domingo, 25 de septiembre de 2022
CONVERSATORIO CON LA LOF NAHUELPAN DE ESQUEL EN EL INSTITUTO DE FORMACIÓN DOCENTE DE EL BOLSÓN:
jueves, 22 de septiembre de 2022
SALUD MENTAL, UN CONCEPTO QUE NOS INTERPELA. ENTREVISTA CON ALBERTO SAVA
En la
mañana de Música y Noticias por Radio La Negra, estamos en comunicación ahora
con un artista y psicólogo social pero también, porque no, pedagogo: Alberto
Saba.
RLN:
¿Qué tal Alberto, cómo estás? Buenos días.
S:
Bien, bien. Sí, soy pedagogo también porque he dado clase de teatro y mimo y
teatro participativo. Estuve y estoy en la enseñanza de teatro.
RLN:
Tal cual. Alberto es el creador del Frente de Artistas del Borda, una
organización que ha sido reconocida en muchas partes de nuestra América y del
mundo como una organización muy innovadora en un montón de cuestiones.
A: Sí,
en principio, el Frente fue el iniciador de un movimiento que se llamó “desmanicomialización”,
del arte en este caso. La
desmanicomialización
es un movimiento que se dio por primera vez en el mundo en Italia donde se
cierran los manicomios y el Estado garantiza un dispositivo que tiene que ver
más con lo comunitario, internaciones cortas en hospitales generales, garantizando
la vivienda, el trabajo, el estudio y el afecto de todas las personas que
estaban internadas ahí. Considerando que los manicomios son lugares violatorios
de los derechos humanos porque se vio que allí se sobremedica, se ejerce violencia
física y psíquica, algunos casos inclusive electroshock, falta de libertad, incluso
sobre medicación. Entonces está considerado que los manicomios que ya no son
más lugares de salud. En la Argentina se intentó hacer un proyecto desmanicomializador,
en un gobierno democrático en el 84. Se pensó en tres lugares, uno fue en la provincia
de Río Negro donde se efectiviza el cierre de un manicomio en la localidad de
Allen. Y otro después en Córdoba, donde no se concreta por cuestiones políticas
básicamente y acá, en el Borda, tampoco.
Bueno,
en esa acción de producir algún efecto desmanicomializador en estas
instituciones, invitan a una serie de trabajadores sociales, psiquiatras, enfermeros,
sino también otros como gente del deporte. Por ejemplo, en Italia lo deportivo
fue muy interesante en toda esa actividad
desmanicomializadora. Y aquí me invitan a mí considerando la persona que me
invita, que revisó mi trabajo como docente de teatro participativo. Me Invita a
trabajar en el Borda partiendo de la idea del tipo de teatro que se trabaja en
lugares reales como las calles, instituciones, en barrios populares o se intenta
trabajar a partir del teatro para transformar la realidad de esos lugares creando
nuevas realidades.
Bueno
me invita ir al Borda y ahí veo que el Borda era un hospital de hombres;
habitaban en ese momento, año 1984, dos mil quinientas personas. Hoy hay más o
menos quinientas personas. Y bueno, ahí veo que hay una cantidad de muchachos
que hacían música, pintura, poesía. Los veía ahí en los patios cuando cantaban
y ahí propongo hacer un Frente de artistas con la idea de ayudar en ese proceso
de desmanicomialización. Así empezó esta movida, con la idea sobre cómo el arte
podría ayudar en esa panza del monstruo, con pacientes que están internados por
la ciencia, por la medicina, detenidos por la justicia muchas veces y
desaparecidos socialmente. Yo digo siempre los desaparecidos son otros
invisibilizados, son otros don nadie, por los nadies, porque no están, no
existen, a este sistema político capitalista no le interesan los locos. No
producen, no hay ganancia. Salvo para los laboratorios. Los laboratorios sí,
ganan mucho dinero con la existencia de los manicomios; se consume entre 70 y
80 veces más de medicación que si hacés
un tratamiento personalizado.
Bueno,
en ese contexto, nace el Frente de artistas con la idea que estos muchachos hagan
arte; se dicta un taller de arte coordinados por artistas y ayudados por
psicólogos sociales. Que produzcan arte. Cuando decimos produzcan arte es que
hagan espectáculos de teatro, de música, de poesía, exposiciones de plástica o
espectáculos de mimo, de circo. El
artista tiene 11 talleres. Que esa producción después salga del manicomio y se
muestre a la sociedad. Y bueno, así es ese movimiento con el Frente de artistas
y el arte en el campo de la salud mental.
RLN:
Alberto, digamos, el laburo para nosotros es un poco difícil de imaginarlo. Como
decías vos recién al principio, Río Negro tiene esta ley de
desmanicomialización. Aquí, en El Bolsón que es donde estamos en Río Negro, no
hay manicomio. Los pacientes de salud mental asisten al hospital periódicamente
pero cuentan con un acompañamiento que, seguramente tiene sus fallas también, pero
que permite otro vínculo social también con estas personas que son parte de la
sociedad ¿no? De hecho, en El Bolsón son muy conocidos y reconocidos muchos de
los pacientes de salud mental. ¿Cómo trascurre la cotidianidad? Vos lo decís a
grandes rasgos, son centros de detención, muchas veces incluso de detención
judicial, de represión, pero ¿cómo llega una persona al Borda y cómo se va, si es
que puede salir?
A:
Mirá, ¿cómo llega? Llega de distintas maneras. Muchas veces por la justicia; se
produce algún accidente o momento grave de disturbios, de pelea y bueno, primero
va a la comisaría y ahí termina. Y si tiene algún problema psicológico o
psiquiátrico se lo lleva al Borda y ahí se le hace un examen o estudio previo.
Y si está con peligro para sí o para los demás, como se dice normalmente,
entonces queda internado. Otra manera es por la familia. La familia determina
que no lo puede contener y lo lleva al hospital, por la guardia o por consultorio
externo, y ahí se determina su internación. La internación tiene como etapas;
una etapa de terapia a corto plazo, están un tiempo, mes o mes y medio, dos
meses, depende del problema de esa persona con padecimiento. Y después se lo
deriva a un pabellón donde habitan 30, 40 o 50 personas. Ahí puede estar,
generalmente el promedio de internación en el Borda en este momento es de 13
años. Hay gente que quizás sale rápidamente, y hay otra gente que queda ahí y
muere ahí. Nosotros lo hemos visto… Bueno, sí, recordamos a Jacobo Finmac el famoso poeta que murió en
el Borda después de 40 años de internación. Ha habido casos, yo lo he visto
personalmente en estos 38 años que estoy trabajando con el Frente de artistas, de
compañeros que han quedado allí vegetando y mueren ahí porque no tienen familia
o las familias los depositó y olvidó y bueno y quedan ahí porque además no hay
una política. La estructura ideológica que tienen los manicomios es un lugar de
depósito de personas.
Sin
embargo, se ha avanzado bastante en ese sentido. Hoy hay gente, cuando digo
gente digo trabajadores de la salud, psiquiatras, psicólogos, enfermeros que
tienen una escucha distinta, una práctica distinta. Están más de acuerdo con
estos procesos de desmanicomialización, de internaciones cortas. Entonces, eso
ha mejorado bastante, pero todavía se sostiene esa línea, ese pensamiento, esa
estructura ideológica donde el encierro es lo que vale, la medicación es lo que
vale. Y bueno, se come mal en estos lugares; los pacientes tienen una dieta muy
precaria. El Estado obviamente presta muy poca asistencia, por ejemplo, en la
ropa muy precaria, en ese sentido muchas veces por las donaciones de la gente.
