Por Martín Lamas (Valle Medio)
· La prolongación del conflicto se debió en gran parte a la necedad del gobierno de decir una y otra vez que no había dinero, que no iba a haber aumentos y no hacer propuestas ni llamar a paritaria. Es un dato objetivo (en el sentido de que no dependía de nosotros ni podíamos controlarlo nosotros). Evidentemente el gobierno provincial valoró muy mal nuestras fuerzas y apostó a que la segunda semana ya estábamos tirando la toalla, no tuvo en cuenta la bronca contenida de nuestros compañeros de base después de todos los atropellos sufridos el año pasado.
· Con esto estoy diciendo también que pongo en duda el heroísmo de la base. Es evidente que la base fue la misma de siempre. Estoy seguro que aparecieron compañeros que no habían aparecido nunca o que hacía mucho que no aparecían, principalmente al calor del piquete de Chichinales y los cortes locales, y que le dieron a las actividades una fuerza que no esperábamos, en ese sentido hubo sí, momentos de heroísmo. Pero eso no hace que haya un cambio cualitativo en la conciencia de nuestros compañeros. Por eso, más allá de todos nuestros balances es importante qué decimos a nuestros compañeros, cómo salimos hacia afuera disputando con la conducción el discurso acerca del balance del conflicto. Y ahí tenemos que privilegiar nuevamente el trabajo de base, el trabajo de conciencia, que sabemos que es más largo, pero sin el cual no se puede esperar ningún cambio en serio a nivel conducción.
· En el hecho del levantamiento (técnicamente es suspensión, pero ya sabemos lo que quiere decir para ellos) del paro no podemos dejar de reconocer que hubo un desgaste de la base, más allá de los levantamanos en las asambleas, más allá del miedo generado por la conducción, había compañeros muy cansados, incluso muchos independientes de los que estuvieron muy comprometidos en los piquetes (actuando en el grupo de seguridad por ejemplo) votaron por suspender el paro, y no les convencía la baja en el acatamiento que se avizoraba ya en la séptima semana. Para mucha gente 7 semanas de paro y piquete fue mucho más de lo que estaban dispuestos a hacer en un principio. En esa instancia se vieron todas las limitaciones en la conciencia de la base que decía más arriba. Esas limitaciones se ocultaron en las primeras semanas de la lucha impulsadas por la indignación que causaba la actitud del gobierno y la adhesión que causaban los cortes de ruta y la decisión que mostró el activismo, pero muchos –a la par de que no le aflojábamos- nos preguntábamos hasta donde llegaría.
· Los magros logros conseguidos se circunscriben a lo salarial. En otros aspectos yo diría que hubo logros muy importantes, y que tienen que ser apreciados y difundidos porque sino se generaría en muchos compañeros la idea de que activar en este conflicto no sirvió para nada. Por ejemplo el logro de haber puesto contra las cuerdas al gobierno y a varios funcionarios, de haber provocado una crisis política al interior del gabinete, de que los mismos integrantes de STJ tiraran mensajes diferentes acerca de qué carajo quería decir el mandamus. Todo eso podría profundizarse en otro tipo de lucha, pero para que eso ocurra es necesario un perfil de lucha más amplio, la lucha política, con otras fracciones de la clase trabajadora. Por eso es necesario también tratar de salir del corset de la lucha sindical. En los marcos de la lucha sindical, no podemos obtener más logros políticos que estos, por más que en lo salarial podamos lograr algo más, incluso con una conducción clasista. Por eso tenemos que profundizar el trabajo político.
· Hay que apreciar la dificultad de dar una lucha política como la que propongo ahí arriba en una provincia en la que prácticamente no hay movimientos sociales (Río Negro no es Neuquén) y con una conducción corporativa a la que sabemos que la lucha política tal como la planteo yo no le interesa; ya que para ellos la lucha política es la rosca al interior de los partidos del sistema.
