Mario Hernandez (Rebelión).- Martes 8 de mayo, Día de Lucha contra la Violencia Institucional.
 Hace 31 años, el 8 de mayo de 1987, la Policía Bonaerense fusiló a 
Agustín Olivera (26 años), Oscar Aredes (19) y Roberto Argañaraz (24) en
 una esquina de su barrio en Ingeniero Budge, Lomas de Zamora, y luego 
intentó simular un enfrentamiento. 
 La Masacre de Budge 
pasó a ser reconocida como uno de los primeros casos de gatillo fácil y,
 en 2012, por ley Nº 26.811, esta fecha fue declarada como el Día de 
lucha contra la violencia institucional. “A 35 años del fin de la 
dictadura cívico-militar y a 31 años de la masacre de Budge, la lucha 
contra la violencia institucional es parte de la agenda urgente de la 
democracia; en este escenario de profundización de las políticas 
punitivas, es indispensable seguir fortaleciendo redes territoriales 
para intervenir frente a las violaciones a los Derechos Humanos”, 
aseguran desde la Comisión Provincial de la Memoria. 
   
M.H.:
 Leímos un texto escrito por los compañeros de Correpi, en oportunidad 
de cumplirse el 27º aniversario del asesinato de Walter Bulacio. Un 
texto muy completo, importante, sin embargo, el Jefe de Gobierno, 
Rodríguez Larreta, sostuvo que la fuerza represiva que tiene a su cargo 
no tiene casos de gatillo fácil ¿Qué podés responder a esto?
  M.C.V.:
 Eso ocurrió en una entrevista que le hicieron en una radio aquí en la 
ciudad de Buenos Aires, donde Rodríguez Larreta dijo dos grandes 
mentiras, la primera que la Policía de la Ciudad que empezó a funcionar 
el 1º de enero de 2017 no tiene ningún caso de gatillo fácil, porque de 
lo contrario él estaría enterado. La segunda mentira es que tampoco los 
tuvo la Policía Metropolitana que dirigió durante 8 años el hoy 
Presidente de la Nación con Rodríguez Larreta como Jefe de Gabinete. 
 
 Las dos cosas son falsas, de la Policía Metropolitana no hace falta más
 que un breve recuento con el Parque Indoamericano con 3 muertos, el 
Hospital Borda, la Sala Alberdi con dos trabajadores de prensa baleados,
 infinidad de casos de gatillo fácil, 20 para ser exactos en sus 8 años 
de existencia y esto a pesar de que no ocuparon el 100% del territorio 
de la Ciudad de Buenos Aires, porque también estaban la Policía Federal,
 Gendarmería y Prefectura como siguen estando las últimas dos, mientras 
que la Federal es reconvertida junto con la Metropolitana en una 
relación de 3 a 1 porque de los 27.000 hombres y mujeres que hoy tiene 
la Policía de la Ciudad, menos de 8.000 venían de la Metropolitana, el 
resto vienen de la Federal. 
  Por supuesto que esos operativos, 
como el Borda, el Indoamericano y la Sala Alberdi fueron conjuntos con 
la Federal, pero da la casualidad que en el caso del Indoamericano y en 
el de la Sala Alberdi, es donde está comprobado el uso de balas de 
plomo, de escopetas 1270 cargadas con cartuchos de plomo, que matan. Fue
 el caso de policías metropolitanos, uno de ellos condenado, el oficial 
Pereyra De La Rosa por balear a los dos trabajadores de prensa aquel 13 
de marzo de 2013. 
