29 de noviembre(RNMA).-
Tras el fusilamiento por la espalda del joven mapuce Rafael Nahuel, 
la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, respaldó 
públicamente a las fuerzas de seguridad en su tarea represiva y 
fundamentó por qué pueden incluso pasar por sobre la decisión de un 
juez. “El Juez necesitará elementos probatorios, nosotros no”, respondió
 a un periodista durante la conferencia de prensa realizada este lunes.
Para que quede en claro que su Ministerio y el gobierno nacional 
están por sobre cualquier otro poder, afirmó: “las fuerzas de seguridad 
federales no van a aceptar ninguna orden individual ni antijurídica que 
invierta el rol, que significa que un lugar pueda ser custodiado por un 
poder fáctico, que se palpe a la fuerza de seguridad, que se invierta el
 rol de lo que el Estado debe hacer frente a un grupo que está fuera de 
la ley, y que intenta convertirse en este poder fáctico y tomar un 
territorio e imponer una ley distinta a la que tienen todos los 
ciudadanos argentinos”.
La Ministra no menciona que el artículo 75 de la Constitución 
Nacional, en su inciso 17, manda "reconocer la preexistencia étnica y 
cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su
 identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; 
reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y 
propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y 
regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo 
humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible 
de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión 
referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los 
afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas 
atribuciones”.
“Nosotros estamos totalmente abiertos al diálogo con todo grupo 
pacífico que pueda tener una protesta, una reivindicación pero que 
quiera resolver los problema en el marco de la ley, y no va a haber 
ningún diálogo con grupos violentos que violan la ley”, dijo, sin 
mencionar que fue un integrante de la Prefectura Naval Argentina, fuerza
 de seguridad que su Ministerio lidera, quien asesinó por la espalda al 
joven de 22 años, Rafael Nahuel.
En la misma línea, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la 
Nación, manifestó que “lo que el Estado argentino no puede permitir bajo
 ningún concepto es la violación de la ley o la extorsión o la presión 
como una forma de algún modo vulnerar la ley y poner en crisis al estado
 de derecho” y continuó con la estigmatización del Pueblo Nación Mapuce:
 “la existencia de estos grupos que señalaba la ministra de Seguridad, 
que no reconocen al Estado, que no respetan la ley, es algo que tenemos 
que tomarlo en cuenta y creo que en esto es importante también el 
accionar de la Justicia. Nosotros vamos a acompañar a los jueces, al 
juez que está interviniendo, a la fiscal, en todas aquellas gestiones 
que hagan al pleno respeto del ejercicio de la ley en todo nuestro país y
 específicamente en esta zona de Parques Nacionales que fueron tomadas y
 que motivaron estos trágicos incidentes”.
Germán Garavano, en una suerte de sutil justificación del accionar 
represivo, envió las condolencias a la familias de Nahuel y  de las 
personas heridas pero, dijo,  “me parece que los argentinos tenemos que 
aprender de una vez por todas que no es la violencia el camino para 
solucionar los conflictos, que la violencia es algo que ningún argentino
 quiere y que debe ser repudiada por todos y el Estado debe ejercer su 
rol en una sociedad”.
Una hora después de la conferencia de prensa, Isabel Hualas, madre de
 Facundo Jones Huala, respondió a los dichos de Bullrich y Garavano en 
Enredando las Mañanas, el programa diario de la Red Nacional de Medios 
Alternativos. Allí expresó que la “ministra de inseguridad y de 
represión” brindó un discurso “barato y violento” porque “ellos mismos 
dicen que los violentos somos nosotros, pero no matamos gente: hasta 
ahora no hemos matado a nadie, ellos sí tienen una desaparición forzada y
 el asesinato de Rafael Nahuel, así que tenemos mucho que repensar de 
las palabras de la ministra”.
(Ya no) queremos preguntar (tanto)
Las preguntas del periodismo (in)dependiente fueron claramente 
cómodas para ambos ministros. Medios del grupo Clarín (Radio Mitre, Todo
 N, diario Clarín, Radio Cadena 3), Radio Continental y la Radio Pública
 de la Ciudad de Buenos Aires le pusieron la pelota en los pies frente a
 una valla sin arquero.
