El Bolsón (ANPP).-Editorial de la Agrupación Rojinegra:
En
 los últimos días se han escuchado discursos e incluso se han tomado 
medidas que ponen el foco del problema de los femicidios en el 
endurecimiento de las penas y el recorte de derechos hacia quienes están
 presos por este tipo de delitos. Ante el estado de shock social que 
provoca un femicidio como el de Micaela y otros casos de desapariciones 
de mujeres (como el de Araceli Fulles en la misma semana); se alzan 
rápidamente las voces de quienes piden más y peores penas. Y Es con la misma lógica que aparecen
 también quienes propugnan discursos moralistas, culpabilizando ciertos 
comportamientos "socialmente inadecuados" de las mujeres; que 
supuestamente atraerían o provocarían el acecho de los varones, las 
violaciones y las muertes.
Paradójicamente
 el papá de Micaela García, la joven víctima de femicidio en la ciudad 
de Gualeguay; declaró que había que enfocar el problema en “el sistema” y
 no tanto en un juez determinado,y que había que “seguir luchando por 
las mismas cosas que luchaba Micaela”. Los medios buscaban una 
declaración desgarradora y de odio a los violadores, pero encontraron un
 padre capaz de comprender un poco más allá del dolor, que pudo 
transmitir un mensaje esperanzador.
Es decir, tenemos por un lado el uso mediático de este un
 tema y por otro las declaraciones de un padre lúcido que no impulsa la 
venganza ni la pena de muerte. Porque si contextualizamos un poco esto, 
tenemos un gobierno que promueve medidas de endurecimiento de penas, 
mayor control social, represión a los trabajadores y que por otro lado 
vacía programas de ESI (educación sexual integral) y quita presupuesto a
 áreas estatales que tienen que ver con la prevención de la violencia de
 género. Entonces, en realidad poco le importa al 
gobierno ir por el camino de educar, hoy vemos que se  elige condenar , reprimir, invisibilizar. Esta lógica sigue dejando a las mujeres desprotegidas, victimizándolas más aún, cuando son víctimas de violencia de género, 
tanto sea de golpes, abusos físicos, psicológicos y económicos. Una vez 
más, proponiéndonos una realidad intocable, intransformable. Un 
determinismo,  que nos inducen a aceptar pasivamente.
EL
 fortalecimiento de las redes solidarias entre las mujeres, la práctica 
de la autodefensa tanto física como psicológica y las políticas 
pedagógicas que desenmascaran al patriarcado y educan en la diversidad 
desde pequeños; son otros caminos posibles, más efectivos, sanos y 
liberadores. Por ello quizá será, que ciertos gobiernos prefieren seguir
 exacerbando lo peor del sistema patriarcal, es decir prefieren gente 
miedosa y sumisa para poder tomar las medidas tanto en lo económico, 
político y social que no podrían tomar con gente más despierta, crítica,
 luchadora y esperanzada.
Lo
 han demostrado los colectivos feministas, y las organizaciones de 
mujeres en general. El camino no es sólo la punición, sino la educación 
desde pequeños/as, pero también el fortalecimiento de las mismas 
mujeres, que comienzan a ver y a creer que otra forma de vivir es 
posible y que los lazos con otras son de vital importancia para este 
proceso. Justamente el miedo y el encierro es lo que nos paraliza. 
Dejando el miedo de lado, practicando la autodefensa y construyendo empoderamiento podremos transformar el sistema patriarcal, en el que el macho es el que tiene la fuerza, el poder y las armas.
Juntxs podemos construir un mundo nuevo. El Feminismo no es sólo el antipatriacado, es igualdad, encuentro, resistencia, denuncia y trasformación.
Para
 cambiar el orden patriarcal necesitamos destruir la colonialidad que 
nos constituye y empezar a tejer los vínculos de otro modo, recuperando 
los sueños de todas las mujeres que lucharon por esto. 
 


 
 
