Prensa Unión de Asambleas de Comunidades Informa
12 de Noviembre FECHA de 2018
12 de Noviembre FECHA de 2018
El Gobierno busca imponer una nueva
Ley de Semillas a espalda de todos y todas.
La comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados convocó para este martes 13 de noviembre a plenario de comisiones en busca de lograr dictamen y avanzar en el tratamiento de una nueva Ley de Semillas antes de fin de año.
Desde
 hace meses las corporaciones del agronegocio vienen negociando con el 
Poder Ejecutivo los lineamientos generales para una nueva ley de 
semillas, que habrá de otorgarles a las semilleras, como Bayer-Monsanto,
 Syngenta-Chemchina, Corteva (DowDuPont), Basf y otras, la posibilidad 
de terminar con el “derecho de uso propio” de los agricultores,
 y cobrar regalías cada vez que un/a agricultor/a utilice una semilla 
sujeta a derechos de obtentor. Transformando así un derecho de todos en 
una excepción para algunos (inscriptos en registros ad-hoc).
Este
 no es el primer intento de modificación de la Ley de Semillas 
Argentina, y es parte de una ofensiva que se da en todo el mundo. Desde 
el 2012 y hasta ahora en nuestro país, las contradicciones entre los 
actores y la resistencia de las organizaciones los han hecho fracasar, 
pero estamos ante un nuevo embate que amenaza con dar un paso 
trascendental.
Ante
 esta ofensiva, las organizaciones firmantes rechazamos de manera 
contundente cualquier intento de imponer una modificación a la Ley de 
Semillas cocinada a espaldas de todxs.
¿Por qué entendemos que se debe rechazar el proyecto de ley de semillas que el ejecutivo quiere imponer?
-
 Porque implica el sometimiento de productores/as a pagos de regalías 
por años, cuando deseen guardar semillas para volver a sembrar. Esto 
significa la violación de un derecho básico, que da sentido a la 
agricultura. Este mecanismo permitirá la persecución de los/as 
productores/as tal como ya está ocurriendo en otros países.
-
 Porque avanza en la criminalización de las semillas nativas y criollas 
impidiendo el libre intercambio entre productores/as familiares, 
campesinas y campesinos y pueblos originarios. De esta manera, se 
desconoce la ley 27.118 (De Reparación Histórica de la Agricultura 
Familiar para la construcción de una Nueva Ruralidad en la Argentina) 
que, en contraposición, resguarda estas semillas y permite su libre 
intercambio y reproducción.
-
 Porque se ha obviado la consulta previa libre e informada a los pueblos
 originarios que exige el Convenio 169 de la OIT del que la Argentina es
 Parte; ya que son ellos quienes han generado casi TODO el conocimiento y
 la diversidad agrícola que hoy nos alimenta y quienes intercambian 
semillas con otros campesinos, campesinas y pueblos originarios.
-
 Porque TODAS las semillas que hoy alimentan a la humanidad y que 
comercializan las grandes corporaciones son fruto del trabajo colectivo 
de los pueblos durante más de diez mil años. Tenemos la posibilidad de 
producir alimentos saludables para todos los/as argentinos/as. Así lo 
están demostrando las organizaciones campesinas, de productores/as 
familiares e indígenas que producen entre el 70 y 80% de los alimentos 
que consumimos quienes habitamos en Argentina.
-Porque
 el proyecto que se piensa aprobar fue negociado FUERA de la Cámara de 
Diputados por el Ejecutivo, los semilleros (voceros de Bayer-Monsanto) y
 los grandes productores agrupados en la SRA. Todas las reuniones de 
“consulta” realizadas fueron una “puesta en escena” para permitir que 
ahora planteen un supuesto proyecto “unificado” que surge de una “acta 
de entendimiento” que expresa la voz de los semilleros y los grandes 
productores. De esta manera, el proyecto que NUNCA se hizo público, 
excluye los intereses de los pueblos originarios, productores/as de la 
agricultura familiar, campesinos/as y consumidores/as.
Advertimos
 que la Justicia (a través del fallo de la Sala III de la Cámara Federal
 Civil y Comercial de la Ciudad de Buenos Aires) ha señalado que la 
Argentina reconoce adecuadamente los derechos de los obtentores 
vegetales (corporaciones biotecnológicas y semilleras). Se trata de un 
sistema de reconocimiento y protección de derechos que rige en nuestra 
agricultura desde hace 40 años, y que ahora pretende ser profundizado 
gravemente y sin el debate adecuado, con todos las organizaciones de la 
agricultura familiar, campesinas e indígenas afectadas, mediante parches
 legislativos bajo el espurio argumento de que son necesarios para 
“favorecer el avance tecnológico del campo” (que ya ha causado graves y 
negativos impactos ambientales, productivos y en la salud humana que aún
 no están siendo estudiados).
Lo
 que está en juego es absolutamente vital. En los países donde las 
corporaciones lograron imponer sus leyes de semillas pasan hechos 
totalmente cuestionables:
 la persecución de agricultores/as, la criminalización de los 
intercambios de semillas a partir de los cuales los argentinos comemos 
sano y saludable, la destrucción de cosechas y mayor control corporativo
 sobre los alimentos y sus precios, en detrimento de la soberanía 
alimentaria y tecnológica de nuestro país.
Los
 “consensos” de los poderosos del agronegocio no nos incluyen a la 
enorme mayoría de los/as agricultores/as y ciudadanos/as. Avanzar con el
 proyecto de Ley de Semillas a espaldas de todos y todas, significa una 
entrega de nuestros bienes naturales y una amenaza a la Soberanía 
Alimentaria de nuestro pueblo. Solicitamos a legisladores y legisladoras
 que impidan este avance a favor de las corporaciones y a espaldas del 
pueblo argentino.
12 de noviembre de 2018
Adhesiones a: noalanuevaleydesemillas@
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Contra el Saqueo y la Contaminación
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