Neuquén (Asociación Civil Pensamiento Penal). Esta iniciativa, que reconoce como antecedente las visitas de monitoreo y ulterior informe realizados en abril de 2012 a las cárceles de Río Negro, se produce en un contexto muy específico: el 21 de mayo pasado Cristian Ibazeta fue encontrado severamente herido en
su celda de la Unidad 11 del Servicio Penitenciario de Neuquén —con más de veinte cortes
y puntazos en distintas partes del cuerpo—, lesiones que le provocaron la muerte tres días
más tarde.
Dos años atrás (en 2010) Ibazeta había sido uno de los principales testigos en una causa
por torturas ocurridas en abril de 2004 en esa unidad carcelaria, juicio que terminó con
condenas muy leves en contra de seis de los veintisiete policías implicados. Horas antes de
su muerte había manifestado a representantes de una organización de la sociedad civil
que temía por su vida.
La muerte de Cristian Ibazeta constituye el desencadenamiento trágico de una situación
que año tras año se vuelve más insostenible, producto del total abandono de las personas
privadas de libertad por parte de aquellos que están obligados a su cuidado.
La visita fue realizada por Nicolás Laino (Secretario General de APP) y abarcó tres de los
centros penitenciarios de varones más poblados de la provincia: la ya mencionada Unidad
11 de Neuquén capital, la Unidad 22 de Cutral Có y la Unidad 32 de Zapala.
El ingreso a las unidades penitenciarias tuvo que realizarse en compañía de-Deficiencias comunes observadas en las cárceles monitoreadas
Las condiciones en que se cumplen las penas privativas de libertad en las cárceles visitadas
en la provincia de Neuquén, adolecen de serios defectos que ponen a la provincia en
situación de violación de los compromisos internacionales asumidos en la materia.
Particularmente problemáticos son los siguientes aspectos:
- Falta de higiene en los lugares donde los detenidos están alojados, favorecida por
la casi nula provisión de elementos de aseo por parte de las autoridades
carcelarias.- Presencia de pulgas, cucarachas y ratas.
- Defectuosa iluminación artificial en las celdas y en las zonas comunes de los
pabellones, así como en los pasillos.
- Escaso ingreso de luz natural por las pequeñas ventanas de cada celda,
circunstancia que también dificulta la ventilación.
- Rotura de gran parte de los vidrios de las ventanas de las celdas, lo que provoca en
períodos invernales que las personas privadas de libertad estén expuestas a muy
bajas temperaturas.
- Serios problemas de funcionamiento de las calderas que proveen de calefacción
central a las unidades visitadas.
- Deplorables condiciones de las instalaciones sanitarias las celdas: piletas con
pérdidas de agua, inodoros que no son más que agujeros en el suelo, duchas que
consisten en caños que salen del techo.
- Habitual falta de provisión de agua caliente.
- Ausencia de colchones ignífugos en todas las unidades visitadas.
- Falta de suministro de colchones y frazadas por parte de las autoridades
penitenciarias, lo que en la práctica implica que sean los familiares quienes deban
proveerlos.
- Malas condiciones de los lugares donde se cumplen las sanciones de aislamiento,
lo que se ve agravado por un régimen de revisión de sanciones que no admite la
intervención jurisdiccional y de la defensa de manera oportuna, esto es, antes la
ejecución de la sanción.
- Ausencia de defensores y de jueces especializados para la etapa de ejecución de la
pena. Baja presencia de los defensores públicos oficiales y de los jueces en las
unidades carcelarias
- Requisas a los familiares para las visitas absolutamente violatorias de la dignidad
humana y de carácter altamente aflictivo.
- Falta de lugares adecuados para el encuentro de los detenidos con sus familiares, o
bien condiciones desastrosas en la unidad que sí los poseen.
- Ausencia de salas para visitas íntimas, que deben ser efectuadas en las celdas sin
privacidad. Donde existe un cuarto habilitado a tal efecto, aquel no reúne las
condiciones mínimas.
- Alojamiento conjunto de procesados y condenados.
- Trabajo carcelario prácticamente inexistente. En los pocos casos que sí existe, no
es remunerado.
- Falta de talleres de formación en artes u oficios que puedan facilitar la reinserción
de los internos en el mercado laboral una vez egresados de la cárcel.
- Pocas horas de esparcimiento y de actividades recreativas en relación con el
tiempo de encierro y ocio.
- Escaso nivel de asistencia médica, con la presencia de enfermeros en horarios
diurnos pero sin personal idóneo para atender urgencias en horarios nocturnos.
- Falta de móviles suficientes a disposición de las unidades para llevar a los
detenidos a las consultas médicas en hospitales extramuros, lo que en la práctica
implica que en general pierdan los turnos.
- Ausencia de tratamiento psicológico.
- Baja calidad y escasa cantidad de los alimentos provistos a los detenidos.
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