(No A La Mina).-
    La aparición de un agente de la AFI en Esquel sin orden judicial 
podría poner en evidencia la connivencia entre servicios de inteligencia
 y parte de la Justicia en la región. Una causa se tramita en los 
tribunales Federales a partir de la cual se procesó al agente. En tanto,
 tras la denuncia en contra de los fiscales por parte de los vecinos que
 fueron fichados por el espía, el Consejo de la Magistratura resolvió 
archivar la causa.
   
Por Pablo Quintana para El Extremo Sur
El 31 de agosto del año
 pasado los fiscales de la Circunscripción Esquel del Poder Judicial de 
Chubut, Fernando Rivarola, Alicia Fernanda Révori y María Bottini, se 
vieron obligados a presentar una denuncia penal -en el Juzgado Federal a
 cargo de Guido Otranto- ante la posible comisión de un delito: realizar
 tareas de inteligencia interna.
Es un tema extremadamente sensible para una provincia que cuenta en 
su haber con los hechos sucedidos en el caso de espionaje interno 
llevado adelante entre los años 2002 y 2006 en la Base Naval Almirante 
Zar, por la que fueron condenados el jefe y subjefe del Estado Mayor 
conjunto de la Armada junto a otros trece marinos.
Un mes después de aquel gesto de los fiscales, el ex fiscal de Estado
 Miguel Montoya y los vecinos espiados presentaron denuncias contra los 
tres integrantes del Ministerio Público Fiscal. Y más tarde se sumaron 
como querellantes en la causa federal.
La instancia del Consejo de la Magistratura quedó sellada después de 
que por mayoría el cuerpo colegiado decidiera archivar la denuncia. En 
su última sesión en Trelew resolvió con el voto de siete consejeros esa 
medida, mientras cuatro de ellos se mostraron más prudentes y 
propusieron esperar una resolución de la Justicia Federal. Uno solo se 
inclinó por elevar la causa a un jury de enjuiciamiento.
La cara más visible de todo este proceso es la de Rivarola, que actúa
 como Coordinador del Sector de Investigaciones y Delitos Complejos de 
la Oficina Fiscal con asiento en Esquel.
Conexiones
El escándalo del espionaje hacia vecinos, periodistas y abogados de 
Esquel se produjo en medio del proceso judicial que encabeza la fiscalía
 contra los mapuches que protagonizan desde marzo del año pasado la 
recuperación del territorio en Vuelta del Río, en cercanías de El 
Maitén.
El Procurador General de la provincia Jorge Miquelarena dispuso que 
esa oficina quede a cargo de la investigación del conflicto por el 
predio que disputan aborígenes y la estancia Compañía Tierras del Sud en
 Leleque.
Fue entonces cuando apareció en escena un agente de inteligencia en 
los Tribunales de Esquel, “un topo” que hoy se encuentra procesado 
aunque su identidad se mantiene en reserva de acuerdo a lo que establece
 la ley de Inteligencia.
Bottini y Rivarola fueron los encargados de recibir al informante, 
que desde un comienzo se presentó como integrante de la Delegación 
Trelew de la Agencia Federal de Investigaciones (ex SIDE). El hombre 
habría tenido un antecesor. Otro agente de los servicios que terminó con
 un accidente automovilístico en la ruta que une Esquel con Trelew, a 
mediados de marzo del 2015, y que casi le costó la vida. Ese espía, en 
particular, había intentado infiltrarse en la Asamblea de Vecinos 
Autoconvocados haciéndose pasar por fotógrafo.
El relato del Topo
“El Topo” que decidió visitar a los fiscales prometió mucha 
información en torno a la recuperación territorial, pero fue tan variada
 y disímil que ofreció dejarla en formato digital, descargándola desde 
un disco externo en la computadora de Rivarola, titulándola “Información
 Inteligencia”. La entrevista terminó en ese momento y no se tuvo más 
contacto con el espía, excepto telefónicamente.
Para la fiscalía, la causa que envolvía a mapuches y Benetton era de 
una gravedad extrema, al punto tal que supo peticionar la aplicación de 
la ley Antiterrorista, instancia que le fue rechazada por el mismo juez 
Otranto.
