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lunes, 29 de agosto de 2016

EDITORIAL: 38 PERPETUAS PARA EL TERRORISMO DE ESTADO

El Bolsón (ANPP).-



Terrorismo de estado. Las 28 condenas de La Perla.


Región de manos sucias de pinceles sin pelo
de niños boca abajo de cepillos de dientes
Zona donde la rata se ennoblece
y hay banderas innúmeras y cantan himnos
y alguien te prende, hijo de puta,
una medalla sobre el pecho

Y te pudres lo mismo.”
Julio Cortazar. “A un General”



Sin duda, el horror padecido durante la última dictadura militar, por miles y miles de personas, las consecuencias que aún se viven hoy por tales delitos de lesa humanidad y que se seguirán viviendo por más generaciones; merecen ser juzgadas y condenadas. Por ello se nos esboza una sonrisa ante las condenas de la megacausa de la Perla. Centro clandestino de detención y tortura de Córdoba en donde se cometieron toda clase de delitos contra hombres y mujeres, pibes y pibas, niños y niñas que allí padecieron tormentos. Muchos/as murieron asesinados/as, torturados/as, violados/as hasta matarlos/as, otros sobrevivieron para poder atestiguar en este juicio. Por todos y todas se nos esboza una sonrisa, porque si bien sabemos y creemos que muchos daños no serán reparados, sí sabemos que los genocidas no merecen otra cosa, que terminar sus vidas en una cárcel. Sí sabemos también, que para las víctimas de tales horrores, estos juicios son al menos reparadores, sanadores.

El hecho a destacar durante esta semana, es que el Tribunal Oral Federal N°1 de Córdoba condenó a 38 de los imputados en el megajuicio por los crímenes cometidos en La Perla. La condena fue a 38 ex-oficiales del ejército por su participación en el secuestro, la tortura y el asesinato de varios cientos de víctimas durante la dictadura militar en las décadas de los 70 y 80, entre ellos Luciano Benjamín Menéndez, el militar con más condenas por lesa humanidad. A pesar de ello, algunos de los genocidas se dieron el lujo de amenazar al público al final del juicio. Ya había habido antecedentes de esto en el mismo juicio, y de que los imputados usen libros (de ideologías a las que adhieren), para tapar sus rostros durante el mismo.

El histórico juicio duró casi cuatro años y tuvo cifras impactantes: “(...)43 imputados, 716 víctimas, 581 testigos y 354 audiencias. Los jueces del Tribunal –Jaime Díaz Gavier, Julián Falcucci, José Camilo Quiroga Uriburu y Carlos Arturo Ochoa- leyeron el veredicto durante una hora, mientras miles de militantes por los Derechos Humanos esperaban en la puerta de Tribunales”(Cosecha Roja,25/08/2016)”. Más de 10.000 personas esperaron el veredicto de los jueces en las calles de Córdoba, en la última jornada del juicio.

Ante un contexto desfavorable para el pueblo en general y para quienes luchan por los derechos humanos en particular, en el que vemos genocidas a los que le han otorgado el beneficio de la prisión domiciliaria y sabemos que quienes están en el gobierno no precisamente apoyan los juicios que se vienen realizando, sino que justamente por la ideología que muestran en su accionar están más cerca de los represores; una condena como ésta, demuestra que el empuje de los organismos que vienen luchando tanto en los tribunales, como en las calles, desde hace mas de 30 años fue y es esencial y que sin ellos/as, no se hubiera podido llegar, a lo que se llegó y a lo que aún falta.
Hoy entonces, más que nunca, juicio y castigo a los culpables. Hoy más que nunca entonces, vuelve la emblemática marcha de la resistencia organizada por las Madres de Plaza de Mayo, en donde muchos/as allá por los 90s aprendimos que la lucha era en las calles, dormimos en la plaza de mayo con las madres y nos encontramos con otros y con otras de todo el país para saber que esa lucha la teníamos que replicar en todas partes. La nueva resistencia viene creciendo quizá. Será parte nuestra, esta vez resistir pero a la vez construir organización popular desde abajo.