La
sobre medicación como el elemento constante donde hace que los pacientes se
contracturen, se pierdan, pierdan la memoria, pierdan sus dientes porque se
contractura su cuerpo... Dejan de ser sujetos, dejan de ser personas. Como decía
Pichon Rivière: “Uno es persona en la medida que pueda pensar, sentir y hacer,
si no se convierte en un objeto”. Un paciente decía: “yo me siento un ladrillo
más de las paredes del hospital”.
Entonces
ver como el arte puede ayudar a descontracturar esos cuerpos, que esos cuerpos
con proyectos -en su mayoría estoy hablando- de un proyecto de muerte, de no
salida puedan sentirse que pueden pensar, sentir y hacer como cualquier otra
persona.
RLN:
Alberto, yo soy padre de un hijo con una discapacidad mental importante y vivo
en mi propio ser, digamos, la dificultad en este mundo de tener que acompañar a
mi hijo que ya tiene 20 años, en la cotidianidad. Y yo tengo la facilidad de
tener un trabajo, de tener recursos, de estar en un lugar con desmanicomialización
y en donde hay, aunque pocas, ofertas de actividades y propuestas para el
acompañamiento de personas como mi hijo. Pero me imagino en una gran ciudad sin
tener un trabajo, sin tener las posibilidades de ofrecerle una cobertura de una
obra social… Bueno, una cantidad de cosas ¿no? Cómo se dificulta ese acompañamiento
para las familias…
A: Yo
creo que los proyectos de desmanicomialización… Acá tenemos una ley en la Argentina,
una ley reciente de hace 10 o 12 años. Una ley nacional de salud mental donde
se pone en práctica, se contempla estas situaciones parecidas a las de Río
Negro. Yo estuve en Trieste, Italia, que es una provincia muy grande de un país
con muchos millones de habitantes y hay una ley nacional y hay un dispositivo
donde cualquier persona, como en el caso tuyo, que tenga un problema de
padecimiento mental propio o de algún familiar, hay una estructura que uno sabe
que existe y que puede recurrir. Por ejemplo, acá hubo un caso como el músico Chano.
Él tuvo un brote de tipo psicótico, psiquiátrico y la familia lo que hace es
llamar primero a la policía y vino un policía con un revólver y lo primero que
hizo fue pegarle un tiro.
Eso
no sucedería con un dispositivo; por ejemplo, la ciudad de Trieste está dividida
en varias partes; vos tenés un teléfono
a quién recurrir. Viene un equipo interdisciplinario: psiquiatra, psicólogos, enfermeros,
trabajadores sociales, que asisten a ese
problema y lo contienen. Y no llegás al extremo de que le tenés que pegar un tiro.
Me parece, entonces, que lo que hay que procurar - lo que dice la Ley nacional-
es que los manicomios no existan más y que deben ser reemplazados por lugares
de atención ambulatoria, en los hospitales generales, con dispositivos que estén
dispuestos a actuar ante una crisis. Uno no está negando la crisis, puede
sucederle a cualquiera de nosotros. Un paciente nos decía “no se olviden que nosotros
en algún momento estuvimos afuera también”. En un sistema como el nuestro,
capitalista, donde cada vez hay menos recursos para subsistir, más violencia,
más elementos perturbadores, es posible que tengamos crisis. No solo
psicológicas sino también de otras partes del cuerpo: infartos, cánceres, etcétera.
Entonces me parece que tenemos que generar un dispositivo interdisciplinario
que asista permanentemente a esa crisis. Y estoy de acuerdo con vos que al no
existir eso es muy dificultoso lograr contener situaciones extremas.
RLN:
sin dudas. Meto un pellizcón ahí, pero también hay que laburar en pos de
desarmar este sistema capitalista que es tan insano y que genera tanta insalubridad.
Pero bueno,
Alberto vos seguís generando y motorizando proyectos. Sabemos que estuviste
ayer en una actividad, ¿querés contarnos un poco?
A: Bueno,
a ver, primero tomar un poquito ahí lo que vos decías. Yo creo que desde
nuestros lugares, en nuestro caso desde el arte y la salud mental, no vamos a
hacer la revolución social, la revolución política, pero mientras tanto podemos
ayudar. La salud mental por ahí no hace la revolución pero sí aporta. Mientras
tanto hay que ir haciendo algo. En un momento de cambio, de transformación
política e ideológica hay estar preparado para trabajar en esos cambios, en esos
procesos.
Yo
ayer estuve en un Congreso nacional que se hace todos los años acá en Buenos
Aires, básicamente de psicólogos y de terapias alternativas. No es el Congreso
de Psiquiatría que se hace en Mar del Plata. Es un congreso renovador en el
campo de la salud mental y ahí participamos con tres trabajos: un trabajo que
está haciendo la Red Argentina de arte y salud mental. Otra mesa sobre la Red
latinoamericana que también hemos creado. Y también una mesa con pacientes, con
usuarios. En general, desde el Frente artístico y de la Red Argentina siempre
hemos estado en estos eventos y hemos querido que participen los usuarios del
manicomio, que escuchen y puedan contar lo que les pasa, cómo se los atiende, cuáles son sus ideas sobre lo que piensan del manicomio
y qué piensan de la desmanicomialización, y los efectos que les produce el arte
a ellos.
Nosotros
estamos organizando en el Frente de Artistas esta experiencia que empezó en el
año 84. Tuvo mucha repercusión al principio, como La Colifata después. Donde
nos convocaron; ahí vimos de crear un festival cuando había muchos grupos, de
crear un festival de artista internados en hospitales psiquiátricos en sus
comienzos. Es un festival latinoamericano donde participo, vamos a hacer la
edición número 15, o sea, ya hemos hecho 15 festivales y congresos. No es un
congreso de profesionales ni técnicos del arte. Entonces se muestra en Mar de
Plata entre el 18 y el 21 de octubre, en el Auditorio Teatro Pairó, de Mar del
Plata. Este año hay cuarenta delegaciones, la mayoría de la Argentina y hay delegaciones
de Chile, Brasil y dos personas que vienen de Ecuador y otra de Francia para
contar sus experiencias en los manicomios de esos lugares.
RLN: Qué
interesante, ¿no? Y cómo, a través de esta parte de la sociedad ocultada y
oprimida, hay tanto para empezar a encontrar la punta de ese ovillo que muestra
las flaquezas de este sistema. Justamente, esto que dijiste hace algún momento,
no le interesa al sistema este sector porque no produce, salvo en el gasto que
sí le hace a los laboratorios. Este no es un sector que le interese al
capitalismo, ¿no? Y desde ahí, este sector es ocultado, oprimido, reprimido.