  Respecto de la segunda mentira, la Policía de
 la Ciudad tiene apenas un año y dos meses de función porque empezó a 
existir desde enero de 2017. Desde entonces, a febrero de este año, en 
los primeros catorce meses de funcionamiento, nosotros tenemos 
registrados 27 casos de gatillo fácil. Por supuesto es probable que no 
sean todos los que hay porque a veces tarda mucho en llegarnos la 
información, familias que no tienen recursos de contacto, casos que 
quedan silenciados sin repercusión en los medios de comunicación, 
entonces a veces pasa mucho tiempo hasta que los descubrimos y los 
podemos incorporar. Pero los que pudimos recabar son 27. Y no solamente,
 en muchos casos con los policías imputados y procesados por delitos 
como homicidio, homicidio calificado, etc., sino que por lo menos en un 
caso, ocurrido el año pasado en la villa 21-24 el policía de la ciudad 
Adrián Otero está preso y va a ir a juicio, que va a comenzar en pocos 
meses, el 4 de septiembre, por un triple homicidio. En un caso por un 
homicidio agravado por su condición de policía, porque fusiló a Cristian
 “paragüita” Toledo, un pibe trabajador empleado de una ferretería del 
barrio y tentativas de los dos pibes que iban con él en el auto y que 
milagrosamente se salvaron. Por eso decíamos y agradecemos a la radio 
que nos dio el espacio para desmentir al Jefe de Gobierno que igual que 
Bullrich, Larreta miente.
   
M.H.: El relator especial de 
Naciones Unidas estuvo presente en el barrio Zavaleta en Barracas, 
también parte de la 21-24, donde destacó el trabajo territorial de la 
organización La Poderosa por la lucha contra los abusos por parte de las
 fuerzas de seguridad, pero al mismo tiempo brindó una conferencia de 
prensa donde hizo un informe muy duro respecto de las condiciones de los
 presos en nuestro país. 
  M.C.V.: Sí. Es una cuestión
 central en la organización anti represiva el de las torturas, que son 
el exponente más grave, junto con las muertes intramuros que han 
aumentado también escandalosamente en estos últimos dos años de gobierno
 de Cambiemos, pero que vienen precedidos de toda una situación de 
imposibilidad de compatibilizar con la dignidad humana en que se debe 
sobrevivir en cualquier lugar de detención de la República Argentina, 
esto vale tanto para cárceles federales como provinciales, repito, es 
incompatible con la dignidad humana. Y esto agravado por las situaciones
 concretas de aplicación de tormentos, que son un clásico histórico, ya 
Rodolfo Walsh hablaba hace 50 años de las muertes en las cárceles, en 
las comisarías, de los distintos métodos de tortura en aquellas célebres
 “Crónicas de la picana”, como también escribía sobre el gatillo fácil 
en las “Crónicas del gatillo alegre”. 
  Lo cierto es que en estos
 últimos dos años, incluso se puede constatar esto a partir de la 
información oficial con los recuentos que hace sistemáticamente la 
Procuración penitenciaria de la Nación, que no es una organización de 
izquierda con un horizonte revolucionario ni nada por el estilo, sino 
que es un organismo oficial que depende del Ministerio de Seguridad de 
la Nación y que se limita a entrevistar internos y a partir de allí a 
hacer informes sobre la situación de aplicación de tormentos en las 
cárceles y lleva la cuenta de las personas que mueren en las cárceles 
argentinas. 
  Lo que estamos viendo es que prácticamente el 50% 
de las personas que tenemos en nuestro archivo, corresponden a personas 
privadas de su libertad en comisarías, en cárceles, en institutos de 
menores, etc. O sea, estar preso es la principal causa de muerte a manos
 del Estado argentino. Caminar por la calle con pinta de pibe de barrio 
es la segunda a través del gatillo fácil. 
 El fiscal Moldes propone que las detenciones por manifestaciones no sean excarcelables 
 
 M.H.: El fiscal Moldes está preparando su apelación al 
sobreseimiento de los cuatro trabajadores de prensa detenidos el 1º de 
septiembre en oportunidad de la movilización por la aparición con vida 
de Santiago Maldonado. Ignorando lo señalado por los camaristas Farah e 
Irurzun en el fallo en el que dictan el sobreseimiento y en el que hacen
 un fuerte llamado de atención al juez Martínez Di Giorgi. Aquí hay un 
tema que me gustaría que nos ilustraras, porque dice “los camaristas 
retaron al juez por intentar suplir las pruebas necesarias para un 
procesamiento con construcciones dogmáticas carentes de respaldo 
indiciario” ¿Qué quiere decir esto?
