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martes, 19 de abril de 2016

EDITORIAL: SÍMBOLOS DE RESISTENCIA

El Bolsón (ANPP).- EDITORIAL DE LA AGENCIA DE NOTICIAS PRENSA DEL PUEBLO:
Símbolos de resistencia.
Máxima Acuña es una agricultora peruana que será premiada por su lucha en la defensa del ambiente. Desde 2011 se enfrenta a Newmont, la segunda compañía minera de oro más grande del mundo. Esta empresa obtuvo una concesión para extraer oro en tierras que eran de su propiedad. El proyecto Conga, de Newmont, se ubica en la región peruana de Cajamarca y tiene unos 4.800 millones de dólares de inversión. Acuña y su hija resisten en su tierra. Fueron golpeadas, amenazadas y sus siembras quemadas,  por no querer desalojar el territorio; por no querer rendirse. En 2012 una movilización regional contra la mina, que terminó con cinco muertos, detuvo el avance del emprendimiento. La compañía entabló un juicio a Máxima  por usurpación, buscando que abandone el lugar, pero en 2015 lo perdió en segunda instancia.
En estos días salió la noticia que el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro,  ratificó la nulidad de la cesión de casi 25 mil hectáreas de tierras “fiscales” a un privado, ubicadas en la meseta de Somuncura, donde hablan las piedras. Se denuncian un sinnúmero de irregularidades en esta operación. El fallo del STJ cierra la instancia rionegrina, pero puede ser apelado ante la Corte Suprema y siguen en litigio unas 11 mil hectáreas más. Por esta causa, hay varios funcionarios públicos implicados, como así también;  por la venta de tierras a privados en el sector del denominado cerro Perito Moreno de nuestra localidad.
Son miles las organizaciones y activistas, campesinos e indígenas en todo el Abya Yala, que denuncian, reclaman y presionan; en una lucha muy desigual, contra gobiernos corruptos y empresas multinacionales poderosas.  
Las denuncias e investigaciones sobre corrupción cruzan a casi toda América Latina.  Pero, cuando se observan con cuidado los principales casos, encontramos que  muchos de ellos son emprendimientos que afectan los recursos naturales. Son casi siempre extractivismos mineros, petroleros, agrícolas, turísticos o las obras necesarias para llevarlos adelante, desde represas a carreteras. Por esa misma razón están repletos de impactos ecológicos, los cuales vienen siendo denunciados desde hace años.
Algunos ejemplos ilustran que esa asociación entre corrupción y extractivismos de alto impacto ambiental se repite en todos los sectores y atraviesa todos los gobiernos. Es que los extractivismos en casi todos los casos implican emprendimientos que tienen efectos ambientales y sociales tan negativos; que la corrupción es necesaria para ocultar sus impactos y consecuencias o para lograr la asistencia del Estado en imponerlos.
Así es que  para  concretar estos emprendimientos se utilizan todos los  tipos posibles de corrupción. Los más conocidos son los sobornos (coimas), pero además están el cohecho, por ejemplo para que un funcionario público autorice un mal informe de impacto ambiental, el tráfico de influencias para favorecer concesiones mineras o petroleras que anulan territorialidades indígenas o campesinas, encubrimientos para ocultar impactos, como puede ser un derrame, la obstrucción de la justicia por funcionarios públicos, protección y vía libre a mercenarios de la muerte, pagados por las empresas.
Para que quede claro: los extractivismos están inmersos en redes de corrupción, presentes en todos los sectores y en todos los países. Es la manera de ocultar o minimizar impactos, la mano  para controlar a las comunidades locales y la resistencia ciudadana. Pero igual surgen los símbolos de resistencia, las asambleas como la del No a la Mina en Esquel, las mujeres luchadoras como Máxima y Berta Cáceres en Honduras, los campesinos de los movimientos rurales, los pueblos originarios defendiendo su territorio y a la madre tierra. Entonces, se siente un tiempo de esperanza y resistencia, conociendo a héroes y heroínas de este nuevo tiempo.