A: Lo
que produce el arte, por lo menos nosotros lo hacemos, es que estas producciones
salen a la comunidad y cuando salen por los propios pacientes, por los propios
usuarios artistas que muestran lo que hacen, y entonces ahí producen efectos. Primero,
el efecto personal, no de ese proyecto de muerte sino un proyecto de vida, un
proyecto de salida, de exponerse a cambiar para sí, para los demás. El segundo
efecto que produce es en la institución, en los manicomios. Porque en el
momento que sale -y como somos artistas, somos agentes públicos- tiene mucha
repercusión en los medios: en la televisión, en la radio ,y no solo se sale a
mostrar, digamos, sino también a criticar al sistema, criticar al poder
hegemónico médico, criticar al sistema capitalista. Y eso no le gusta al poder,
a los dirigentes o los directores de los manicomios o de la salud mental. Intentan
que lo que pasa dentro del manicomio se tape, que no se sepa, entonces lo que
hace en el momento que sale, denuncian afuera, vuelve al manicomio y produce un
movimiento interno. Donde genera, como se dice ahora, una grieta, nuevos
espacios a favor de un proceso de cambio que presiona a los que quieren el statu quo institucional.
Claro,
eso va creciendo en el sentido que hay en este momento más gente que quiere un
cambio, pero todavía hay intereses económicos muy fuertes. Porque la mayoría de
los manicomios, por ejemplo acá en la Argentina, en Buenos Aires, son del
Estado pero su funcionamiento interno está concesionado. Esta concesión hecha por
empresas privadas, de la comida, la seguridad,
la limpieza, los laboratorios, todos son privados. Entonces, todo ese mecanismo
capitalista de atención dentro del manicomio quiere que persista.
El
tercer efecto que produce es en lo social; en la medida que el arte sale y
aparecen estas denuncias la gente como uno, que asiste o que ve o que escucha
estas experiencias, se posiciona en un lugar -no misericordioso, pobrecito loco,
ni en un lugar religioso-, sino en un lugar más político, más de cambio.
Y
aparecen las organizaciones sociales, como derechos humanos, de artistas, organizaciones
políticas que avienen a este sistema, a esta propuesta, e intentan cambiar este
sistema de políticas institucionales y sociales. Hay una pelea todavía, una lucha,
que yo creo que es lo que ha permitido que el Frente de artistas exista después
de 38 años. Gracias a esta acompañamiento social, que se da no solo desde lo
teórico sino participando, ayudando, dando recursos económicos, dando un
espacio, haciéndonos participar. El arte produce esto, que se tome conciencia
subjetiva, personal, institucional y social de que los manicomios no deben
existir.
RLN: en
esa lucha nos sumamos Alberto, cuenten con nuestra radio, con nuestros espacios
para difundir el arte, para difundir los desarrollos teóricos, para compartir
las experiencias, sinceramente.
A:
Vos sabés que el periodismo, en general, es muy reticente. El sistema
capitalista solamente apoya lo que da ganancia. Hay sectores del periodismo que
apoya. Doy nombres: Página 12, Radio
Nacional, radio 750, bueno, radios progresistas, o radios periféricas que por
ahí no tienen mucha audiencia pero generalmente nos apoyan.
Los
grandes medios no apoyan, aparece el tema de la locura cuando hay una muerte,
alguien se suicida o le pegan un tiro. Pero es lo que pasa en el sistema
capitalista con otras informaciones, donde hay un monopolio de la información
que a ellos les interesa y les da ganancia. No actividades como la nuestra. El
arte, la salud mental, ambas cosas muy periféricas no las apoyan.
RLN:
bueno, por lo menos unámonos en esa periferia que sin dudas, aunque ellos nos
quieran hacer creer que son más, por cada patrón hay un montón de laburantes y
en ese mismo vínculo sucede también con la comunicación, con el accionar en
estos espacios como el Frente de artistas del Borda. Creo que todo eso es
cuestión de organizarnos y cuidarnos.
A:
nosotros lo intentamos hacer. El Frente de artistas empezó hace 38 años con un grupito
de 40 o 50, que cuando dijimos el nombre Frente de artistas del Borda, un paciente dijo “con este vamos a ir al
frente y vamos a ser los revolucionarios del Borda”. Y ahí se creó, se abrieron
espacios dentro del manicomio, se hizo un festival americano (este que vamos a
hacer su edición 15); se creó una Red Argentina
de arte y salud mental donde hacemos intercambio de trabajos, nos apoyamos. Ahora
creamos una Red latinoamericana, que esto que estamos haciendo en la Argentina
se repique en distintos países de Latinoamérica. Por ejemplo, la idea de hacer este
último en la Argentina y que luego se haga en distintos países. La desmanicomialización
es un tsunami que avanza y que arrasa con la estructura ideológica manicomial. Yo
creo que hay que hacer camino al andar y aparecen otras ideas, otras propuestas
renovadoras.
RLN: tal
cual Alberto. Te convoco para que sigamos en contacto y que cada tanto nos
puedas ir informando en qué andas, en qué anda ese hermoso movimiento del que
sos parte.
A: Cómo
no, cómo no. Te voy a llamar para hablar sobre el festival en octubre y si
podemos, buscar que alguna gente de otros hospitales puedan hablar con vos.
RLN:
cómo no! Podemos pensar incluso en alguna transmisión especial para darle voz a
ese festival.
A: Pensá
que entre el 18 y el 23 de octubre es el festival. Las funciones empiezan el 19
y terminan el 23. Nosotros llegamos un día antes; pero, si querés, durante el
festival nos llamás unos días antes, lo recordamos y hacemos algo.
RLN: cómo
no! Buenísimo. Muchas gracias a vos.
A: Bueno,
un abrazo a todos. Un abrazo grande.
martes, 20 de septiembre de 2022
ESTE SABADO DANIEL LUGONES EN EL GALEANO
El Bolsón (ANPP). -Este sábado 24 de setiembre a las 21 horas en el Centro Cultural Eduardo Galeano se presenta Daniel Lugones con su espectáculo "Lo que aparece en el viento que silva lo que escucha", y habrá libros del resumen de 40 años de historia y canto militante en nuestra comarca. El libro que lleva el mismo título del espectáculo, fue editado por Editorial El Choike.
domingo, 18 de septiembre de 2022
A CIENTO UN AÑOS DEL NACIMIENTO DE PAULO FREIRE, SUS IDEAS SIGUEN MUY VIGENTES. CHARLA CON CELINA PIPO, DOCENTE, PEDAGOGA.
El 19 de septiembre del año pasado, se cumplieron 100 años de su nacimiento. |
El Bolsón (ANPP).-El 19 de septiembre de 1921 nacía en Recife, Brasil quien luego sería uno de los pedagogos y educadores más influyentes entre quienes se dedican a la educación desde una perspectiva transformadora: Paulo Freire. Su observación y la producción de teoría filosófica y política en el campo educativo y político, generó grandes aportes a los procesos de empoderamiento popular de Nuestramérica. Por eso, quisimos charlar con una docente y pedagoga local, Celina Pipo. Compartimos la charla que mantuvimos:
ALCOHÓLICXS ANÓNIMXS, UN PROYECTO PARA LA SALUD, QUE TAMBIÉN FUNCIONA EN EL BOLSÓN.
El Bolsón (ANPP).- Si el sistema capitalista nos enferma, porque nos somete a la pobreza, a las malas formas de vincularnos, a caer en vicios para intentar olvidar, también es cierto que como humanidad somos capaces de generar espacios de salud, de cuidado. Alcohólicos Anónimos es uno de esos espacios. Y Bolsón tiene su grupo.
Radio La Negra: Estamos con Jorge y Héctor,
que son parte del grupo San Cayetano de Alcohólicxs Anónimxs de El Bolsón.