En junio se realizó la audiencia de apertura de la investigación en 
la cual el único procesado era Martiniano Jones Huala, un albañil 
–especializado en construcción natural-, vecino de Esquel y descendiente
 aborigen. Sobre él pesó la sospecha de terrorismo, según las conjeturas
 de la fiscalía.
Fue en ese transcurso, cuando la Defensoría Pública solicitó copia 
del legajo fiscal. En esa transferencia de archivos informáticos estaban
 incluidos los registros aportados por el agente de inteligencia.
Fichas, como en la dictadura
El escándalo tomó estado público cuando el Defensor Oficial, Fernando
 Radziwilowski anunció con preocupación la existencia de las fichas de 
vecinos, abogados y periodistas de Esquel en la audiencia del 28 de 
agosto, frente al silencio mórbido de las fiscales Révori y Bottini.
Sólo cuando los fiscales advirtieron que en las redes sociales y en 
la prensa se mencionaba la tarea de inteligencia sobre vecinos que 
tenían en común su participación en el movimiento por “No a la Mina”, 
convocaron a la Defensora Penal Bagnato y labraron un acta dejando 
constancia de que esa documental no estaba agregada formalmente al 
legajo fiscal.
Así, en agosto se vieron obligados a presentar la denuncia en los 
tribunales federales. Lo llamativo es que Rivarola señaló que hasta 
entonces ninguno de los fiscales había podido procesar la información 
que les había dejado esta persona, agregando que resultaba de muy baja 
calidad a los fines procesales.
“Esa actividad ilegal”, como definió Rivarola en referencia a la 
radio comunitaria Kalewche, recién fue denunciada cuando tomó estado 
público. “Nosotros ni bien tomamos conocimiento del contenido hicimos la
 denuncia, si hubiésemos sabido antes la hubiésemos hecho en su 
momento”, dijo el integrante del Poder Judicial cuando fue consultado 
acerca de por qué no denunciaron antes que transcurrieran tres meses 
desde que se llevó ese material de manera ilícita a los tribunales.
El fiscal y el Topo
Lo cierto es que el contacto entre el fiscal y El Topo continuó 
posteriormente a través de comunicaciones telefónicas e inclusive en la 
Brigada de Investigaciones de la Policía del Chubut con dos integrantes 
de la Delegación Trelew de la AFI, conocidos del personal de la brigada,
 que le confirmaron que la persona que concurrió a la Oficina Fiscal de 
Esquel era un agente de ese organismo de inteligencia.
El Topo admitió haber investigado durante más de un año el proceso de
 recuperación que se realiza en cercanías de El Maitén, acompañando en 
algunos casos las actividades policiales que se desarrollaron en ese 
lugar a la vera de la Ruta Nº 40.
La obsesión de Rivarola es poder identificar a las personas que 
forman parte de la reivindicación aborigen, y hasta se manejó en planos 
hipotéticos como que existirían actividades de grupos políticos 
brindando apoyo económico (entre los cuales se hizo mención al MTR y la 
Federación Universitaria Patagónica). Además, elucubró extorsiones a 
intendentes para conseguir dinero, financiamiento externo a 
organizaciones mapuches por parte del movimiento italiano “Ya Basta” y 
hasta llegó a mencionar financiamiento para la radio comunitaria de 
Esquel, Kalewche.
Lo llamativo es que el propio agente le advirtió a los fiscales que 
tanto su presencia en la oficina como la información aportada debían ser
 resguardadas y sólo podía ingresar a la causa por medio de un oficio 
judicial.
Fotografías, información de las redes sociales, relevamiento de 
radios, datos de periodistas y personas que participan en el movimiento 
asambleario del “No a la Mina” quedaron así identificados, fichados y 
fotografiados. Si hasta le había anunciado al fiscal que poseía el 
número de celular de una persona que formaba parte de la toma y que 
obtuvo la titularidad de la línea y los listados de llamados, 
registrando comunicaciones con periodistas.
Ya en octubre del año pasado el ex Director General de la AFI, Oscar 
Parrilli, había afirmado que ese organismo “no realizó actividades de 
inteligencia en la zona”.