Consultado sobre “si el gobierno tiene dilucidado y acreditado de 
dónde viene y cuáles son las intenciones” de las acciones de 
recuperación y resistencia del Pueblo Nación Mapuce, Garavano respondió 
que “más allá de las caracterizaciones generales, es importante 
detenerse, como lo señalaba la Ministra Bullrich, en que hubo más de 
setenta hechos violentos identificados; cada uno de estos hechos motiva 
causas penales en donde investiga una fiscal, en donde hay un juez 
interviniendo y corresponde a ellos en este momento, frente a cada 
hecho, establecer quiénes violaron la ley, quiénes son los responsables 
de esa violación de la ley y cuáles son las consecuencias de esa 
conducta”.
“Ustedes recordarán que en ocasión del hallazgo del cuerpo de 
Santiago Maldonado incluso fue agredido el secretario de Derechos 
Humanos y un asesor del Ministerio de Justicia por alguno de estos 
grupos, entonces me parece que es importante que ante cada uno de estos 
hechos delictivos la Justicia sea la que avance y asigne las 
responsabilidades a cada una de las personas que violaron la ley. Ese es
 el camino que nos tiene que conducir a recobrar la paz y a marcar que 
aquellas personas que violan la ley tienen consecuencias”, agregó.
Las preguntas del periodismo mostraron el absoluto acatamiento a la 
clara línea del gobierno de erigir a los mapuce como el nuevo enemigo 
interno.
Uno de ellos quiso saber si “existe algún elemento probatorio 
concreto, y por concreto me refiero a una bala, una imagen, algún rastro
 más allá de los testimonios, para acreditar que se produjo un 
enfrentamiento y que hubo un ataque por parte de este grupo violento 
hacia los efectivos de la Prefectura que estaban trabajando ahí”.
La Ministra fue contundente: “en primer lugar, decirles que el Juez necesitará elementos probatorios, nosotros no”.
No “necesitar elementos probatorios” incluye la pérdida del 
derecho al “debido proceso” -uno de los principios generales del derecho
 en un estado de democracia-, aunque en la práctica es un derecho que se
 viola permanentemente sobre el pueblo pobre que habita más del 60% de 
las cárceles de nuestro país sin haber sido juzgado.
“El gobierno nacional y el Ministerio de Seguridad ya han definido 
que esto se realizó en el marco de una demanda judicial, emanada del 
juez Gustavo Villanueva; la Prefectura Naval Argentina estaba en ese 
marco y nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas de seguridad en el marco de una tarea emanada de una orden judicial”, continuó Bullrich, pasando por encima prácticamente todas los tratados de Derechos Humanos habidos y por haber: “nosotros
 le damos a la versión que nos da la Prefectura Naval Argentina, el 
carácter de verdad, creemos que el Estado es el juez, es el gobierno 
nacional, es el Ministerio de Seguridad y es la Prefectura Naval 
Argentina que fue a enfrentarse con un grupo violento: en este sentido 
el juez podrá buscar las pruebas que quiera”.
El periodista también quiso compartir con la ministra su indignación y le pidió una reflexión “para poder entender por
 qué un juez en la República Argentina no puede ingresar a un territorio
 argentino; puede ingresar a su casa, a la mía, a un local comercial, a 
la Casa de Gobierno, pero no puede ingresar a un territorio 
supuestamente perteneciente a una comunidad mapuce; insisto en 
algo, en la República Argentina el Congreso sancionó la Ley de 
Flagrancia donde se avala el accionar de la fuerza cuando se percibe la 
 comisión del delito, ¿qué pasa que un juez no puede participar de un 
allanamiento u ordenar un allanamiento cuando está viendo que se está 
cometiendo un delito?”