¡Buenas tardes!
Alcohólicxs Anónimxs: Buenas tardes, mi nombre es
Héctor, pertenezco al grupo San Cayetano de Alcohólicxs Anónimxs, de El Bolsón,
y queremos hacer la invitación extensiva a todo aquel compañero o compañera que
quiera acercarse a la charla que se hacen los días miércoles y sábados a partir
de las 20 hs en el Hospital.
RLN: ¿Por dónde se entra al
Hospital para llegar a esa hora?
AA: Por la calle Pellegrini, se
entra por donde era anteriormente la cocina del Hospital.
RLN: Sería esa calle que está
entre el Hospital y la escuela 270.
AA: Esa es.
RLN: Cuéntennos un poco qué es el
grupo de Alcohólicxs Anónimxs, ¿cómo funciona?
AA: El grupo de Alcohólicxs
Anónimxs funciona para toda aquella persona que tenga problemas con el alcohol.
Puede arrimarse al grupo, y que tenga interés para salir, porque hay que tener
voluntad para salir del alcohol. Pero se puede. Se puede porque yo soy un
enfermo alcohólico y pude salir gracias a mi obediencia, a asistir a los
grupos. Pude salir del alcoholismo, así que, poder, se puede. Mi mensaje es ese
para la gente que tenga problemas, que no tenga vergüenza y se arrime a los
grupos que tenemos. Estamos para eso, para ayudarles y que puedan salir
adelante.
RLN: Jorge, ¿qué cambió en tu
vida cuando pudiste dejar el alcohol?
AA: A mí me cambió todo al 100
por 100. Yo era alcohólico casi crónico, llegué a beber alcohol con agua;
después vino la rotura de familia, separación. Y tuve la gran suerte de un Coordinador
de Alcohólicxs Anónimxs que me dio el mensaje y pude llegar al grupo; y después
la obediencia, porque uno tiene que tener obediencia y paciencia para poder
salir adelante. Y pude, pude salir y ya llevo 22 años y bien. Así que mi
mensaje es para que la gente no sienta vergüenza de estar en un grupo. Pero
somos un grupo amigo y estamos para eso, para ayudar a que puedan salir de la
enfermedad del alcoholismo.
RLN: ¿Hacé cuánto que pudiste
dejar el alcohol, Héctor?
AA: Yo hace 27 años que dejé de
beber, como decía Jorge, con la ayuda de la excelente persona que había en ese
momento, que es el Coordinador del grupo, que nos enseñó, nos encaminó, para
que hoy seamos la persona, no sé si ideal, pero sí con un esfuerzo y con las
ganas de que, aquel que tenga problemas de incentivarlo, de que es una
enfermedad que no tiene cura pero sí se puede detener. Sólo la obediencia y de
que uno, muchas veces parecemos muy repitentes de esto, de que cada uno el
mensaje que da lo dice por la experiencia de haber padecido esta enfermedad que
no tiene cura pero sí se puede detener. Tener esta fuerza de voluntad y así
motivar tanto a hombres como mujeres, adolescentes, que se acerquen, que se
puede. Como decía Jorge, nos cambió la vida. Seguimos siendo alcohólicos pero
en recuperación. Tenemos defectos y también tenemos virtudes, que el alcohol
nos estaba tomando.
RLN: Tomar una decisión tan
drástica, dejar de un día para el otro, es algo que requiere de mucho coraje,
de mucha valentía. ¿Hubo algo en particular que te hizo tomar esa decisión,
Jorge?
AA: Sí, a mí… Yo toco fondo y el
problema con mi familia; mi mujer me deja y me tengo que ir de la casa, mis
chicos eran todos chiquitos. Tuve la gran suerte de conocer al Coordinador de Alcohólicxs
Anónimxs, que en paz descanse. A él le debo todo porque gracias a él salí
adelante. Fui obediente porque yo quería recuperar a mi familia y tuve la gran
fortuna de volver a recuperarla, pero toda la voluntad fue mía de salir
adelante y decirle no más al alcohol. Gracias a eso pude salir adelante. Hoy me
siento orgulloso. Soy un enfermo alcohólico y no siento vergüenza de decirlo.
Estoy recuperado.
RLN: ¿Qué le podés decir a las
mujeres de esas parejas en las que el varón es alcohólico? ¿Hoy qué reflexión
hacés de ese acto que tuvo tu compañera de ponerte un límite?
AA: Lo que pasa es que hay
distintas mujeres. Hay mujeres que tiene mucha paciencia; al marido lo quieren,
lo aguantan. Pero todo tiene un límite. La mujer llega un momento que se cansa
porque los alcohólicos somos astutos, mentirosos, “mañana voy a dejar de
tomar”, “tomo este fin de semana y después lo dejo”. Mentira, porque seguimos
tomando. Mientras la mujer lo aguanta, seguimos tomando. El problema es cuando
lo deja, cuando viene la separación. Esas mujeres, si quieren a su marido, que
lo ayuden. Nosotros tenemos compañeros que la señora llevaba al marido al
grupo, y eso es bueno porque es una ayuda. Pero tiene que salir de la voluntad
de él, de cada uno. Y tener ganas de dejar de tomar. Pero no es para
cualquiera.
RLN: ¿Querés repetirme, Héctor,
qué días, horario y dónde es que se puede acudir a estas reuniones de
Alcohólicxs Anónimxs?
AA: Sí, los días miércoles de 8
de la tarde y el sábado también, de 8 de la tarde, en la calle Pellegrini. Ahí
los vamos a estar esperando. Yo voy los días sábado, los miércoles no puedo ir
por el tema del trabajo, pero yo quería acotar algo: no solamente todo el que
toma alcohol es alcohólico, sino que es otra etapa del alcoholismo, y por ahí
están haciendo uso del alcohol, y tal vez se lavan las manos y van a la US. Y
después está la dependencia. Nosotros somos dependientes del alcohol y, como
bien decía Jorge, la paciencia que tiene la familia. También enfermamos a
nuestros seres queridos que nos apoyan, pero también llega un momento que te
bajan la cortina y bueno, muchos tienen la suerte en recuperar su familia. Yo
soy uno de ellos que no tuve la posibilidad que han tenido muchos compañeros de
recuperar a sus familias, pero hoy me siento feliz, con una familia nueva
porque conocí otra persona, que actualmente es mi pareja, y hoy puedo
demostrarle, no para demostrar para que yo soy más que otro, pero sí ante el
alcohol hoy puedo ser otra persona, ser feliz, saber por dónde uno anda. Yo, a
toda aquella persona, hombre o mujer, porque esta es una enfermedad que no
respeta clase social, tampoco sexo, caen muchísimo a través del alcohol, los
invitamos a todo aquel que quiera acercarse, que no sienta vergüenza. Es peor
lamentar después lo que nos ocurre a través del alcohol.
RLN: Me pongo en el lugar de la
persona que quiere llegar. Llega a esa puerta, que es verde, del Hospital, que
hay que subir una escalerita, abre la puerta, que tiene un resorte, así que hay
que empujarla fuerte, porque parece que está cerrada pero está abierta, y ahí
¿qué hacés? Entrás, chocás con pasillo, ¿para dónde se va?