  M.C.V.: Que 
procesó sin nada. Dicho en criollo lo que los Camaristas le señalan al 
Juez, y esta frase está referida a la totalidad de los 30 detenidos, no 
solo a los tres trabajadores y la trabajadora de prensa, sino a todos 
aquéllos respecto de los cuales la Cámara dictó una falta de mérito, por
 lo cual el juez para procesarlos debe investigar y presentar pruebas 
concretas.
  Hablan de construcciones dogmáticas porque, por 
ejemplo, Martínez Di Giorgi habla de una de las chicas diciendo que es 
vista en una “actitud hostil” ante la policía, cuando la imagen a la que
 se refiere es la de esta muchachita, casi adolescente, con un celular 
en la mano sacando una foto del operativo policial. Esa es la “actitud 
hostil”. O en el caso de los dos trabajadores de prensa de la RNMA, 
Ezequiel Medone y Juan Pablo Mourenza, que afortunadamente como estaban 
transmitiendo en streaming en vivo en el momento que estaban siendo 
detenidos, alcanzaron a filmarlo y allí se ve claro cuando la policía se
 abalanza sobre la chica del celular, ellos se acercan con su cámara, 
uno actuando como camarógrafo y otro como ayudante de cámara, con todo 
su equipo, su chaleco que decía Prensa e increpan a la policía 
preguntando por qué la detenían a la chica si no estaba haciendo nada. Y
 ahí se escucha en el audio, una voz, no se ve quién lo dice, pero es 
claramente un policía que dice “Estos están filmando, agárrenlos” y ahí 
se corta la transmisión porque les sacan la cámara. 
  Tenemos las
 imágenes registradas por otros fotógrafos que estaban en el lugar y que
 las pusieron a nuestra disposición para reconstruir todo el cuadro. De 
hecho el único elemento de prueba que utiliza Martínez Di Giorgi contra 
todos los detenidos y en particular contra los cuatro trabajadores de 
prensa son las propias declaraciones del personal policial, que es lo 
que la Cámara rechaza, porque esas imputaciones son absolutamente vagas 
porque en ningún caso dicen “fulano en tal momento y en tal lugar hizo 
tal cosa” sino que dicen “formaba parte del grupo agresivo que tiraba 
piedras contra la policía”. Pero qué hizo cada uno entonces, para poder 
imputar una conducta penal tenés que precisar esa acción porque sino no 
sabes de qué defenderte. 
  Y en los casos en los que hay alguna 
precisión, hemos demostrado que es mentira. Por ejemplo, en el caso de 
estos dos compañeros de la RNMA el acta policial dice que fueron 
detenidos en Plaza de Mayo a las 20:30 cuando pateaban y tumbaban las 
vallas y tiraban botellas, piedras y palos contra la policía; sin 
embargo, hemos aportado las imágenes de estos dos trabajadores de prensa
 cumpliendo su tarea, captados por otros periodistas, a 15 cuadras de 
distancia, en Av. De Mayo y San José, es decir del otro lado de 9 de 
julio, a las 21:30 y su detención queda registrada casi a las 21:45. Con
 lo cual queda más que claro que el acta es absolutamente falsa. Y esto 
lo hemos demostrado respecto de los 30 procesados. 
  En algunos 
de los casos no hemos conseguido imágenes por cuestiones obvias, sería 
muy extraño tener filmada toda la movilización, pero en un enorme 
porcentaje hemos podido demostrar que Martínez Di Giorgi imputa a los 
chicos por haber hecho tal o cual cosa y cuando comparás las imágenes es
 otra persona. 
  Lo más grave de la conducta del fiscal Moldes, 
es que en este recurso de casación, que todavía no está resuelto, lo 
hemos contestado por escrito hace unos días y estamos a la espera de que
 se fije la audiencia oral y pública para su tratamiento ante la Cámara 
de Casación, debería fijarse fecha en los próximos días, es que allí 
Moldes utiliza una serie de adjetivos, que si yo los llego a usar en una
 acusación a un policía que le pega un tiro en la nuca o en la espalda a
 un pibe, como mínimo giran las acusaciones al Colegio de Abogados para 
que me apliquen una sanción por faltar al decoro judicial. Porque habla 
de: “criminales, facinerosos, subversivos, delincuentes, etc.”. Y 
utiliza expresiones como “les tocó ir disfrazados de fotógrafos esta 
vez, como podrían haber ido de Colombina, Pierrot o El Zorro”. Con lo 
cual naturalmente el día que tengamos la audiencia va a haber flor de 
Carnaval veneciano en la puerta de Comodoro Py, porque le vamos a 
demostrar a Moldes que cuando nos queremos disfrazar nos disfrazamos en 
serio. 
