Johana Ramallo estuvo desaparecida casi dos años, hasta que hace aproximadamente quince días se confirmó el hallazgo de sus restos. Marta, su mamá, reflexionó desde su dolor más profundo al aire del Enredando las Mañanas del pasado jueves 30 de mayo. 
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(RNMA).-El 30 de abril la familia Ramallo recibió las peores noticias: habían hallado los restos  de Johana. “A
 nosotros el 26 de julio de 2017 nos quitaron la vida y el día 30 de 
abril del 2019 nos volvieron a arrebatar la vida, las esperanzas, la 
ilusión; nos volvieron a matar, el Estado cómplice, los jueces, los 
fiscales, todos los que estuvieron haciendo simulacros estos 22 meses 
que llevamos reclamando aparición con vida de Johana”, comenzó diciendo Marta.  
La querían viva, porque así se la 
llevaron, y esa fue la consigna de todas las movilizaciones que se 
realizaron en La Plata durante este largo tiempo. Sin embargo, las 
súplicas fueron vanas. La justicia patriarcal, cómplice de redes de 
trata y poder, jugo a favor del más terrible de los desenlaces.
Pero nada más lejos de suponer que la lucha de Marta –como la de tantas otras madres- ha claudicado. “Esto
 a mí me llena de fuerza para buscar y voy a hacer justicia por todas 
esas pibas que no volvieron más a sus casas, por todas esas mamás que 
tuvieron que entrar a una morgue judicial y ver pedazos de sus hijas 
tirados en una bolsa negra” aseguró.
Hace unos días ya que el cuerpo se 
encuentra en la morgue judicial federal, y se están realizando las 
pericias correspondientes por los médicos forenses a cargo. Lo que está 
esperando Marta es que el cuerpo comience a hablar: “Una vez que el 
cuerpo hable van a caer todos los que tienen que caer y ahí voy a estar 
yo viéndoles las caras, porque les quiero conocer la cara, les quiero 
hacer ver quién soy yo y quién fue Johana”.
En esta lucha, además de familiares, 
militantes, amigxs, Marta tuvo un aliado a los medios alternativos de 
comunicación, y no se olvidó de agradecer por el respeto con el que 
siempre abordaron el caso. También recordó que, en contraposición, los 
grandes no solo no tuvieron respeto, sino que no hicieron otra cosa más 
que volverla a matar una y otra vez.
No hay lugar para reproches: quien haya 
seguido el caso sabe sin dudas que la mamá de Johana dejo todo en su 
búsqueda. Agoto todas las instancias formales del proceso, y las 
informales también. No hubo calle de La Plata que no haya sentido los 
pies de Marta, ir y venir, las veces que fuera necesario. Los reproches,
 los reclamos, las explicaciones, que sean para el poder judicial, la 
policía, y todo ese entramado perverso que no deja de robarse pibas.
Y esto último, la entrevistada lo tiene muy claro: “Como
 somos gente humilde, ellos creen que no merecemos una justicia digna 
para nuestras pibas. Nosotros estamos siendo víctimas de un Estado 
cómplice y proxeneta, eso lo vengo denunciando desde el primer día de la
 desaparición de Johana”.
Lo que le queda a Marta, tal vez, sean 
dos certezas: la primera es que en la desaparición y muerte de Johana no
 pudo solamente haber participado una persona. Y la segunda es que por 
su hija y por su nieta, va continuar por el camino de la lucha: “Estoy
 segura que voy a hacer justicia y van a pagar los que tengan que pagar 
porque ellos no tuvieron piedad ni con mi hija ni con la hija de Johana,
 que hoy con 8 años se encuentra levantando un cartel que pide verdad, 
justicia y memoria por su mamá”.
 

 
 