AA: Ahí siempre hay una persona
que trabaja en el Hospital, que pregunte dónde se está realizando la reunión y
los vamos a esperar, o lo espera el Coordinador Jorge. Él es ahora el
Coordinador del grupo. Tenemos un apoyo, un pilar. Ojalá sigamos en esta senda.
RLN: Hay que ser puntual,
entonces. A las 8 de la noche, ahí.
AA: Sí, muchas veces la
puntualidad la pone el Coordinador, a las 20 horas justo, ahí, pero siempre tiene unos
10 o 15 minutos de espera afuera para incentivarlos, ayudarlos, que conozcan el
lugar, y después ya solos se van ubicando. También quería invitar a aquellos
que tengan familias con problemas de alcohol y que, si hay alguno que tenga
problemas con el alcohol directo, que vaya con algún familiar. Porque antes se
hacían las reuniones solamente para la persona que padecía la enfermedad del
alcoholismo porque es anonimato, pero no deja de ser que, si a la familia le
interesa entrar a la reunión, puede hacerlo.
RLN: Buenísimo, ¿querés decir
algo más, Jorge?
AA: No, está bien. El mensaje es
ese.
RLN: Felicitaciones por ese
sostenimiento en las cosas. Hoy cuesta mucho sostener todo, hasta las
convicciones más livianas, y sostener esta convicción no es poca cosa, así que
felicitaciones.
AA: Gracias. Muchas gracias. Y
gracias por el momento que prestaron para que nosotros podamos invitar a toda
aquella persona que lo necesite.
martes, 13 de septiembre de 2022
COOPETEL, AL SERVICIO DEL PUEBLO
El Bolsón (ANPP).- Las cooperativas suelen ser usadas como una máscara para evadir impuestos, precarizar el trabajo, para tener acceso a subsidios estatales más fácilmente por parte de empresas que son comerciales y lo siguen siendo cuando figuran como cooperativas. Pero también, y para eso fue creada esa figura, son emprendimientos destinados a satisfacer necesidades sociales. Emprendimientos en los que sus protagonistas son actores de la necesidad y de la solución.
lunes, 12 de septiembre de 2022
COMUNICADO: SEGUIMOS EN PIE DE LUCHA
El proyecto se trató en las comisiones el 24 de agosto y un día después era aprobado por unanimidad en primera vuelta. El viernes pasado solo un legislador votó en contra: el resto decidieron darle la espalda al pueblo y no escuchar a quienes estaban manifestándose pacíficamente fuera del recinto.
No pueden violar tratados internacionales ni la legislación nacional en materia ambiental. Aunque el proyecto de YPF para construir un oleoducto de 700 km cruzando la provincia y un megapuerto petrolero al sur de Sierra Grande es de público conocimiento, ahora comienza una etapa de resistencia en la justicia para frenar esta locura ecocida.
A lxs legisladorxs les decimos: NO HAY LICENCIA SOCIAL PARA QUE NOS QUITEN UN DERECHO AMBIENTAL ADQUIRIDO.
Sabemos que 6 km de ducto submarino y una monoboya en Punta Colorada para la carga de megabuques petroleros va a impactar en el ecosistema del Golfo: cerca del emplazamiento hay un sitio de cría y reproducción de la merluza (principal especie de la industria pesquera junto con el langostino). Además de afectar la ruta de la ballena franca austral, las corrientes marinas interconectadas con el golfo San José en Chubut amplían el impacto ambiental a Península Valdés, patrimonio mundial de la humanidad.
Legisladorxs, políticxs, empresarixs y algunos sectores de la dirigencia sindical han decidido ponerse en contra de las comunidades que viven del turismo y la pesca.
Hoy más que nunca repetimos: el ecocidio no es desarrollo.
No queremos petróleo en nuestras costas.
La ley 3308 no se toca.
A nuestro Golfo lo defendemos entre todxs.
CONECTAR CON LA VIDA, VOLVER A LA TIERRA. ENTREVISTA A CARLOS GARCÍA, DE LA RED LATINOAMERICANA DE ARTE Y SALUD MENTAL
Carlos García: Buenos días Radio La Negra, buenos días a la Argentina, ese país del sur que nos compromete también a los del norte de este continente, al norte de Sudamérica, a construir una patria grande. Por acá en la tarea, como diría Pichón (Rivière), de construir proyecto y futuro.
Radio La Negra: Carlos García es compañero
que habita Venezuela, es venezolano. Carlos, qué lindo saludarnos de esta
manera, así, uniendo el norte y el sur de América del Sur.
CG: Así es, creo que es una tarea
pendiente de un proyecto que aún está en ciernes, proyecto inacabado; ese
abrazo entre San Martín y Bolívar que quedó en espera, un abrazo de pueblos
nuestroamericanos. Y en ese afán o en ese espíritu es que tenemos que
encontrarnos, al parecer, porque definitivamente la gente, independientemente
del signo político, está pensando en un proyecto que muchas veces es distinto al
nuestro, ¿no? O tal vez el nuestro es el que tiene que ser siempre conversado,
dialogado, construido siempre…
RLN: Tal cual. En esto de ser
educador popular y de estar trabajando en la Red Latinoamericana de Arte y
Salud Mental como una estrategia, justamente, de construir ese proyecto que
decís, últimamente se está hablando mucho de la decolonización, de poder pensar
cuáles eran nuestros proyectos. Y digo ‘nuestros’ y ‘cuáles eran’ porque hay
pensadores latinoamericanos que desde hace muchísimo tiempo vienen pensando en
una construcción otra, que incluso las construcciones revolucionarias que nos
vienen de otros lados.
CG: Sí, es un desafío, no sólo el
pensar, sino ahora poner en el terreno de lo concreto cuáles son las prácticas
de la decolonización. Y cuando uno o una ha atravesado por esa palabra,
decolonización, y está en búsqueda de esa práctica, empieza a resquebrajarse
toda una forma de hacer la vida o de producir la vida, una forma que ya para
nosotros se va convirtiendo en una suerte de forma patológica de reproducirla.
La que conocemos como el capital y todo esto, que a veces nosotros lo hablamos
muy abstractamente pero que en el plano de lo cotidiano se ve muy presente en
las formas de relación que se tiene entre los sujetos, entre las personas;
nosotros mismos con la tierra, con los animales, cómo los tratamos. Y en ese
afán, entonces, ¿cuál y cómo sería una práctica de decolonización desde la vida
cotidiana? Con la tierra, con nosotras, con nosotros Con los compañeros, con
las compañeras; con los viejos, las viejas nuestras, los ancestros, que en
nuestra cultura están tan dejados de lado. Con los niños, que son vistos
también como cosas. Digo así, ‘cosas’ que tienen que aprender para que se
conviertan en adultos funcionales a este modo de reproducir la vida. Entonces,
en algunos diálogos, en algunas reflexiones, hemos aterrizado en que, para
pensar decolonialmente, hay que estar aún más fuera de la ciudad que adentro de
ellas, porque a fin de cuentas la ciudad es el modelo reproductor de ese proyecto
civilizatorio llamado modernidad y de repente en el campo están otras
respuestas, otra relación con el mundo, con la tierra, de la cual tenemos que
aprender muchísimo.
RLN: En esto que decís, las
pantallas -ya sean de teléfono, de televisión, tablets, computadoras- juegan un
rol fundamental en la colonización cotidiana de tantos hermanos y hermanas,
¿no?