La respuesta remitió a lo que ya había dicho al principio de la 
conferencia de prensa:  “si hay alguien que dice que no se puede entrar a
 una parte de territorio argentino, nosotros entramos a todas partes del territorio argentino,
 no tenemos ningún límite más que los límites de nuestra Constitución, 
entonces no vamos a aceptar ningún tipo de orden que haga que se den 
vuelta los valores que tenemos como Estado de derecho” y aseguró que “si las fuerzas de seguridad están frente a un delito tienen que actuar”
 y que “la Ley de Flagrancia les da un procedimiento especialísimo para 
(actuar) y por lo tanto está absolutamente claro cuáles son los 
procedimientos y si alguien quiere invertirlos nosotros no vamos a 
acatar que se invierta la ley en Argentina”. Finalizó esta respuesta con
 una frase que nos dejó perplejxs: “ya nos costó mucho cuando se invirtió la ley en Argentina”.
Otro de los periodistas, afirmó que el juez Otranto (quien intervino 
en parte de la investigación de la desaparición forzada de Santiago 
Maldonado) había dicho que su no ingreso al territorio para hacer el 
allanamiento tenía que ver con la falta de efectivos necesarios para que
 no se genere mayor violencia. “Quería consultarles si el 
Ministerio de Seguridad puede poner a disposición del Juez Villanueva la
 cantidad de efectivos necesarios para efectuar un eventual allanamiento
 y qué órdenes recibieron del juez Villanueva en las últimas 
horas y si están buscando a los prófugos, que se sabe de los heridos”, 
preguntó
La Ministra le respondió que “el Ministerio de Seguridad tiene todas 
las condiciones para entrar a cualquier lugar que le ordene el juez y ya
 lo hemos demostrado en distintas acciones, en ese sentido tiene todas las fuerzas a su disposición necesarias para hacer cumplir la ley”.
“Hay una tergiversación maliciosa de la información para seguir legitimando el plan de exterminio a los pueblos originarios” 
Claudia Huircan es abogada y parte de la Coordinadora del área de 
justicia misionera Claretiana. En el Enredando las Mañanas de este lunes
 amplió el panorama sobre el manto de desinformación que cubre al 
asesinato de Rafael Nahuel en particular y a toda la lucha del Pueblo 
Nación Mapuce en general: “uno de los principales roles que están 
cumpliendo los medios hegemónicos de comunicación es instalar que hay un
 enemigo interno que está amenazando los intereses de la patria y el 
Estado consolidado; un Estado apostado sobre tierras originarias que 
habitaron pobladores preexistentes que son los que hoy se están 
reclamando”.
“Los medios hegemónicos, más allá de la malicia y el cerco mediático,
 en esta situación particular de pueblos originarios resulta inaceptable
 el rol que están cumpliendo al pretender instalar sobre la sociedad 
desprevenida que no tiene acceso a otra información,  que se trata de 
enfrentamientos”.
Al respecto detalló que “hay mucha distancia entre la cantidad de 
personas y la dimensión del operativo que se montó: si la mayor parte de
 la ciudadanía pudiera despertar y darse cuenta que los  medios de 
comunicación están mintiendo lisa y llanamente -pero no inocentemente- 
porque responden a una política de opresión a pueblos originarios, me 
parece que la reacción popular sería aún más poderosa que lo que ha sido
 en las últimas horas”, reflexionó Huircan y opinó que no llamaría 
“cerco mediático” al fenómeno, sino “tergiversación maliciosa para 
generar una  opinión pública desfavorable a los pueblos originarios para
 seguir legitimando el plan de exterminio a los pueblos originarios”.
La abogada confirmó también que “los resultados de la autopsia hablan
 de un tiro por la espalda el que le dio la muerte al joven Rafael 
Nahuel, el día sábado por la tarde.
Dile  a la ministra que te explique la RAM
Consultados ambos funcionarios, durante la conferencia de prensa, 
acerca de si había algún tipo de “vinculación de este episodio ocurrido 
con el grupo RAM”, la  ministra respondió: “en primer lugar, RAM es un 
nombre genérico de grupos que actúan violentamente, podrán tener otros 
nombres pero los tenemos que separar total y absolutamente de la 
comunidad mapuce o de cualquier otra comunidad originaria de Argentina; 
es un grupo que, como dijimos, no reconoce a Argentina, no reconoce la 
ley, no reconoce la Constitución, no reconoce la bandera”.