· Sobre la acción de la conducción no hay mucho más que decir de lo que venimos diciendo. Son una burocracia de un tipo diferente al de la burocracia tradicional de la CGT. Las características de sus ideas a mi entender están dadas por la idea de conciliación de clases, la falta de decisión de llevar adelante medidas propias de la clase trabajadora (medidas que llevan adelante con vergüenza, por eso piden perdón por hacer paro), y el corporativismo, lo que los lleva a encerrarse en sí mismo y no prestar atención a otros sectores del campo popular ni siquiera cuando venían a traernos solidaridad al piquete (ni hablar de que vayan ellos a prestar solidaridad a otros sectores). En cuanto a los métodos utilizados por la burocracia, el generar miedo, el no querer salir de lo legal y los métodos aparateros de traer gente a las asambleas a votar. Pero volviendo a lo anterior de la caracterización de la base, ellos se acomodan mejor al pensamiento de la base docente que nosotros (la izquierda entendida en términos generales), es evidente que la base docente en una parte importante comparte las ideas de la burocracia.
· Esto no quiere decir que tengamos que salir a criticar a la base hacia fuera abiertamente y hacer de vanguardia iluminada, al contrario, esto quiere decir que nos tenemos que dar el trabajo necesario para llegar a esos sectores, que la mayoría de las veces (por lo menos en seccionales chicas y medianas, creo que en algunas grandes también) no comprenden nuestro discurso, para tratar de forzar que esos sectores den un salto de conciencia y quiten base a la burocracia. En ese sentido, conflictos como estos ayudan mucho, porque hay logros que rompen con las ideas de la burocracia. Por ejemplo, si la base es formalista y legalista, hay que capitalizar la experiencia de este conflicto en donde nos cagamos en la ley (rechazamos el mandamus, cortamos rutas nacionales, etc) y la movilización evitó las represalias. Eso tiene que ser una enseñanza muy importante para otros conflictos.
· Ni qué decir de la experiencia que hicimos en el piquete. Tenemos que encargarnos de que toda la experiencia que nos dejó quede latiendo para próximas luchas, mucha gente que antes ni lo pensaba hoy le perdió el miedo a la ruta, a los camioneros y sabe perfectamente cuáles son los métodos para organizar la seguridad y la logística de un corte en una ruta grande como el que hicimos. Pasamos de cortar con 4 fardos a tener dos barricadas en cada frente armadas con gomas, cantonera y chatarra.
· No comparto los llamados a pensar en otra organización sindical que hacen algunos compañeros. Si bien comprendo perfectamente la indignación del que puso todo en esta lucha, pienso que eso nos puede encerrar en una organización pequeña, en donde estemos muy cómodos con gente que piensa como nosotros, pero que en la práctica tenga muy poca capacidad de acción real y poca inserción en la base. Al contrario, pienso en un trabajo firme de acercamiento a los 11 mil afiliados a Unter y a los 5 o 6 mil no afiliados para que se afilien y así remover en serio las bases de la burocracia.
· La actuación de la oposición. El piquete nos dio una gran posibilidad de conocernos entre sectores opositores de toda la provincia. A pesar de que eso se logró, pienso que tendríamos que pensar en un tipo de reuniones en donde se profundice la discusión política, ya que en el piquete muchas veces la discusión quedó limitada a cuestiones tácticas (profundizar o no en horas, posibles propuestas y demás). Por otra parte tenemos que reconocer nuestras limitaciones en llegar a la base (obvio, exceptuando a las seccionales en donde ya hay un dinamismo y un nivel de discusión avanzado: Bolsón, Cipolletti, Allen y Río Colorado). También tenemos que reconocer la gran heterogeneidad que hay en la oposición, que no es solo ideológica, también en lo organizativo, por eso hay desde compañeros sin agrupación a agrupaciones de base local o provincial. Además de eso hay realidades locales muy diferentes a las que de una u otra manera hay que amoldarse. Pienso que hay que tratar de construir algo más que un lazo por correo, pero sin olvidar esas particularidades.
· Pienso que este conflicto fue importantísimo, al punto de que va a seguir dejando enseñanzas a lo largo de mucho tiempo y los hechos ocurridos van a ser comentados al menos por el activismo en cada intercambio que tengamos, por eso tenemos que seguir sacándole punta a nuestras visiones, a nuestras interpretaciones, por más que no lleguemos a acuerdos van a ser el debate entre compañeros que nos van a servir para avanzar. No es necesario estar de acuerdo en todo, nuestras ideas e interpretaciones pueden variar, lo que sí es necesario es intercambiar esas caracterizaciones para conocernos políticamente entre nosotros.