(APL).-Expectativa por la sentencia en Trelew 
Familiares y organismos de derechos humanos 
de Chubut esperan un veredicto ejemplar por el asesinato de Julián 
Antillanca. La defensa de los policías implicados, en tanto, pidió la 
absolución. El tribunal podría dictar cadenas perpetuas. En el juicio 
están imputados por homicidio calificado – por su condición de 
funcionarios policiales- Martín Solis, Jorge Abraham, Laura Córdoba y 
oficial Pablo Morales. Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario 
Bascuñán y Valeria Zabala están acusados de “encubrimiento agravado”. 
Además, el oficial Diego Rey está acusado por “privación ilegal de la 
libertad”. Gabriela Bidera, la única civil implicada en la causa, fue 
beneficiada  con la suspensión de juicio a prueba y deberá realizar 
tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn por dos años. 
(Fuente Infojus)
 
En el segundo juicio oral y público por el crimen de Julián 
Antillanca, el joven de 19 años asesinado a manos de policías de Trelew,
 serán los jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse los
 responsables de dictar sentencia, prevista para hoy al mediodía. 
“Entendemos que el hecho no ocurrió en una noche de desborde policial. 
Todo comenzó con la brutalidad contra los Aballay y termina con el 
asesinato de Julián. Nosotros con el fallo de la Corte Interamericana, 
entendemos que hay un contexto de violencia institucional contra los 
jóvenes de bajos recursos de la provincia del Chubut, avalada por una 
gran desigualdad social”, argumentó Verónica Heredia, querellante, en 
los alegatos. Se espera una intensa movilización hacia el juzgado, entre
 familiares, organizaciones sociales, políticas y estudiantiles .En el 
primer juicio, todos los acusados habían sido absuletos. Este tribunal 
confirmó lo que había resuelto el Supremo Tribunal de Justicia 
provincial – y que avaló la Corte Suprema de Justicia- que revocó el 
proceso realizado en primera instancia y ordenó hacer un nuevo juicio. 
Ahora la querella y fiscalía pidieron penas por homicidio calificado 
agravado por tratarse de funcionarios públicos, mientras que la defensa 
solicitó la absolución.
 
El juicio contó con más de una decena de audiencias. “Son cinco años
 de constante denuncia y creo que hemos llegado a una instancia social 
muy marcada. Exigimos entre todos la decisión de este tribunal. 
Esperamos que tengan un buen criterio para valorar las pruebas y 
conseguir un fallo justo”. Así habló el padre de la víctima, César 
Antillanca, después de una maratónica audiencia de alegatos. “A pesar de
 que mí hijo fue asesinado cobardemente, yo no vengo a buscar venganza, 
vengo a buscar justicia. No solo por mi hija Ayelén, sino por mi hijo 
Diego, que a partir del asesinato de Julián se le llenó el corazón de 
dolor y de tristeza. Diego tenía solo cuatro años y estuvo casi tres 
años sin reírse. Diego era un niño triste. Yo vengo acá con el amor que 
les tengo a mis hijos, porque pienso que el único amor verdadero que 
queda en este mundo es el amor de los padres con los hijos. Nada lo 
puede romper, nadie se puede meter, ni siquiera la distancia y ni 
siquiera una muerte. Ellos hablan de condena social, nosotros tenemos 
una condena para toda la vida”, dijo Sandra Tolosa, la madre.
 