CG: Sí, la realidad está mediada
por el dispositivo digital. Uno se pone a revisar o a mirar alrededor y la
mayoría de la gente pasa su mayor tiempo de vida dentro de cuatro paredes y
ahora no sólo dentro de cuatro paredes, sino dentro del cuadradito del
dispositivo digital, y no se atreve, de repente, por allí, a echarle el ojo
hacia un lado para ver qué hay más allá, o más acá, porque a ratos ni siquiera
al que tengo al lado lo estoy mirando, sino que estoy mirándolo o escuchándolo
a través de la pantalla. De repente, por allá, el dispositivo digital te impide
la vinculación con lo cotidiano, con eso que se tiene de frente, y comienza el
sujeto también a vivir una vida que no le pertenece ni siquiera, que no es
suya. Y creo que antes bajaron con la cruz y con la espada, y ahora vienen con
dispositivos digitales y metralletas.
RNL: Nunca abandonaron las
metralletas, tampoco. Nunca abandonaron la opresión armada, concretamente.
CG: Nunca. Y también el marco en
que eso se fue legitimando. Si uno va, por allá, a buscar algunas películas muy
taquilleras de Hollywood de los años 80, 90, vemos que toda la narrativa está
puesta sobre el tema de la guerra; ahora más. Pero aquello era el heroicismo,
por ejemplo, de un Rambo o un Schwarzenegger, y eso se fue incorporando también
dentro del sujeto colonizado como referente a seguir y despreciamos lo nuestro
o nos veíamos débiles, como es el caso de los vietnamitas en Rambo, o los
afganos, también en Rambo, y me parece que por allí comienza también a
legitimarse la posición del colonizador sobre nosotros mismos.
RLN: En este sentido, de poder
pensar en la construcción de un proyecto nuestroamericano, Venezuela ha
avanzado varios pasos con respecto a otros países hermanos. ¿Cómo se vive eso
por allí?
CG: Voy a hacer un recuento lo
más sintético posible para darle sentido a esa pregunta. Con Hugo Chávez
avanzamos en ese proyecto histórico de ese abrazo que quedó pendiente entre San
Martín y Bolívar, y de los pueblos que sustentaban y la gesta de San Martín y
Bolívar, que le daban sentido. El proyecto constituyente del año 98 hizo un
reconocimiento distinto de un sujeto que estaba históricamente negado. En el
artículo n° 5 de la Constitución se habla de una democracia protagónica y
participativa que, si no me equivoco, por ejemplo, la Argentina dice que el
pueblo no deliberará sino a través de sus representantes. ¿Es así?
RNL: Sí.
CG: Acá no, acá la democracia
está puesta en el pueblo como sujeto y no como objeto representado. Eso le dio
una característica al pueblo en que ya se asumiera como constructor de su
propio destino, decisor de su propio destino. Y con Chávez a la cabeza sentimos
eso muy cerca y posteriormente se crearon una serie de leyes orgánicas que nos
permitieron a nosotros ir desmontando de ciertas formas del aparato burgués,
hasta un punto. Eso se llamó, en parte, la Ley orgánica de comunas, por
ejemplo, de consejos comunales, en la que se le da también la administración de
espacios territoriales, pero también la administración de los presupuestos
solicitados por parte de los consejos comunales a través del Consejo Federal
del gobierno para la ejecución de distintos proyectos en el campo socioproductivo
y también en el campo de infraestructura. Pero esa condición -por llamarla de
algún modo- objetiva, también tenía, de cierta forma, un condicionante
subjetivo que nos dificultó la incorporación concreta o completa de ese afán
liberador. En los últimos años hemos visto una disputa interna y externa de la
imposición del otro proyecto que ya conocemos todos en nuestro continente, que
es un neoliberalismo, en el caso nuestro ahora potenciado por el tema de las
sanciones. Estamos contra la luna y a veces cediendo un terreno que es muy
delicado, que es el terreno del plano de lo concreto, por las mismas
condiciones materiales de alimentación, de indumentaria, de infraestructura,
que nos llevaron a condiciones muy fuertes, en que un salario mensual de un trabajador
de la administración pública era de un promedio de 3 dólares mensuales. No es
muy diferente ahora, que son más o menos 12 dólares mensuales. Sin embargo, la
revolución, como dijo Chávez en algún momento en un discurso, si no me
equivoco, en el 2006, cuando es incorporada por el pueblo, pudo darse el lujo
de perderse porque va a resucitar desde el pueblo mismo. Y creo que ese es el
sentido de lo que se ha avanzado en términos de que Chávez, como un emergente
histórico de un proceso que tiene más de 200 años, lo que hizo fue ser portavoz
de un sentir de un pueblo que estaba históricamente negado, ninguneado, y que,
en este caso, se puso sobre la palestra el campo de lo político. Creo que en
algún momento el pueblo va a volver a tomar esas riendas, no sé cuándo ni cómo,
pero creo que va a ocurrir; y ahora nos encontramos en un proceso de
reorganización a nivel interno, sobre todo en el plano de los consejos
comunales o de las comunas, sobre todo en las del campo rural, que están
intentando pensar cómo producir la tierra de otra manera. Por eso digo que el
desafío está puesto en el campo rural y, de alguna manera, ruralizar la ciudad,
ese diálogo entre ciudad y campo, que tiene que ser distinto. En la ciudad se
acostumbra consumir lo que se produce en el campo pero nunca se pregunta cómo
produce el campo.
RNL: Esto que resumís muy
claramente da un poquito de temor porque uno tiene también esa idea y esa
educación, que no viene de otro lado que del capitalismo, de que las cosas se
adquieren y, una vez que uno las tiene, son de uno y nadie se las va a sacar.
Esa idea de la propiedad privada traspolada incluso a los procesos, a las
ideas, y sabemos que eso no es así, que justamente la revolución se revoluciona
todos los días o deja de serlo.
CG: Asimismo. Te atajo allí
porque creo que es importante permanentemente reflexionar qué es revolución,
hasta dónde es revolución, porque, a fin de cuentas, si la revolución es una
idea fija, termina siendo un futuro predeterminado y lo que hace es matar a la
creatividad.
RLN: Tal cual.
CG: Y creo que, para enlazar con
el campo de la salud mental, que la salud mental tiene que ser una práctica
popular, una práctica de los pueblos mismos, tiene que ver con la recreación
permanente de sus condiciones de vida. La creatividad en las formas de poder
representar y hacer la vida y producirla de otra manera; poder recrearla de
otra manera. Y dentro del capital eso es
imposible, entonces hay que buscar fuera del capital. Y ahí están los múltiples
pueblos que existen fuera de lo que llaman modernidad. Acá, en Venezuela,
existen más de 43 pueblos vivos, con todo su mundo, que pueden enseñar, que
pueden hablarnos, que pueden decirnos cómo se hace la vida de otra manera. Y en
el continente no sé cuántos pueblos habrá distintos al habla de la lengua
española o portuguesa que pueden mostrarnos otra forma de hacer la vida, otra
forma de producirla. Y la salud mental creo que está puesta en ese terreno, en
cómo se hace la vida, en cómo se consume también lo que se produce, en cómo,
entonces, se va creando el arte a partir de lo que va entretejiéndose entre el
pueblo, entre lo que le va ocurriendo a cada quien con la forma de producirla,
lo que va dialogando; en cómo va incorporándose en el mundo de cada quien,
después se transforma en una suerte de diálogo interno que tiene que salir
hacia afuera con arte, con pintura, con escultura, con otras formas también de
poner afuera lo que le ocurre a la persona adentro. Creo que ese proceso es el
que está allí, siempre germinando; una germinación permanente, una suerte de
recreación latente que intenta salir pero que a veces nos cuesta un poco y que,
a fin de cuentas, en la medida en que dialoguemos entre pueblos, podemos
compartir eso que está allí muy poco dicho, muy poco conversado, muy poco transcrito,
traducido en el arte, que se va a ir constituyendo en una forma de expresión
que, hasta ahora, están allí, como represadas.
