Esquel (No a la Mina).- En agosto, se hicieron públicas las denuncias a docentes de Esquel 
por “adoctrinamiento ideológico” en las aulas debido a que se 
manifestaron, entre otros temas, en contra de la megaminería. Eso motivó
 que, por decisión del Ministerio de Educación del Chubut, se estén 
realizando investigaciones y se llegara al extremo de que una de las 
docentes fuera separada de su cargo. En tanto, en una reunión oficial de
 promoción del programa “Hacia una Minería Sustentable” (HMS), la 
coordinadora del programa, Graciela Keskiskian, destacaba la necesidad 
de incorporar a los planes de estudios escolares información sobre 
minería.
Por: noalamina.org
En la publicación del diario El Economista del 23 de agosto, se 
informa que la secretaria de Política Minera del Ministerio de 
Producción, Carolina Sánchez, se reunió con representantes de la Mining 
Association of Canadá (MAC), y de la Cámara Argentina de Empresarios 
Mineros (CAEM), en el marco de un encuentro en el que analizaron los 
alcances del programa HMS para intentar convencer de que es posible una 
“minería sustentable”.
Participaron del encuentro Pierre Gratton, Ben Chalmers, Philip 
Oxhorn de la MAC, Luciano Berenstein y Gustavo Koch de la CAEM y 
representantes de la embajada de Canadá en Argentina.
El presidente de CAEM, Marcelo Alvarez, aseguró que la Cámara está 
comprometido con la misma lógica del gobierno de hacer una “minería 
sustentable”. Uno de los mecanismos previstos de difusión de la 
actividad minera sustentable lo explicó Graciela Keskiskian, 
coordinadora del programa HMS, destacando “la necesidad de incorporar a 
los currículos escolares información científica sobre la minería para 
generar opinión informada en la sociedad”.
Sin embargo, fue la información científica la nos permitió a las 
asambleas de vecinos descubrir las consecuencias devastadoras de la 
megaminería y esos saberes se transmitieron a través de la educación 
popular, concientizando a las comunidades de que esta actividad es 
sinónimo de saqueo y contaminación. Hoy nuestra estrategia de extender 
estos contenidos está en las aulas, a través del manual Hablemos de 
Megaminería, de la Unión de Asambleas Ciudadanas de Chubut (UACCH) y en 
Esquel mediante una ordenanza que reconoce el interés municipal para que
 en las escuelas locales se desarrollen diversas actividades 
conmemorativas del aniversario de la consulta popular que se celebró el 
23 de marzo de 2003, promoviendo el análisis y el debate de lo ocurrido 
en el proceso histórico conocido como el “No a la Mina”.
Contrariamente, el 13 de agosto el diario Clarín publicaba una nota 
sobre las denuncias a docentes de Esquel por “adoctrinamiento 
ideológico” en las aulas, debido a que se manifestaron, entre otros 
temas, en contra de la megaminería. Eso motivó que por decisión del 
Ministerio de Educación del Chubut se esté realizando una investigación y
 una de las docentes haya sido separada de su cargo. Si los docentes no 
pueden hablar de la megaminería y sus consecuencias, pero la Secretaría 
de Minería avala la información en las aulas sobre “minería 
sustentable”, ¿estamos hablando de un “adoctrinamiento ideológico 
avalado oficialmente”?.
La educación permite discernir el verdadero significado, por ejemplo,
 del programa HMS. Entendemos que fue creado en Canadá en el 2004 y en 
Argentina la CAEM adhirió a este programa en el año 2016, pero lo único 
que se ha realizado hasta hoy es el relevamiento de la situación actual 
de 6 emprendimientos. Sin embargo, en el impulso que se está dando a la 
actividad minera se garantiza la sustentabilidad como si los proyectos 
actuales en desarrollo tuvieran certificados de haber logrado cumplir 
con el programa.
La implementación del HMS, que consiste en un sistema de gestión de 
riesgos y de mejora continua de los proyectos, no es garantía de 
sustentabilidad, porque la modalidad de minería a gran escala no es 
sustentable. En Canadá, luego de 10 años de haberse implementado, el 
4/8/2014 en la provincia de Columbia Británica, en la Mina Mount Polley,
 colapsó el dique de colas, produciendo uno de los desastres mineros más
 grandes de la historia del país. Se derramaron 5 millones de metros 
cúbicos (el equivalente a 2 mil piscinas olímpicas) de aguas residuales,
 lodos y metales tóxicos, a un arroyo que desemboca en el lago Quesnel. 
Las autoridades canadienses prohibieron el uso de aguas superficiales y 
subterráneas a los pobladores locales. El impacto sobre la producción de
 salmón podría ser irreversible así como otros daños ambientales. La 
compensación a los daños ambientales podría superar varios cientos de 
millones de dólares, pero el presidente de la empresa admitió 
públicamente que no tenía los recursos económicos disponibles para 
cubrirlo.

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