El Bolsón (ANPP).- Compartimos la Editorial de esta semana de la Agrupación Rojinegra:
RESURGIR
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| Imagen: Enredades. | 
"Vimos
 cómo era necesario juntarnos, comprender que nuestras luchas eran una 
sola, y que juntos podemos más" decía una compañera de las tres 
asambleas de la Sierra Chica de Córdoba que participaba esta semana de 
la Segunda Cumbre Latinoamericana del Agua para los Pueblos, en Jáchal, 
San Juan. Necesitamos reencontrarnos, decía otra compañera de la 
organización y de la Asamblea de Jáchal No se Toca. Un poco por eso, la 
consigna  "Somos agua, somos hermanos" ponía el foco en el encuentro, en
 encontrarse. Y es que esta necesidad se está viviendo en casi todos los
 grupos. La necesidad de volver a acordarnos de lo que somos capaces. De
 las luchas que sostenemos, y que parecieran aisladas, pero que son una 
misma lucha. Una lucha que tiene del otro lado a un enemigo que logra 
resonar en la multitud, pero que no son la multitud. Un enemigo que 
necesita fijar agenda continuamente para que no podamos pensar por 
nosotres mismes. Un enemigo que cuenta con la peor herramienta, años de 
adoctrinamiento... 
Pero de este lado, del lado del
 campo popular, tenemos la experiencia de haber recuperado y 
transformado la realidad. Tenemos la experiencia del enredarse, del 
encontrarnos. Tenemos la vivencia de poder proyectar juntes y con 
nuestras diversidades. 
Tenemos el camino andado de
 haber roto el cerco mediático, desde Atenco hasta las Pu Lof. De 
sostener en el tiempo guerrillas e insurrecciones. De reírnos de los 
"ismos" y animarnos a ser... A pensar un movimiento diferente, un 
feminismo como algo mucho mayor a una simple oposición al patriarcado o 
al capitalismo. 
Estamos pariendo una nueva era, y 
está todo construyéndose a la vez que se deconstruye lo perimido. Somos 
andando. Porque no podemos ser lo que no venimos siendo. Somos siendo. Y
 siendo vamos cambiando. Entender esto que ya nos vienen diciendo hace 
rato, y que costaba comprender porque el mismo sistema capitalista puso 
su semilla dentro del concepto de revolución. Una semilla que nos hacía 
esperar un cambio radical, de un día para otro, que ocultaba los 
procesos, que negaba la historicidad. Y seguir encontrándonos, 
discutiendo, diferenciándonos, es revolucionario. Volver a llenar los 
espacios de discusión, de lucha, de compromiso. El desafío es que crezca
 esta nueva mirada sobre un sistema diferente,  desde mucho más cerca de
 las raíces (que lo que planteó el socialismo), es estar dispuestos a 
vivir las contradicciones, dejando que nos afecten pero no nos 
inmovilicen. Es estar en movimiento, sin llegar a un estado determinado.
 El desafío es no abandonarse al confort del sillón y la tv. Un confort 
de muerte y resignación. 
Que corra sangre por nuestras venas y no formol.
Crear
 una estructura como la multisectorial de Santa Fé, que agrupa a cientos
 de organizaciones, para un objetivo común, pero que no los somete a una
 organización estructural,  que los condicione en sus vuelos y 
creatividades, sino que los potencie en sus acuerdos por el PAREN DE 
FUMIGAR. Organizaciones abiertas, que puedan ser orgánicas y flexibles a
 la vez. Que permita un construir realmente en forma conjunta, sin 
prevalesencias. Sin personalismos. Con compromiso, con historicidad, 
pero sin derecho de piso. Con compañerismo,  sin competencia. Con 
errores y capacidad de visión, para  remontarlos.
Somos siendo, revolucionamos revolucionando.