RLN: Y el arte también traspolado
al hacer revolucionario porque, donde no hay camino, hay que inventarlo. No
podemos intentar repetir recetas anacrónicas y descontextualizadas. Cada espacio
necesita sus propios creadores y creadoras de esos caminos.
CG: Así es. Voy a hacer acá,
aprovechando el espacio, algo de analogía entre ese proceso creador y lo que
estamos viviendo acá, políticamente, en Venezuela. Por efecto del bloqueo,
estamos siendo llevados u obligados a apelar, para sortear las sanciones, las
medidas coercitivas, a un paquetazo, a medidas neoliberales clásicas, el shock
monetario clásico, en que se reduce el consumo, se reduce el salario de la
administración pública, los embajadores de los privados también, para que no
haya, supuestamente, exceso de liquidez, inflación y todo aquello que ustedes
también están viviendo un poco. Esa forma tradicional de pensar lo económico
nos está llevando a un plano en que hay un retroceso muy fuerte en los avances
del campo popular y del proyecto nuestroamericano planteado por Hugo Rafael
Chávez, en el proyecto que llamaron Plan de la Patria 2013-2019, y ese proyecto
histórico retomado de Bolívar y más atrás de él. Hay otra propuesta que
pudiésemos llamar, hasta a un punto, creadora, es un riesgo, pero una propuesta
más creativa, que es lo que llaman indexación. Esa propuesta de indexación que
hacen algunos economistas que están también de este lado, apoyando un proceso
de liberación, un proceso de construcción distinta, se ancla en una propuesta
que es más cercana a nosotros y que, además, no pauperiza el salario, por
ejemplo. Pero dentro del establishment que está ahora cercano al gobierno nacional,
que además está articulando, de cierta forma, con algunos capitales, hasta con
el Fondo Monetario Internacional, en algunos diálogos y discusiones, estamos
viendo que esa propuesta de sanción es peligrosa para ese proyecto, que es lo
mismo de siempre, esa receta conocida llamada neoliberalismo, ahora tal vez de
nuevo cuño que se está tratando de entrar a través del shock que nos aplican.
La pregunta es: nuestros propios intelectuales, nuestros propios procesos,
tienen que parir nuestras propias teorías, tienen que dar cuenta de nuestra
propia realidad, tienen que resolvernos de lo que sentimos, de lo que pensamos,
de lo que nos ocurre. Por eso decimos siempre que pasa por cómo se produce lo
que se come, cómo se consume lo que se produce y cómo después eso que se
produce y que se consume, cómo se vuelve arte, cómo se recrea, cómo se traduce
en el contenido artístico que, al fin de cuentas, es lo que va a ir de
generación en generación.
RLN: En este planteo que se están
haciendo desde la Red Latinoamericana de Arte y Salud Mental allí en Venezuela,
¿cómo están concretando ese proyecto?
CG: Acá, con Ale, que lo
entrevistaste la semana pasada, armamos hace una década una escuela de
operadores sociales para la salud mental. Ya sabemos que el enfoque de ser
operador para la salud mental es constituirse como agente de cambio. Y no es
cualquier cosa hablar de agente de cambio; es ir muchas veces contra todo
aquello que en parte también somos y que, ahí, se constituye una suerte de
tensión muy fuerte porque es contra uno mismo, al mismo tiempo en ir hacia ser
otro. No es cualquier tarea. Y esa escuela de operadores sociales para la salud
mental, por efecto, ocurrió acá en el 2014, hacia el 2022, 0 2021, nos llevó a
un estado repliegue muy, muy complejo. La escuela vuelve a retomarse
aproximadamente hace un año de nuevo su fuerza, y nos estamos vinculando desde
la Red Latinoamericana de Arte y Salud Mental para empezar a pensar y a hacer
desde el arte una práctica que permita a aquellos que están subyugados por el
sistema represivo psiquiátrico que todos conocemos una forma de pensar la salud
y de hacerla, distinta. Lo que plantea el compañero Alberto Sava, del Frente de
Artistas del Borda, que para nosotros es una de las experiencias de mayor
ahínco, de mayor énfasis en el continente, como experiencia concreta de cómo se
hace una experiencia de salud mental distinta, cómo se piensa, cómo se practica
eso de la salud mental. Estamos pensando en talleres y haciendo talleres que
tienen que ver, en nuestro caso, con cómo la pintura o la escultura, por
ejemplo, que es lo que estamos hasta ahora empezando a arar, va permitiéndole a
la persona ir comunicando cosas que desde adentro no puede. Y en esto de la
salud mental, en esto del arte, es una forma de comunicación; el arte permite
comunicar cosas que a ratos de otra manera es imposible hacerlo. Y a partir de
allí, entonces, va apareciendo una forma de comunicación que se va a ir
decodificando entre los actores. Lo que ahora nos estamos planteando, en las
últimas reuniones de la Red, cómo trabajar no sólo desde el campo psiquiátrico,
dentro de los muros, y trabajar más ahora en términos de la prevención, más en términos
de lo comunitario, y eso nos llama a nosotros bastante la atención; cómo
empezar a crear las condiciones de prevención de la enfermedad mental, la
prevención de las condiciones que generan la enfermedad mental. Y creo que el
arte, que es una de las prácticas que en este sistema muchas veces, o casi
siempre, le está prohibido al pueblo, es la práctica que necesitamos como un instrumento
que va a permitirle a la gente poder dialogar cosas que de otra manera sería
casi imposible. Eso le permitiría, o nos permitiría a nosotros, crear espacios
de diálogo, de comunicación que, hasta ahora, está prohibido o muy, muy
limitado para el campo popular.
RLN: Bueno, Carlos, re
interesante el proyecto. Ojalá podamos seguir en contacto y viendo cómo
evoluciona este proyecto y este proceso que están encarando allí y que,
entiendo, va a tener también su correlación en distintos puntos de
Nuestraamérica. Iremos recorriendo a los distintos referentes de esta Red en
los distintos países para que nos vayan contando un poco en qué se traduce en
cada uno de los territorios.
CG: Así es. Nosotros esperamos,
acá en Venezuela, para finales del año organizar el primer encuentro de arte,
poesía y salud mental, en el que seguramente estaremos compartiendo a través de
esta radio, de ustedes, como compañeros, que también hagan un poco de eco de lo
que se viene haciendo en la Red lo que haremos acá, y con gusto nos
comunicaremos y compartiremos algo del material que salga por acá.
RLN: ¡Cómo no! La radio está a
disposición de todos y todas ustedes.
domingo, 11 de septiembre de 2022
ÉPOCA DE HUERTA, SEMILLAS PROPIAS . ENTREVISTA A MAXI, PRODUCTOR DE SEMILLAS.
