trabajo esclavo y la dignificación de los costureros.
Por la memoria de los costureros de Luis Viale y la de todos aquellos costureros que han perdido su vida en el infierno del trabajo esclavo. Por la justicia y la condena a los responsables de aquella tragedia y de todas las marcas que usan y se benefician con el trabajo esclavo. Nos concentramos este martes 30 de marzo a las 19 hs frente al taller de Luis Viale.
Hablaran sobrevivientes de aquella tragedia, delegados costureros de fábrica, ex victimas de trata en talleres clandestinos y miembros de la Alameda. Los esperamos.

Contacto:
Gustavo Vera 1561584835 (Alameda)
Ezequiel Conde 1536543195 (Unión de Trabajadores Costureros)