El Bolsón (ANPP).-
En las últimas semanas se han estado dando situaciones en las escuelas 
de la Comarca, en dónde por una razón u otra se ha discutido, 
polemizado, incluso tomado acciones acerca de qué sí y qué no se debe 
hablar en las escuelas. Más que nada nos referimos al caso de la 
desaparición forzada de Santiago Maldonado en el marco de la represión 
al lof Cushamen.
Por ejemplo, en una nota enviada por los directivos de la escuela 41 de 
Golondrinas (Chubut) se dice: “(...)frente a los últimos sucesos de 
conocimiento, acordamos que no nos compete evaluar situaciones 
judiciales ni emitir juicios de valor en el ámbito educativo. Los 
docentes estamos enmarcados por el estatuto único de la provincia de 
Chubut, el artículo 18 inciso c establece: “abstenernos de realizar 
durante el desempeño de nuestras funciones, adoctrinamiento político 
partidario(...)”.(nota enviada a las familias de la escuela firmada por 
la dirección)
Asimismo en otras escuelas de la zona, ante la posición de los 
directivos de que hablar de Santiago Maldonado no estaba fuera de los 
contenidos que se debían trabajar en la escuela, la postura de algunos 
padres fue exigir que se les avise cuando se iba a hablar de algún tema 
como “Santiago Maldonado” o “Los Mapuches”, ya que ellos no mandarían a 
sus hijos a la escuela, o pedirían que se los retire de esa clase 
momentáneamente hasta que se termine con la temática.
Estos son algunos de los hechos acontecidos a nivel local, aunque se 
replican a nivel nacional, incluso con denuncias penales hechas a 
profesores, persecuciones policiales en algunos casos, y cosas por el 
estilo. 
http://www.infonews.com/nota/310324
Hay muchos análisis y reflexiones ante estas situaciones, pero 
básicamente, “Desaparición forzada” se caratula judicialmente a la 
ausencia de Santiago Maldonado, diga lo que diga la nota de la escuela 
41 aparte de tener incoherencias y errores serios tanto en su contenido 
como en su redacción. En la misma escuela 41, hace años se vienen 
realizando visitas recreativas a “Lago Escondido”, el predio 
"paradisíaco" del magnate Joe Lewis comprado fraudulentamente, en el 
cual se impide el acceso a un lago público a la población. De hecho, 
muchos padres y madres cuestionaban esas “ofertas amigables" de Lewis, y
 lejos de darles lugar a su reclamo, se les pedía amablemente que si no 
estaban de acuerdo podían no enviar a sus hijos a la salida. Claro, ir 
de visita a la mansión del tío Joe, no es adoctrinamineto político. 
Tampoco fue adoctrinamiento político, la escuelita de gendarmería 
infantil, financiada por la misma empresa (Lago Escondido), en dónde se 
les enseñaba a los pequeños la disciplina y el sometimiento castrense, 
¡en el mismo predio de Lago Escondido! (
http://www1.rionegro.com.ar/diario/2007/12/15/imprimir.200712v15s06.php)
El problema, va más allá de este hecho en sí. Quizá el principio sea 
poder analizar cómo se construyen las subjetividades de los y las 
docentes de la zona en el sistema educativo argentino en general y la de
 las familias que envían a sus hijos e hijas allí. Porque no se trata 
sólo de observar a las familias sino también a docentes que asumen estas
 decisiones como las del equipo directivo de la escuela 41.
A nivel local, más allá de los cambios que se sucedieron y de la 
cantidad de gente proveniente de otras partes del país, muchas escuelas 
de la zona provienen de principio de siglo XX, y concretamente fueron 
puestas en lugares donde se necesitaba crear una “identidad nacional”, 
obviamente negando, avasallando y reprimiendo la cultura de los pueblos 
originarios mapuche de la zona. Concretamente, durante muchos años se 
prohibió hablar en mapuzugum en las escuelas, incluso infrigiendo 
castigos físicos a quienes lo realizaban.
Hoy existen escuelas interculturales en la zona, paradojicamente 
podríamos decir que todas las escuelas debieran ser interculturales, 
pero más allá de eso, son recientes frente a los cientos de años que 
lleva el “adoctrinamiento”  de la escuela normalista homegeneizante 
sarmientina. Y en este caso sí podemos hablar de verdadero 
adoctrinamineto, si tomamos la definición, “Inculcar determinados hechos
 y creencias” tal como lo define la Real Academina Española. Definición 
que tomó centralmente la última dictadura cívico.militar en Argentina, 
para hablar de las ideas que profesaban los grupos de izquierda. Esa, la
 de la dictadura es la idea de “adoctrinamiento”, que aún se encuentra 
plasmada en el estatuto docente de Chubut y también en el sentido común,
 la que pone la mirada en las ideas contrahegemónicas, y no en las de un
 Sarmiento despreciador de la sangre indígena y gaucha.
Tan ridículo es el planteo de esas familias (y aceptado en forma 
lamentable e ilegalmente por equipos directivos y docentes) de permitir 
que sus hijos e hijas se excluyan de un contenido por razones 
ideológicas explícitamente contrarias a los ideales democráticos 
sostenidos en toda la fundamentación de las leyes y acuerdos 
internacionales vigentes en cuanto a educación y Derechos Humanos, como 
permitir por capricho que una familia solicite la no presencia de su 
hijo en las clases de matemática porque en ellas se enseña a pensar.
Para finalizar, más allá de poder encontrarle una explicación al tipo de
 manifestaciones que se estuvieron dando durante estos días, como 
decíamos más arriba, la escuela está inmersa en un Estado de derecho, 
donde los niños son sujetos de ese derecho, y no objetos de sus 
progenitores ni de las decisiones institucionales. Hablar de Derechos 
Humanos es parte del currículum de las diferentes provincias y 
fundamentalmente de la Ley de Educación Nacional por la cual se rigen 
todas las provincias. Además es una cuestión ética, y para ello como 
dice Paulo Freire “El educador democrático no puede negarse el deber de 
reforzar, en su práctica docente, la capacidad crítica del educando, su 
curiosidad, su insumisión”.(Pedagogía de La Autonomía. P Freire).
Desde el sector docente se debiera tomar conciencia sobre la implicancia
 de una educación comprometida, conciente y responsable con una 
transformación social y accionar en concecuencia educando con clases, 
planificaciones, y acciones coherentes con este discurso.