(CTA Autónoma).-La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma de Río Negro celebra la sentencia que dicta prisión perpetua para los siete policías imputados por la desaparición y muerte del joven salteño Daniel Solano. El fallo fue dado a conocer hace instantes por los jueces María Evelina García Balduini, Oscar Gatti y Gastón Martín. 
"Festejamos
 este fallo que condena a los autores materiales y sobre todo nos da 
esperanza en una provincia en la que la policía casi siempre tuvo 
impunidad, pero todavía no ha habido justicia plena. Este fue un crimen 
por encargo y siguen faltando los autores intelectuales. Los directivos 
de la multinacional Expofrut y el poder político que los 
encubrió también deben pagar su culpa algún día", expresó Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE y CTA Autónoma de Río Negro,
 minutos después de que se terminara de leer el fallo en un audiencia 
que se extendió por más de cuatro horas ante una sala colmada de 
representantes de organizaciones sociales y políticas, que 
acompañaron el reclamo de Justicia que lleva adelante la familia hace 
casi siete años. 
Los policías que deben cumplir la prisión perpetua son: Sandro Berthe, 
Pablo Bender, Héctor Martínez, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, 
Pablo Quidel y Diego Cuello. De
 esta manera, termina una primera etapa contra los asesinos materiales. 
La defensa irá ahora contra los encubridores, que son los autores 
ideológicos. 
Daniel
 Solano desapareció el 5 de noviembre del año 2011, tras ser golpeado y 
sacado por la policía rionegrina del local bailable Macuba. El joven 
salteño de 27 años había llegado a Choele Choel como 
trabajador temporario de la multinacional Expofrut, mediante la empresa 
tercerizada Agrocosecha, quienes llevaron a cabo una estafa millonaria 
sobre él y 400 trabajadores más la multinacional. 
La
 idea de organizarse y reclamar conjuntamente con sus compañeros por 
este fraude laboral -se les pagaba mucho menos de lo que se les había 
asegurado en su lugar de origen y se les retenían sumas 
indebidamente- así como de denunciar los contratos abusivos junto con 
las pésimas condiciones laborales y de vida a las que se veían 
sometidos, bastó para alertar el oscuro entramado de empresarios, 
políticos, la Justicia y la Policía, partícipes necesarios de la 
desaparición forzada de Solano. 
Desde
 aquel día, la familia de Daniel Solano comenzó una peregrinación en 
busca de Justicia que los llevó a instalarse en Río Negro por largos 
años, justo al abogado Sergio Heredia y padecer el más duro 
calvario: huelgas de hambre, instalación de carpas, noches a la 
intemperie, búsqueda incesante frente a un Estado mudo. El padre de 
Daniel, Gualberto Solano, partió en abril de este año sin encontrar el 
cuerpo de su hijo y sin poder llegar a esta instancia.

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