Capital Federal (RedEco).- Se realizará el jueves 29 de diciembre, a las 17,  desde Avenida de Mayo y 9 de Julio hasta Plaza de Mayo. Previamente, el  miércoles 28 se llevará adelante una conferencia de prensa, a las 15, en  Lima 609, con la presencia de autoridades de la CTA, Nora Cortiñas de  Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y representantes de otros  organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales. 
Reproducimos a continuación una nota difundida  desde la CTA sobre la convocatoria a la marcha: “En nombre y  representación de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) nos  dirigimos a ustedes para comunicarles que según lo resuelto en la  reunión de Conducción Nacional en Rosario este jueves 29 del corriente  mes, convocamos a movilizarnos en contra de la Ley antiterrorista.
El proyecto incorpora al Código Penal una nueva agravante para cualquier  delito que fuera cometido con la finalidad de generar terror en la  población o de obligar a un gobierno a adoptar o abstenerse de tomar  determinada decisión.
En estos casos se eleva la pena aplicable al doble de la pena mínima y de la máxima.
La excusa de este proyecto es prevenir, investigar y sancionar  actividades delictivas con finalidad “terrorista”. Sin embargo, la  amplitud con que se definen dichas finalidades es enorme, por lo que la  gran mayoría de las acciones de protesta social podrán, potencialmente,  ser calificadas como “terroristas” o encuadrar dentro de las previsiones  de esta ley.
No se trata de una preocupación en abstracto. Leyes muy similares a  estas se utilizan habitualmente en Chile, para acusar por terrorismo a  los miembros de las comunidades mapuches que luchan por la defensa de su  territorio y de sus costumbres.
Entre las situaciones absurdas por lo ilógico, pero extremadamente  graves por sus consecuencias en la práctica pueden citarse las  siguientes:
Actualmente la pena prevista por una usurpación es de 6 meses a 3 años,  pero si se considera que tiene una finalidad terrorista (por ejemplo,  para frenar procesos de desmonte) la pena pasaría a ser de 1 a 6 años,  introduciendo así el riesgo de la prisión efectiva.
Este proyecto implicaría nuevas desproporciones en la escala penal: “por  ejemplo, quien cometiera un hurto en el contexto de una conmoción  pública podría recibir una condena mayor que la que corresponde a un  policía que ocasionara torturas”.
Esta reforma genera condiciones para una mayor criminalización de la  protesta social, ya que amplía las figuras penales y aumenta  notablemente las penas respecto de actos que constituyen la sustancia de  las estrategias de reivindicación de derechos en la práctica. Los  piquetes, las movilizaciones, las huelgas con permanencia en el  establecimiento, la resistencia a desalojos, entre otros, quedarán  sujetos a la eventualidad de que un juez los califique como  “terroristas”.
En la actualidad numerosos dirigentes sociales enfrentan causas penales  como consecuencia del legítimo ejercicio de los derechos  constitucionales. De ello pueden dar cuenta, entre muchos otros, los  trabajadores del Ferrocarril Sarmiento en Buenos Aires, los trabajadores  de la empresa Kraft – Terrabusi en la provincia de Buenos Aires, los  trabajadores estatales de la provincia de Mendoza, los trabajadores  docentes de la provincia de Santa Cruz, los trabajadores del azúcar de  la provincia de Salta. De sancionarse este proyecto, quienes realicen  acciones similares deberán enfrentar, potencialmente, la acusación como  ´terroristas´.
Desde el Gobierno Nacional se ha sostenido que durante la última década  los luchadores sociales no han debido enfrentarse a la justicia penal.  Los ejemplos citados anteriormente desmienten esta afirmación. Y aún  así, cabe destacar que esta ley trascenderá los límites del actual  gobierno, y de ser aprobada se transformará en una herramienta  formidable de todas aquellas autoridades estatales que quieran limitar  la protesta social.
Este proyecto fue enviado por el Poder Ejecutivo Nacional en el mes de  octubre de 2011, como respuesta a las exigencias del Grupo de Acción  Financiera Internacional (GAFI) como condición para considerar a nuestro  país como un destino seguro de Inversiones Externas Directas
Es decir, el Estado Nacional está privilegiando, en este punto, sus  relaciones con el poder financiero internacional por sobre el ejercicio  de las acciones de protesta social que puedan llevar adelante todo tipo  de organizaciones sociales en nuestro país (sindicatos, organizaciones  de campesinos y pueblos originarios, organismos de derechos humanos,  movimientos sociales), precisamente aquellas que, desde 1976 en  adelante, han sido quienes han encabezado los procesos de resistencia  popular ante la profundización de los programas de ajuste.
La concentración será a las 17Hs en Av. de Mayo y 9 de Julio para  movilizarnos a Plaza de Mayo junto a organizaciones sociales, de  derechos humanos, entre otras que participarán de la misma.
En este fin de año que nos encuentra movilizados en contra de la  criminalización y judicialización de la protesta, es un deber  indelegable nuestra participación en defensa de nuestras libertades”.

Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com 
 
 
 
 