  Y por otro lado, lo segundo gravísimo de Moldes, es que 
en el marco de lo que venimos caracterizando como un verdadero Estado de
 excepción donde las declaraciones públicas y la política explícita del 
Gobierno nacional se traduce en el ámbito judicial en que la versión de 
las fuerzas de seguridad es la verdad, como decía Patricia Bullrich o 
que la voz de alto significa que te entregás y, por lo tanto, cualquier 
situación que suceda después, como un disparo por la espalda como el 
caso de Rafael Nahuel está justificado, como dijo Mauricio Macri, y 
podríamos estar cuatro horas más citando frases de los funcionarios.
 M.H.: O la de la Vicepresidenta.
  M.C.V.: “El 
beneficio de la duda siempre es para la fuerza”, según Gabriela 
Michetti. Además de tomar los jueces y fiscales estas declaraciones 
políticas como nueva doctrina judicial, como esta doctrina que Patricia 
Bullrich nos enunció en la conferencia de prensa después del abrazo de 
Macri con Chocobar; a la inversa, estos fiscales le tiran línea al 
gobierno nacional y le exigen, por ejemplo, en este recurso de casación,
 que se haga una reforma del Código Penal para que las detenciones por 
manifestaciones no sean más excarcelables. 
  Y a la vez tenemos 
en danza un Proyecto de reforma al Código procesal penal federal donde 
se está incorporando una batería de distintas medidas investigativas 
posibles vinculadas con todo lo que es el control de nuestros 
dispositivos electrónicos, celulares, tablets, ipad, computadoras 
personales, etc. Incluso los sistemas de localización de los vehículos y
 los celulares en una línea muy similar a lo que ya se está aplicando en
 estas causas, no solo la del 1º de septiembre sino las tres del mes de 
diciembre, la del 12 contra la OMC y las del 14 y el 18 contra la 
reforma previsional, donde Martínez Di Giorgi está buscando las pruebas a
 través de lo que se llama el “ciber patrullaje” igual que hacen Bonadío
 y Torres en las otras dos causas, con la interceptación de todos 
sistemas de mensajes que puedas tener en el teléfono, videos, fotos, 
archivos de todo tipo. Las personas que fueron detenidas en su mayoría 
tenían un celular con ellas, muchos no los han recuperado porque están 
siendo sometidos a estas pericias. 
  M.H.: Pericias a las que no sometieron a los gendarmes que asesinaron a Santiago Maldonado.
  M.C.V.:
 Por supuesto, cuando pedimos que se haga cualquier tipo de seguimiento,
 por teléfonos, etc., no hicieron nada. Te pongo un ejemplo bien puntual
 de esta semana, la noche de tormenta del 4 de julio del año pasado 
cuando una patota del empresario trucho Martínez Rojas atacó la 
redacción de  Tiempo Argentino que había sido recuperada por sus trabajadores y  Radio América
 que también estaba en conflicto dirigida por sus trabajadores; recién 
ahora, un año y pico después estamos logrando, también con Martínez Di 
Giorgi, después de mucho esfuerzo y mucha testarudez por parte de los y 
las compañeros de la Cooperativa “Por más tiempo” y Correpi que los está
 acompañando en esta batalla judicial, que se ordene pedir a las 
compañías telefónicas con quiénes hablaban por teléfono Martínez Rojas y
 la patota, porque hay una complicidad policial que no se ha investigado
 todavía. Porque Martínez Rojas llega en un patrullero y al cerrajero 
que le ordena abrir a través de una orden judicial, es un policía, que 
después se fueron del lugar y volvieron cuando se hizo la denuncia de la
 irrupción. Recién ahora se está ordenando que nos digan con quiénes 
estaban hablando, si con la comisaría o con quién para poder cerrar ese 
círculo de complicidades. Sistemáticamente las empresas de telefonía 
demoran o dilatan o no contestan los oficios judiciales. 
