Cuando
comenzamos a construir nuestros medios de comunicación, aún éramos parte de la
conducción del sindicato docente a nivel local. Fue frente a la derrota
electoral, que nos dejó fuera de esa conducción, que nos volvimos a plantear si
queríamos seguir siendo grupo y cuáles serían los objetivos. Muchas discusiones
se dieron en ese momento en el centro de la Agrupación Rojinegra. En ese
momento, ya se concebía al sindicato como una organización clasista y no
exclusivamente gremial, por lo que se definió seguir construyendo el grupo.
Entonces, nuestros objetivos podían resumirse en la transformación social hacia
un mundo con justicia social y otras formas de organización política y social,
basado en la participación y no en la representatividad.
Con reuniones semanales empezamos a pensar cómo incidir en la transformación. Siendo docentes, muchos y muchas de nosotras, ese, era sin dudas un espacio de acción. Pero rápidamente vimos, por la experiencia que veníamos desarrollando con el Boletín Informativo, que los medios de comunicación eran grandes reproductores de ideas y formadores de sentido común. Nos dimos cuenta, que no se trata de modificar un sentido común, sino de desnaturalizarlo, develar lo que se oculta detrás de ese sin sentido del sentido común, y crear nuestro propio sentido de ver el mundo, o la realidad, o la verdad...
Así fue que empezamos a desarrollar la radio, luego la TV, y la Editorial. Y con estos medios buscábamos romper esa lógica del sentido común y a la vez construir otros sentidos.
Con reuniones semanales empezamos a pensar cómo incidir en la transformación. Siendo docentes, muchos y muchas de nosotras, ese, era sin dudas un espacio de acción. Pero rápidamente vimos, por la experiencia que veníamos desarrollando con el Boletín Informativo, que los medios de comunicación eran grandes reproductores de ideas y formadores de sentido común. Nos dimos cuenta, que no se trata de modificar un sentido común, sino de desnaturalizarlo, develar lo que se oculta detrás de ese sin sentido del sentido común, y crear nuestro propio sentido de ver el mundo, o la realidad, o la verdad...
Así fue que empezamos a desarrollar la radio, luego la TV, y la Editorial. Y con estos medios buscábamos romper esa lógica del sentido común y a la vez construir otros sentidos.
Vimos
cómo un factor fuertemente enraizado en el sistema capitalista y de control de
los medios alternativos, era su forma de financiamiento. Vimos que desde ese
factor se dominaba, se ahorcaba, se los metía en ciclos de altas y bajas que no
les permiten crecer y hasta se hacía sucumbir muchos emprendimientos. Allí
emprendimos un raro, pero por fin diferente camino. Un camino que se basa en
otra lógica. Una lógica donde la inventiva y la creatividad valen más que el
dinero.
La militancia no rentada. Teníamos discusiones en relación a si debíamos pagar o no en actividades que realizábamos para juntar fondos. Podrían parecer discusiones menores, pero en realidad hacen a la esencia de la ética particular que tenemos los medios comunitarios alternativos y populares. Es decir, no somos dueños y patrones, ni rentados, somos parte de esos medios que se sostienen con los aportes de todos y de todas. Entonces esa misma discusión, se convierte en parte de entender cómo funcionan y creemos que deben ser nuestros grupos, nuestros medios. Porque como dijo el vicepresidente boliviano, García Linera, recientemente en la Cumbre de Intelectuales en Caracas, “Debemos cambiar los esquemas del orden éticos y lógico del mundo, y para eso el intelectual debe usar las herramientas necesarias. No es sólo con un libro, que es importante. Mientras un intelectual hace su clase en la academia y edita su libro que leen mil personas, la televisión llega a un millón de personas. Debemos ir a la televisión, la radio, el debate en el barrio, donde se tenga que ir para irradiar un nuevo sentir revolucionario, un nuevo esquema que nos permita cambiar la espiritualidad de nuestros pueblos”.
Una espiritualidad que implica pensar la transformación desde una cabeza transformada y no desde una lógica capitalista. La tarea no es sencilla. Tenemos milenios de sociedad capitalista, patriarcal. Romper con todo eso, sin dudas no es sencillo. Pero estamos convencidos y convencidas que no será con dogmatismo, no será excluyendo a quienes piensen diferente, ni bajando los brazos al primer desencuentro. La continuidad en el tiempo, es parte fundamental de esta batalla cultural. Implica entender y asimilar que las transformaciones no son un cuento de hadas ni una película de Hollywood como pretende hacernos pensar este sistema de dominación.
Combinemos todas nuestras formas de lucha y concientización, hagámosnos cargo del rol que, como seres pensantes nos toca vivir, y hagámoslo saliendo a la calle, a compartir junto a otros y otras esa necesidad de transformación que cada vez corre más fuerte por nuestras venas.
ARRIBA LXS QUE LUCHAN!
La militancia no rentada. Teníamos discusiones en relación a si debíamos pagar o no en actividades que realizábamos para juntar fondos. Podrían parecer discusiones menores, pero en realidad hacen a la esencia de la ética particular que tenemos los medios comunitarios alternativos y populares. Es decir, no somos dueños y patrones, ni rentados, somos parte de esos medios que se sostienen con los aportes de todos y de todas. Entonces esa misma discusión, se convierte en parte de entender cómo funcionan y creemos que deben ser nuestros grupos, nuestros medios. Porque como dijo el vicepresidente boliviano, García Linera, recientemente en la Cumbre de Intelectuales en Caracas, “Debemos cambiar los esquemas del orden éticos y lógico del mundo, y para eso el intelectual debe usar las herramientas necesarias. No es sólo con un libro, que es importante. Mientras un intelectual hace su clase en la academia y edita su libro que leen mil personas, la televisión llega a un millón de personas. Debemos ir a la televisión, la radio, el debate en el barrio, donde se tenga que ir para irradiar un nuevo sentir revolucionario, un nuevo esquema que nos permita cambiar la espiritualidad de nuestros pueblos”.
Una espiritualidad que implica pensar la transformación desde una cabeza transformada y no desde una lógica capitalista. La tarea no es sencilla. Tenemos milenios de sociedad capitalista, patriarcal. Romper con todo eso, sin dudas no es sencillo. Pero estamos convencidos y convencidas que no será con dogmatismo, no será excluyendo a quienes piensen diferente, ni bajando los brazos al primer desencuentro. La continuidad en el tiempo, es parte fundamental de esta batalla cultural. Implica entender y asimilar que las transformaciones no son un cuento de hadas ni una película de Hollywood como pretende hacernos pensar este sistema de dominación.
Combinemos todas nuestras formas de lucha y concientización, hagámosnos cargo del rol que, como seres pensantes nos toca vivir, y hagámoslo saliendo a la calle, a compartir junto a otros y otras esa necesidad de transformación que cada vez corre más fuerte por nuestras venas.
ARRIBA LXS QUE LUCHAN!