La imputación
El juez Federal Guido Otranto imputó a “El Topo” ya que en su 
condición de agente de la AFI obtuvo información, produjo inteligencia y
 almacenó datos sobre veintiséis personas por el solo hecho de su 
militancia social en la asamblea del No a la Mina. Una tarea sin 
autorización legal ni requerimiento judicial alguno realizado en una 
causa concreta, respecto a la recuperación del territorio en el paraje 
Vuelta del Río.
En la imputación al agente, el Juez Otranto sostiene que la 
información acopiada sobre cada una de esas personas no consistió en una
 mera búsqueda a través de alguna red social en internet, sino que dan 
la pauta de que fue producida por alguien que venía recabando datos y 
realizando una observación prolongada de la actividad anti minera y de 
defensa de pueblos originarios en la región.
El espía también intentó realizar un proceso de investigación 
criminal sin autorización judicial en torno a la figura de Facundo Jones
 Huala, sobre quien pesa una orden de captura internacional y un pedido 
de extradición realizado por Chile, y que algunos imaginaron ver en la 
recuperación en cercanías de El Maitén.
“El Topo”, que estuvo en cuatro oportunidades en la Cordillera 
durante el año 2015 (marzo, abril, mayo y junio), sostuvo que “(el 
fiscal) Rivarola quería saber cosas, insistía, pero yo no le podía 
decir, yo le dije que para incorporar a la causa necesitaba la orden 
judicial”.
Según los dichos del agente, el integrante del Poder Judicial estaba 
al tanto de la información que copió. “Todos los documentos que copió en
 su computadora los abrió, los miró y decidió copiarlos… si mal no 
recuerdo, me parece (que la carpeta) la tildó como ‘Inteligencia’”, dijo
 en su declaración al juez.
“El Topo”, rememoró ante el juez Otranto el día que Rivarola lo llamó
 y le dijo “me mandé un cagadón”. Tras lo cual le había relatado que se 
había filtrado la información que le había suministrado, tras lo cual 
reconoció que iba a tener un problema muy grande y el agente también.
El propio magistrado federal analiza la lógica que existió en la 
elaboración del listado en el que aparecen agrupadas personas que 
militan contra el desembarco minero a gran escala en la región o en 
favor del reconocimiento de derechos de los pueblos originarios.
“No puede ser interpretado de otro modo que la intención de 
establecer una conexión entre estos movimientos con la ocupación 
territorial del predio de Leleque”, sostiene el juez.
¡Quemá esos archivos!
“El Topo” quedó así procesado en su calidad de autor del delito de 
investigación criminal en tareas en las que no se le había requerido 
trabajo alguno por un juez y que se dedicó a obtener información y 
almacenar datos de personas por el sólo hecho de adherir al movimiento 
del No a la Mina. Sin embargo, quedó en libertad sin que pese sobre él 
la prisión preventiva.
Parte de la historia gira en torno a la pericia informática que fue 
llevada a cabo por la División Apoyo Tecnológico de la Policía Federal 
Argentina hacia fines del año pasado.
Quizás por eso una instancia reveladora en el dictamen de 
procesamiento de Otranto es la existencia de una importante 
contradicción entre la versión que dio Rivarola en su declaración 
testimonial y el análisis pericial que se realizó sobre su computadora.
Según Rivarola copió la información que aportó el agente de 
inteligencia dentro de la carpeta que identificaba el legajo de 
investigación en otra carpeta que llamó “Información Inteligencia”.
Sin embargo, el estudio pericial determinó que las carpetas que 
fueron copiadas el 28 de mayo por la mañana -durante la reunión- en la 
computadora de Rivarola directamente aparecieron grabadas en una carpeta
 llamada “Copia Defensa”, que contenía la información que luego fue 
entregada a la defensora de uno de los imputados.
Recién el domingo 30 de agosto de 2015, cuando la existencia del 
“fichaje” ya había tomado estado público y un día después los fiscales 
concurrirían a denunciar el hecho en este juzgado, fue que toda esa 
información fue copiada en la carpeta titulada “Información inteligencia
 brigada Puelo”.
Pero lo más llamativo es que los archivos examinados en el peritaje 
-no ya las carpetas que los contenían- que el 28 de mayo pasaron a la 
computadora del fiscal aparecieron grabados -en la carpeta “Copia 
Defensa” mencionada- varias horas después de que se realizara la reunión
 en que se traspasó la información.
