Nos tenemos.
Nos tenemos y esa debe ser nuestra bandera y nuestra 
lucha. Tenernos entre nosotras, decimos desde el feminismo  y eso es lo 
que nos hace seguir adelante; levantarnos desde el abajo mismísimo, para
 armarnos siempre en el abrazo junto a la otra. Nos tenemos, es también 
sentirse parte de esa genealogía de mujeres que lucharon y luchan, desde
 las que tuvieron un renombre en la historia, hasta las invisibles y las
 vencidas.
Esta semana fue condenado el femicida de Jésica Campos, a 
cadena perpetua. Por primera vez en la historia en nuestra zona, se 
condena a un varón acusado de matar a una mujer porque la creía de su 
propiedad y se toma la violencia de género ejercida por ese varón, como 
causante de esa muerte. Colectivos de mujeres de nuestra localidad, 
acompañaron a la mamá de Jésica en el reclamo de justicia y en el mismo 
juicio, donde este medio pudo tener su corresponsal.
“Yésica puede descansar en paz”, dijo su mamá Fabiana Córdoba, luego de escuchar la sentencia.
Se
 trata de ponerle rostro, nombre y apellido a estas situaciones de 
violencia que se viven cotidianamente en silencio, en el aislamiento. 
Como decía una de las mujeres que acompañó este proceso, Jésica puso una
 semillita en el barrio. Una semillita para que otras mujeres se digan 
“Yo soy Yésica”, y puedan juntarse con las otras reconocerse, salirse de
 lugares de sometimiento, empoderarse.
Hoy, en el barrio Almafuerte 
de El Bolsón, lugar donde fue asesinada Yésica, hay una biblioteca 
comunitaria que lleva su nombre y su imagen como bandera y un grupo de 
mujeres que se organiza para llevarla adelante. Hoy, esas mujeres se 
tienen, nos tenemos para construir un mundo juntas, para sentir que como
 dice la canción “el patriarcado se va caer, se va caer”.
Y esto será
 así porque estamos construyendo juntxs. Porque denunciamos, 
enjuiciamiento, pero ponemos cabeza y cuerpa a una construcción nueva, 
una construcción otra.  De eso se trata, de no quedarse en el lamento. 
De buscar justicia transformando. Marcando el territorio y nuestras 
cuerpas, con un cambio. 
Somos también la marca que empieza a hacer 
diferencia dentro de cada una de nuestras grupas de militancia, de 
amigos, de trabajo. Somos esa transformación que traspasa la 
espectacular individualista del sistema. 
Somos. Somos y transformamos. Somos y nos transformamos. Somos la mamá de Yésica luchando. Somos.

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