El Bolsón (ANPP).-- Comienza la época de siembra. #n nuestra comarca son Miles las huertas que ya están empezando a prepararse. Y en esta tarea tan linda como sana, las semillas son un factor determinante. ¿Producir las propias semillas es posible? Claro que sí. Posible, deseable y hasta necesario. Charlamos con Maxi, hjertero y productor de semillas y esto nos decía;
Empecé
porque también, al producir nuestras semillas podés elegir lo que comés. Uno va
a la veterinaria a comprar o a una feria también y consigue ciertas cosas. Pero
hay mil variedades de lechuga y a uno le gusta una y a otro, otra. Pero en una
veterinaria sobre todo hay solo una porque esa persona, por ejemplo, no puede traer
veinte variedades de lechuga porque no le conviene. Entonces, si uno no
produce, si los vecinos no producen, se van acotando mucho las variedades. Entonces, para arrancar
es eso, es elegir lo que queremos comer, lo que va bien en nuestra zona. Porque
también el INTA da semillas pero no te da una variedad de repollo para esta zona de la Patagonia donde
necesitamos otras variedades que son diferentes a las del Norte por el clima y
bueno, esa sería una primera importancia.
También, después,
porque son caras para comprar. Si todos los años tenés que comprar semillas es
un presupuesto. Y también no depender de ninguna empresa de las que producen o
fabrican semillas sino producirlas entre nosotros, con los vecinos,
compartirlas. Así que ahí andamos, tratando de producir más, de compartir las
experiencias y los saberes.
Las semillas
con colores primero, no son orgánicas; son producidas en una forma intensiva
por estas grandes productoras de semillas y tienen esos colores porque le ponen productos para que no se lo
coman otros animales, funguicidas, distintos productos. Esas semillas están
pensadas más para grandes producciones aunque
después terminan siendo vendidas para gente que tiene huerta en su casa. Pero
insisto, están pensadas para grandes producciones, donde esa gente no quiere
fallar, quiere que las semillas salgan todas, que no se las coma ningún bicho,
que no las ataque ningún hongo. Lo peor serían las semillas híbridas que son
las que se usan más en las producciones. Porque yo cuando me han faltado algunas
semillas he comprado en veterinarias zanahorias, puerros, y de ahí pude hacer
semillas. Y todo bien y las mantuve muchos
años hasta que después las fui cambiando. Pero el tema con los híbridos, con
los F1, uno de ahí puede hacer una semilla al año siguiente pero esa variedad
comienza a decaer, esas características con los años las va perdiendo. En
cambio, con una semilla criolla que nos puede pasar un vecino, ya adaptada a la
zona en la que estamos, uno puede hacer semillas con los años y las puede hasta
mejorar porque uno puede seleccionar precocidad, tamaño, sabor; podés seleccionar
varias cosas y las podés llegar a mejorar. Pero con estas semillas que se hacen
de esta manera siempre va para atrás, va perdiendo sus características. Te
comiste un brócoli que era gigante y al año siguiente hacés semilla y va a ser
más chico, va a perder el sabor, se van perdiendo esas características… es el problema de las semillas híbridas.
Justo la
semana pasada con un compañero acá en la Feria, él le había dado unas semillas
a un grupo de productores de acá y ellos se quejaban porque unas eran medianas, otras chicas,
otras eran grandes. Y qué pasa, el
productor no puede ir jugando con estas, le tienen que salir todas
grandes. Elige esas semillas de grandes producciones que son todas importadas
porque salen todas parejas, todas iguales. En cambio, la semilla criolla tiene
estas cosas. Pero, para nosotros en la huerta es normal que tengamos un bancal
de zanahorias y salen chiquitas, otras grandes. Siempre estamos apuntando a que
salgan más grande para comer más, para tener más comida disponible para la
familia. No me quejo cuando me salen unas chiquitas, otras grandes. Es la
huerta, es el trabajo de la huerta. Uno apunta a que salga todo grande.
Pero el
productor que va a poner 200 metros cuadrados de repollo quiere que salgan todos iguales,
todos grandes. Y si, la semilla industrial te da esa efectividad, salen
todas; después también pasa mucho con
las veterinarias que (no estoy demonizando
ni a las veterinarias ni a las semillas) pero compran una lata de un kilo de semillas y tardan varios años en
venderlas. Entonces, cada año va perdiendo el poder germinativo, cada día van
germinando menos. Entonces, a veces, pensamos que esas semillas son malas. Y
no…, son viejas. Ha pasado de ver acá, en una veterinaria del pueblo, que tenía
las semillas exhibidas en una vidriera que le daba el sol de la tarde. Entonces
las semillas estaban “cocinándose al sol toda la tarde”. Y las semillas para
conservarlas bien necesitan estar en un lugar fresco, oscuro, sin humedad. Y
esas se estaban cocinando. Esas semillas no las compro porque van a brotar
menos. No es que son malas.
Después
también está el tema de cómo uno trata esa semilla una vez que las recibe,
porque cuando uno falla lo primero que se le ocurre es culpar a la semilla. Con
tantos años de experiencia es lo que más escucho “No, la semilla era mala, no
me salió”. Y le echamos la culpa porque no se puede defender. Ese es el tema de
la pobre semilla. No se puede defender. “Y culpa mía no fue”, porque uno nunca tiene la culpa.
Y es como la
tratás. Si me hablás de la zanahoria recién, es un cultivo bastante fino, sobre
todo el primer tiempo hay que estarle bastante encima. Si no le ponés pila vas
a fracasar. En la Patagonia es muy importante la época de siembra, no hay que
esquivarle a la época de siembra porque los meses de calor son pocos, hay que aprovecharlos.
Hace muchos años conformamos un grupo de cuidadores de semillas que después se
fue diluyendo y quedamos poquitos produciendo. Lo bueno que salió de ese grupo
es poder escribir y pensar una ordenanza y gente del grupo se ocupó de llevar a
unos municipios para que puedan hacer la ordenanza y se aprobó fácilmente.
Yo no vendo
verduras, la verdad que todo es pensado para la familia, para tener más, para
tener comida fresca en el invierno. Sobre todo en la Patagonia que se piensa
pongo las cosas en el verano: son acelgas, lechuga, papas, cebollas, pongo en
el invernáculo unos tomates, y en marzo cierro todo y chau.
Pero está
visto que en el invierno se pueden tener un montón de verduras que laburamos en
la primavera anterior y que siguen. Y si… claro, yo te cuento que antes de
tener huerta, el sábado veníamos al pueblo y traíamos la lista de lo que íbamos
a comer la semana siguiente y veníamos y hacíamos las compras. Y una vez que
empezamos a producir, esa lista ya no existía tanto y solo comprábamos yerba,
azúcar, aceite y esas cosas que uno no produce. La cosa cambia mucho tanto a
nivel calidad de lo que uno come como económico. La comida está cada día más
cara y cuesta. Así que si uno la tiene en casa y va poniendo conciencia en la
huerta, comés, y comés un montón.
En mi
casa a la hora de comer se mira la
huerta. A veces el plato tiene un ingrediente de la huerta y, a veces, es
completo, es variado y todo sale de la huerta. Uno milita eso: poder producir tu
comida para tener que salir a trabajar afuera
lo menos posible. Pero, ahí vamos, tratando de contar a la gente siempre
esto.