Esto sugiere –entiende el juez- que, en realidad, en un primer 
momento -durante la entrevista- la información debió haber sido copiada 
en otra ubicación en el mismo disco rígido. Posiblemente en una carpeta 
creada en ese momento con el número del legajo fiscal, tal como se 
aprecia de la grabación que registró la reunión. Después esa información
 debió haber sido trasladada -cerca del mediodía- mediante un 
procedimiento de “copiar y pegar” a su ubicación en la carpeta “Copia 
Defensa” dentro de la carpeta del legajo fiscal que ya existía en el 
disco rígido.
Sin embargo, no es un dato menor que los archivos no aparecen 
grabados en esa ubicación en un mismo horario como si hubiesen sido 
copiados en bloque. De esto se infiere la posibilidad –que será lo que 
deberá corroborar la justicia federal- de que ese día hayan sido 
copiados en la carpeta “Copia Defensa” a medida que fueron examinados 
uno por uno en su ubicación original en el disco rígido.
Esta situación ambivalente sobre el análisis que se dio en el 
Ministerio Público Fiscal a la información que aportó el agente de 
inteligencia imputado, en particular sobre el archivo “Activistas 
Antimineros en la zona de La Comarca Andina.Doc” que contenía el fichaje
 ilegal de vecinos, deberá ser esclarecida a través de un estudio 
pericial informático más exhaustivo y abarcador de todo el disco rígido,
 a través de los puntos de pericia que se establecerán una vez que sean 
notificadas las partes de la realización de esta medida.
Espiados y ninguneados por la Justicia
El Extremo Sur recogió el testimonio de algunos de los vecinos 
espiados y fichados, tras la resolución del Consejo de la Magistratura 
de archivar la denuncia contra los fiscales Révori, Bottini y Rivarola.
Corina Milán“Indefensión Institucional”
Podría pensar y decir muchas cosas, pero te comparto mi primera impresión cuando me enteré anoche:
No
 puedo creer en los servicios de inteligencia que nos vigilan porque se 
les canta o, peor, a pedido de vaya a saber qué poderosos.
No puedo creer en los fiscales de mi pueblo que deberían protegernos 
de servicios que abusan de su poder, espiando ilegalmente y 
delinquiendo.
No puedo creer en los que deberían controlar a los fiscales que trabajan en connivencia con los espías ilegales.
Y recuerdo la sintética y clarísima frase con la que expresamos 
nuestro sentir como ciudadanos en la asamblea posterior al develamiento 
del fichaje ilegal: “Indefensión Institucional”.
Estamos solos/as, expuestos/as a la acción ilegal de quienes deberían velar por el cumplimiento de la ley.
También
 recuerdo el cuentito que Kafka metió en medio de la novela El Proceso, 
que se conoce como “Ante la ley”… la entrada a la ley nos está 
completamente vedada, aunque nos hacen creer que podemos acceder a ella.
Triste y peligroso, aunque prefiero no enroscarme con el miedo porque inmoviliza y no nos podemos dar ese lujo.
Andrés Campos“Sólo queda confiar en la justicia Federal”
Indignación total. Votaron sin valorar las actuaciones de la Justicia
 Federal, donde se muestra claramente la participación de los fiscales. 
Sorprendido además por el voto de Horacio Crea, realmente no lo 
esperaba, pero ahora conozco los intereses personales por los cuales 
votó como lo hizo. Vean todos como se mueve la corpo judicial. Se cubren
 unos a otros. El Consejo de la Magistratura está diciendo que todo 
vale, si sos Fiscal podes hacer lo que quieras.
Ahora tengo todas mis esperanzas puestas en la Justicia Federal que 
ha tenido varios fallos excelentes en temas como obras sociales, trata 
de personas, ex forense Roo, drogas, etc.
Confío en la Justicia Federal y en la investigación que llevan 
delante desde el Juzgado Federal y la Fiscalía Federal. En el expediente
 Federal entiendo que hay sobrados elementos para procesar a los 
fiscales en esta causa.
Finalmente comparto un viejo proverbio judicial que dice: “Tres cosas
 son menester para justicia alcanzar: tener razón, saberla pedir y que 
te la quieran dar”.