Bullrich no sabe que no hay una “comunidad mapuce”, sino un Pueblo 
Nación que acoge diferentes comunidades, ¿o habrá que explicárselo en 
términos de países, provincias y ciudades, aunque ni siquiera se asemeje
 a eso?
“RAM es como un nombre, pero puede haber alguno que se llame de otra 
manera; en Chile se llaman CAM pero dentro hay varios grupos y esto es 
algo que ya empezamos a hablar con el gobierno chileno para tener una acción conjunta de trabajo en este sentido”, confesó: “no queremos poner un nombre único, se ponen en el RAM todo aquel grupo que no respeta la ley , que esta fuera de la ley”.
 Por aquí nos preguntamos si las fuerzas represivas son parte de “el” 
RAM –como le dicen desde el poder-, pero también observamos con absoluta
 preocupación la hermandad opresiva entre los gobiernos “democráticos”.
Aprobada la materia RAM 1, no respondió nada cuando, como parte de la
 misma pregunta, el periodista quiso saber si el Ministerio de Seguridad
 estaba en condiciones de tomar determinaciones acerca de este prefecto 
que disparó, el que asesinó a Nahuel.
Isabel Hualas dio su mirada sobre la soberanía y el patriotismo, cuando se habla de la propiedad de tierras del Estado
En la entrevista de Enredando las mañanas, al hablar de la situación 
de las tierras en la Patagonia, aseguró que “cada vez está peor porque 
los negociados que ellos firman se tienen que seguir sosteniendo, 
tenemos que darnos cuenta que están entregando todos los lugares con 
riqueza, tanto del subsuelo como en el suelo y en el aire, las aguas, 
las hidroeléctricas que quieren poner para abastecer a las mineras, y 
las mineras destruyen, contaminan y está comprobado en muchos lugares 
del mundo, incluso al norte de la República Argentina, no es casualidad 
 todos los discursos que salen a decir, desconociendo la preexistencia 
de los pueblos originarios dentro de su república, no es casualidad esta
 represión, esta arremetida y con discursos siempre acomodados hacia los
 negociados”.
En relación al derecho indígena, aseguró que “están vulnerando todos 
los derechos, están vulnerando sus mismas leyes, pasando sobre todas 
leyes que se han firmado en 130 años, en esta zona. Tenemos que ser 
claros y decir que la conquista del desierto es la que liberó los 
lugares no solo al mal llamado ‘progreso’, sino que a la muerte y al 
genocidio que cometieron a nuestro pueblo Mapuce” y que “hoy es una 
arremetida, porque la conquista no terminó, están volviendo a conquistar
 ahora para los intereses de las multinacionales”.
Armas invisibles, piedras "asesinas"
“¿Tienen  información si este grupo de personas que están ahora escondidas, están armadas y,
 en el caso que lo estén, sean los que están escondidos o los otros, con
 qué tipo de armas cuentan?”, espetó otro “colega”, abonando la 
estigmatización mediática de lxs mapuce. “De acuerdo a la información 
que nos brindó la Prefectura Naval Argentina que estuvo en el lugar, 
había armas de grueso calibre, una de la cuales cortó de cuajo un árbol 
de 20 centímetros, así que imagínese el calibre que puede tener” -¿menor
 o mayor que el que tenía el arma que fue disparada por la espada de 
Rafael Nahuel asesinándolo?- “En este momento las armas están ahí o las 
sacaron, porque no se pudo entrar más, porque ni bien la patrulla de 
Prefectura bajó fue desarmada; en consecuencia, en este momento todas 
las armas que se utilizaron en ese momento en contra de la Prefectura 
Naval están ahí o se las llevaron, seguramente se las han llevado”.
No satisfecho con la existencia descrita por Bullrich de armamento de grueso calibre el periodista repreguntó: “¿puede ser que tengan granadas?”,
 a lo que la Ministra dijo que “lo que describen los Albatros es que 
hubo estruendos muy fuertes y que eso se ve en el corte que tuvieron los
 árboles, ¿qué tipo de armas habían? Armas de puño, como se describen, 
pero eran como 15/20 que estaban en una formación tipo militar con lanzas, con cuchillos en las puntas, con máscaras antigás, con armas de puños y con armas blancas,
 tampoco pudieron ver a todos porque estaban como escondidos, porque 
eran 4 prefectos contra 15/20 personas que estaban en este grupo 
violento”. Luego apagó la película de Hollywood que estaba imaginando su
 cabeza y que seguramente tenía un final abierto porque no podía 
explicar por qué, si las armas las tenían los mapuce, ningún prefecto 
resultó muerto ni herido y si murió Nahuel y están heridos integrantes 
de la comunidad.