En el juicio están imputados por homicidio calificado – por su 
condición de funcionarios policiales- Martín Solis, Jorge Abraham, Laura
 Córdoba y oficial Pablo Morales. Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, 
Mario Bascuñán y Valeria Zabala están acusados de “encubrimiento 
agravado”. Además, el oficial Diego Rey está acusado por “privación 
ilegal de la libertad”. Gabriela Bidera, la única civil implicada en la 
causa, fue beneficiada  con la suspensión de juicio a prueba y deberá 
realizar tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn por dos 
años.
 Las pruebas
Entre las pruebas más importantes estuvo el testimonio de Herminio González, perito del Cuerpo Médico Forense (CMF)
 de Chubut. En el juicio confirmó que la muerte de Julián Antillanca fue
 a causa de golpes que le dieron y descartó que haya sido por un 
supuesto coma alcohólico o un problema cardíaco, como se especuló en un 
primer momento. En otras audiencias, además, dos testigos dieron 
detalles al tribunal sobre el accionar de los policías. Además, los 
peritos ratificaron haber encontrado rastros genéticos del “linaje 
Antillanca” en el patrullero denunciado como desde donde se tiró el 
cuerpo del joven. “Fueron muy contundentes las declaraciones de las 
testigos, ha quedado claro que es el personal policial el que es el 
responsable de la muerte de Julián”, había dicho a Infojus Noticias la 
abogada de la familia de Julián, Verónica Heredia.
 Aquella jornada, Jorgelina Domínguez y Daiana Monsalves se sentaron 
ante los jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Nieto De Biase,
 y detallaron lo que vieron. Una dijo cómo lo golpearon a Julián, y la 
otra, cómo descartaban el cuerpo en una calle “solitaria”. Daiana lo 
conoció a Julián esa noche, se lo presentó su hermana. En el boliche 
“Ku” Julián le regaló un trago pero después el joven salió solo. Cuando 
Daiana salió caminó por la zona de boliches hacia la rotonda “5 de 
Octubre”, vio como tres policía lo golpeaban mientras una policía mujer 
obstaculizaba el paso. Daiana reconoció que era Julián porque llevaba 
“algo oscuro arriba y algo claro abajo”. La joven declaró que no pudo 
dormir recordando cómo “le pegaban en la cabeza, cuerpo y piernas ”. 
“Son cosas que marcan”, le dijo como respuesta a las preguntas de la 
defensa de los policías que en todo momento quisieron confundirla.
 Después de la brutal golpiza en el rostro, la cabeza, el tórax y las
 extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos 
contundentes, los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo 
tiraron a la calle. En ese momento Jorgelina Domínguez y su amiga 
(Gabriela Bidera – hija de un comisario que fue beneficiada con la 
probation en este juicio, donde estaba acusada de encubrir a los 
policías-) caminaban por esa calle. Cuando vieron un patrullero que 
dobló en contramano se escondieron detrás de un árbol. Jorgelina vio 
todo. Un policía bajó del móvil, miró para todos lados para cerciorarse 
de que no había nadie, después llamó a quien conducía y entre los dos 
bajaron un cuerpo que dejaron depositado en el asfalto. Jorgelina y su 
amiga corrieron asustadas. Aquel cuerpo era el de Julián.
 Los alegatos
En su extenso alegato, la fiscal 
Mirta del Valle Moreno responsabilizó como autores materiales y 
responsables del asesinato de Julián Antillanca a Martín Solís, Jorge 
Abraham, Laura Córdoba y Pablo Morales del delito de homicidio 
calificado ejerciendo sus funciones en calidad de funcionarios públicos.
 Al comisario Carlos Sandoval, a cargo de la Comisaría Cuarta en aquel 
entonces, lo acusó del delito de encubrimiento agravado en concurso real
 por incumplimiento de los deberes de funcionario público. La querella 
acompañó el pedido. Los defensores Gustavo Castro y Fabián Gabalachis 
pidieron la absolución. Si el tribunal avala la calificación de los 
deltios por el crimen de Antillanca, podría ser condenados a cadena 
perpetua.
 
Un documental sobre el caso
 El documental “Un paisaje del espanto”, dirigido por Daniel Riera y 
Mauro Gómez, hace foco enJ ulián Antillanca, asesinado en septiembre de 
2010.  Pero también repasa otra docena de asesinatos, violaciones y 
golpizas perpetrados por la policía del Chubut desde esa fecha hasta el 
presente. La impresionante lista que releva el documental la integran 
Iván Torres (2003), Maximiliano Almonacid (2012), Bruno Rodríguez 
Monsalves (2012), César Monsalves (2013), Andrés Gastón Vargas (2013), 
Rodolfo y Nazareno Arriagada, Cristian y Leandro Tripaiñan y Sergio y 
Denis Aballay (2014).
 A esa nómina, Riera le agrega que “durante el montaje del filme nos 
enteramos que apareció prendido fuego en un calabozo el pibe Mauro 
Castaño”. “No creo que Chubut sea el único lugar en el que suceden estas
 cosas, pero supongo que la impunidad de un caso posibilita el 
siguiente”, dijo el periodista en una entrevista con Télam.Al analizar el panorama, el autor de los libros “Buenos Aires 
bizarro” y “Nuestro Vietnam”, desliza que “obviamente hay patrones: se 
trata de chicos pobres y jóvenes, víctimas de una violencia 
absolutamente exacerbada ya que no son asesinados por gatillo fácil sino
 que son estrangulados o quemados en una cosa tortuosa, una especie de 
violencia xl”.
 Mirá el documental: 
https://www.youtube.com/watch?v=odCeV_ACLy8