Juan Zuoza“No más garantes de impunidad”
Lo resuelto por el Consejo de la Magistratura es el más fiel ejemplo 
de por qué el país está como está. La ecuación es sencilla: en un país 
con justicia, se extingue la corrupción. Y acá vemos como los mecanismos
 “depuradores” del Estado funcionan corporativamente para dejar que la 
impunidad se burle de la sociedad. El daño institucional y social que 
acaban de hacer los integrantes del Consejo de la Magistratura, es 
repudiable, indignante y de la más baja moral que se pueda ostentar. No 
obstante, las víctimas de estos atropellos no vamos a bajar los brazos. 
No más Rivarolas, Bottinis ni Révoris en el Poder Judicial. No más 
garantes de impunidad en los órganos de control.
Ludmila La Manna“Muchas preguntas sin respuestas”
¿Cómo me siento?: indignada.
¿El consejo de la magistratura y el juzgado federal están viendo la 
misma película? ¿Qué intereses, amiguismos, deudas habrá en el medio 
para querer tapar todo rapidito? Quienes saben de leyes, dicen que los 
fiscales cometieron un delito al recibir y ocultar esa información. No 
debieron haberla recibido ¿En qué se basa el Consejo para ignorar esto?
¿Los fiscales no debieron protegernos? ¿No debieron indignarse al ver esas fichas?
En mi ignorancia, en su momento pensé que esas fichas provenían de la
 minera. No imaginé que venían realmente del Servicio de Inteligencia… 
(Es que vi varias de las películas del agente 007… una ficha debía ser 
algo más serio…). Qué cerca están a veces minería, estado/gobierno, e 
inteligencia…
Insisto: ¿los fiscales no debieron protegernos? ¿No debieron indignarse al ver esas fichas?
¿El
 consejo de la magistratura no debió indignarse? ¿Siguen diciendo que no
 existieron tareas de inteligencia? ¿Y qué son las fotos en una toma? 
¿en una marcha? ¿y en una asamblea? ¿Y qué son las fichas de vecinos que
 participan del No a la mina? ¿Y de sus familiares?!!!
Las fichas son berretas, falaces y difamatorias (y NO es “información
 sacada de redes sociales, medios masivos de comunicación, de radios, de
 declaraciones públicas …”)… Y no dejan de ser fichas de vecinos, de 
docentes, de gente que tiene la loca idea de defender el lugar en que 
vivimos, defenderlo del robo, de las implicancias sociales, ambientales,
 económicas, productivas que tiene un emprendimiento minero…
En mi caso particular, me indignó aparecer con información falaz en 
la ficha de mi esposo (ni siquiera tengo ficha propia!), y lo primero 
que pensé es: el día de mañana le van a hacer fichas a mis hijos? Porque
 su papá, como todos nosotros, no quiere a la megaminería (y encima es 
“zurdito”!).
¿Será que para el Consejo de la Magistratura ponemos “en riesgo la seguridad interior de la Nación”…?
Releo lo que escribí: demasiadas preguntas, y pocas respuestas… así me siento
Moira Millán“Sabemos que nos vigilan”
No me sorprende, sin embargo no amortigua la bronca y la indignación.
 Es muy claro el mensaje de “la justicia” impunidad, y complicidad 
absoluta con las empresas violando todos los derechos. Pero hay que 
seguir luchando, y estar atentos, ya sabemos que nos vigilan.
Flavio Romano“Impericia y negligencia”
Siento que el espíritu corporativo marca el paso de muchas 
instituciones. Cerrados al pueblo, a los vecinos, este Consejo de la 
Magistratura puede ser más o menos progresista, o democrático, y 
dilucidar con claridad muchas cuestiones. Pero cuando de un lado están 
los vecinos sin saco y corbata y del otro los fiscales, cierran filas y 
se acorazan. Está claro que los fiscales procedieron con impericia y 
negligencia. Rivarola mismo vino a mi casa a disculparse y lo admitió, 
negando todo tipo de intencionalidad. “Nunca nos había tocado una 
situación así, no supimos que hacer, lo recibimos (al espía) para que 
deje de molestarnos. Nunca vimos lo que había en el pendrive”…Hasta el 
día de la audiencia…
Y esto no es cierto. Alguien revisó los archivos y los fue guardando sistemáticamente.
Resumiendo, primero se protegen entre ellos, y si les sobra paño, le administran un poco de Justicia al pueblo.