La última pregunta no pudo ser más atinada para seguir sembrando el 
terror contra lxs mapuce. El periodista quiso saber si “se esperan otros
 hechos similares y si se está hablando con el gobierno de Chile” para 
hacer “qué”. Bullrich dijo: “creemos que hace tiempo que está esta 
situación, que estaba muy tapada, y nuestro gobierno, cómo 
piensa que es fundamental poner la ley como centro de las relaciones 
sociales de nuestro país, hemos logrado que este problema se conozca y 
que lo que solo se sabía en el sur hoy lo conozcan todos los argentinos y
 que sepan que tienen un gobierno que los va a defender, que va a 
defender la ley y que no va a permitir ningún tipo de ilegalidad”.
 Agregó que “en consecuencia, nosotros vamos a tratar de evitar todo 
tipo de futuro acto violento, pero es un territorio muy amplio, muy 
grande en el  que es difícil de llegar a todos lados;  pero vamos a 
tener una presencia fuerte e importante junto a los gobiernos provinciales; 
 coordinando con los gobiernos provinciales una presencia para que la 
gente que vive en toda la zona, en la que ha habido atentados y muerte, 
sepan que los vamos a cuidar a los argentinos que viven en el sur y que 
se acabó el mundo del revés”.
Garavano finalizó: “la violación de la ley en Argentina tiene y va a tener consecuencias”.
Crónica de un accionar anunciado
En octubre pasado el diario La Nación publicó una nota donde se 
declaraba que "el ministro de Defensa, Oscar Aguad, viene trabajando en 
un ambicioso plan de reestructuración de las Fuerzas Armadas, que 
promete quebrar la rutina de los cuarteles. Por un lado, analiza la 
posible reubicación geográfica de bases y unidades militares, algunas de
 las cuales podrían cerrarse; por otro, evalúa autorizar la 
participación de las tres fuerzas ante agresiones externas, incluidos 
eventuales ataques terroristas"
Hoy, trascendidos de diferentes medios indican que “el Ministerio de 
Seguridad dictó una resolución para que las fuerzas federales no 
obedezcan las órdenes de los jueces si consideran que no son legales. En
 una decisión inédita, los jefes policiales podrán decirles a los 
magistrados que su interpretación de la ley no es la correcta. En el 
Gobierno, no precisaron de qué forma se implementará esto y quién tomará
 dentro de las fuerzas policiales la decisión ante la orden de un juez 
(sostuvieron que no lo hará la autoridad política, sino la propia 
policía)”(Página12).
Si bien aún no existe un anuncio oficial desde el Ministerio de 
Seguridad, está claro que los dichos de la ministra Bullrich de ayer no 
fueron al azar, consecuencia de lo sucedido el fin de semana, sino que 
aparentan ser una continuidad o un comienzo de la reestructuración 
mencionada por Aguad meses atrás.
Y como para que no quede duda alguna, el presidente Mauricio Macri 
dijo hoy que “hay que volver a la época en la que dar la voz de alto 
significaba que había que entregarse”. Respecto a esta frase, María del 
Carmen Verdú -abogada de Derechos Humanos y referente de Correpi- afirmó
 que “es sencillamente la orden al aparato represivo estatal de aplicar 
la Ley de Fugas sin disimulo; la orden de reprimir y fusilar sin 
límites; lo mismo que la vicepresidenta Michetti mencionó el domingo en 
la televisión donde nos había presentado su nueva tesis de, en caso de 
duda, a favor de los represores; y dijo algo muy claro: ‘es la decisión 
que hemos tomado como Estado’”.
Hablemos de terrorismo, pero del que el Estado pretende 
aplicar contra los sectores organizados, las luchas populares y la 
sociedad en general.
 

 
 