 
 La baja de edad de imputabilidad de los menores parte de la estigmatización de todo pibe pobre como un delincuente en potencia
 
  M.H.: Volviendo al tema que tocaste, el nuevo Código procesal 
penal. Me llamó la atención una nota en Clarín, en policiales, que habla
 de un anteproyecto que será presentado en mayo al Poder Ejecutivo y que
 entrará al Congreso después del Mundial de Rusia. Dice que tiene un 
denominador común este proyecto, el endurecimiento de las sanciones de 
los beneficios excarcelatorios, el aumento de años de prisión y, 
finalmente, la baja de edad de imputabilidad de 16 a 14 años.
  M.C.V.:
 Sistemáticamente volvemos con este tema de la baja de la edad de 
imputabilidad de los menores, empezar a considerarlos responsables como 
si fuesen adultos para darles tratamiento punitivo a chicos y chicas, 
nenes y nenas cada vez más jóvenes. Hoy en día los chicos en Argentina 
son punibles a partir de los 16, lo que no quita que con menos de 16 no 
reciban castigos horrorosos, porque lo que sucede es que no funciona la 
parte teóricamente punitiva pero sí el control llamado asistencial que 
hace que, por ejemplo, tengamos a los institutos de menores llenos de 
pibes y pibas de menos de 16 años que por una medida de seguridad están 
allí alejados de sus familias en situación de abandono y desamparo y 
víctimas de todo tipo de maltratos, tormentos, violaciones, etc. 
 
 La cuestión de la baja de edad de imputabilidad de menores siempre 
aparece en forma cíclica, cuando algún gobierno necesita encontrar un 
tema que concite la discusión y permita propagandizar su política 
represiva y, por supuesto, parte de esta estigmatización de todo pibe 
pobre como un delincuente en potencia. 
  Yo hago este ejercicio 
con los trabajadores de prensa, les pido que encuentren una sola nota de
 cualquier diario que diga “chico de 18 años” en lugar de decir “menor”.
 Cuando en los diarios aparece la palabra “menor” se están refiriendo a 
un pibe en situación de conflicto real o presunto con la ley. Cuando 
hablan de los hijos de los empresarios no dicen menor. Esto se comprueba
 si uno lee la cobertura de aquel caso de los pibes hijos de un 
empresario correntino que mataron a golpes en unas vacaciones en Brasil a
 otro compañero. Ahí en ningún caso se utilizó la palabra “menor” en 
ninguna nota. 
  Este es el Proyecto de la reforma del Código 
Penal, el que está ahora ya con dictamen de comisiones es el Procesal 
penal, la diferencia es que el Código Penal regula lo que definimos como
 delito a nivel de todo el país porque es de aplicación en todas las 
provincias, porque es legislación de fondo; el Procesal penal en cambio 
se regula con normas locales, tenemos en cada provincia un Código 
procesal y en la Ciudad de Buenos Aires además del Código procesal penal
 de la Ciudad, que utilizan los juzgados contravencionales y de faltas 
de la Ciudad, se aplica también el que se llama Código procesal penal 
nacional o federal que es el que están queriendo reformar con lo de las 
tareas investigativas para las movilizaciones, manifestaciones, 
persecución política, etc. 
  El Proyecto de reforma del Código 
Penal por supuesto trae promesas de más penas, cuando sabemos y lo 
demuestra históricamente el mundo entero, jamás un incremento de penas 
ha disminuido la incidencia del delito en una sociedad dada. Por el 
contrario, lo que genera es un incremento de violencia, porque si por 
cualquier cosa me cuelgan, ya estoy jugado. Igual no se elevan las penas
 por estafa, ni por la desaparición forzada de personas. 
 M.H.: En ese caso tendríamos a todo el Gobierno complicado. 

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