Agustín Gigli“Legalizar la relación de los espías con la Justicia”
Verificar que hacen inteligencia con nosotros y nuestra militancia no
 es algo a sorprender. Sé que los servicios de inteligencia nunca fueron
 alterados sustancialmente desde la dictadura militar. Comprobar esto es
 un golpe, pero es sólo confirmar algo que uno en lo profundo lo sabe.
Pero ver las fichas, confirmó también otras cosas: los servicios no 
son los de Hollywood, son los argentinos, lúmpenes al servicio de quien 
los necesite, registrando cosas que no existen pero que pueden servir 
para un futuro armado por ellos.
Pero más trágico es encontrarse con que la justicia trabaja con 
ellos. Es habitual su relación. Tan habitual que los fiscales no se 
sorprenden de que un servicio de inteligencia vaya a verlos y les 
entregue información “no solicitada”. Es tan habitual que lo atienden. 
Esto ya fue una sorpresa.
Pero el Consejo de la Magistratura, ha demostrado que no sólo son 
tres fiscales de Esquel los que tienen esta operatoria, sino que es la 
justicia en general. El Consejo les ha dado impunidad, hasta lo que 
ellos pueden dar, a los fiscales, porque avalan su accionar, su 
complicidad con los servicios.
Los fiscales se “equivocaron” atendiendo a un servicio, supongamos 
porque no sabían de leyes, de inteligencia. Entregaron las fichas y 
cuando se les marcó el error, entendieron e intentaron remediarlo para 
salvarse. Pero el Consejo de la Magistratura tuvo mucho tiempo para 
darse cuenta de que el accionar de los fiscales no se ajusta a la ley, y
 que por lo menos debería investigarse si fue un hecho aislado o es 
frecuente. Lo que resolvieron es impunidad, para los fiscales de Esquel y
 para el resto de la provincia. Legalizaron la relación directa, 
prohibida, de agentes de la AFI con la justicia. Este último hecho es 
verdaderamente de terror.
Omisiones de la investigación en el Consejo de la Magistratura
Por Gustavo Macayo – Abogado.
Del informe sumarial en el Consejo de la Magistratura. Jorge Amado Gutiérrez se desprende:
–
 Falta el análisis de los testimonios tomados durante la instrucción del
 sumario. Solamente se mencionan los testimonios de los defensores 
Radziwilowiski y Bagnato. Se omite detallar las declaraciones 
testimoniales de los denunciantes y de una docena de testigos, como 
Flavio Romano, Juan Zuoza, Gustavo Macayo, Andrés Campos, Nora Corvalán,
 Silvia Pérez, Pablo Quintana, Miriam Grimaldi, Susana Pérez, Federico 
Ovidi, Celedonio Díaz, Silvina Larraza, Emanuel Vera, Corina Milán, 
Fernanda Rojas, y otros ofrecidos en la denuncia y ya producidos.
– 
El análisis del sumariante, respecto del video incorporado a la causa 
donde se registró la reunión entre los Fiscales Rivarola y Bottini y el 
agente de inteligencia en la que se recepcionó la información prohibida,
 es diametralmente opuesta a la interpretación del mismo video efectuada
 por el Juzgado Federal, así como a la interpretación de las pericias 
informáticas ya producidas en el expediente judicial del mismo Juzgado.
–
 Las conclusiones del sumariante-informante Gutiérrez siguen la línea 
argumental esbozada por los Fiscales Rivarola, Bottini y Révori en sus 
descargos, sin analizar en profundidad los hechos que ya se encuentran 
probados y reconocidos ampliamente, incluso a través de medios masivos 
de difusión.
– En síntesis, el trabajo realizado en el ámbito del Consejo de la 
Magistratura no se condice con la situación de Gravedad Institucional 
que tiene el desempeño, por acción y omisión de los agentes del 
Ministerio Público Fiscal. Mantener esa posición significa premiar con 
impunidad, y dejar a la comunidad de Esquel sometida en lo sucesivo, a 
la actividad investigativa penal de los mismos funcionarios que están 
involucrados en actividades de Inteligencia expresamente prohibidas por 
la Legislación Nacional, la Constitución Provincial, y el Código de 
Procedimiento Penal de Chubut.