El Bolsón (ANPP).- Si el sistema capitalista nos enferma, porque nos somete a la pobreza, a las malas formas de vincularnos, a caer en vicios para intentar olvidar, también es cierto que como humanidad somos capaces de generar espacios de salud, de cuidado. Alcohólicos Anónimos es uno de esos espacios. Y Bolsón tiene su grupo.
Radio La Negra: Estamos con Jorge y Héctor,
que son parte del grupo San Cayetano de Alcohólicxs Anónimxs de El Bolsón.
¡Buenas tardes!
Alcohólicxs Anónimxs: Buenas tardes, mi nombre es
Héctor, pertenezco al grupo San Cayetano de Alcohólicxs Anónimxs, de El Bolsón,
y queremos hacer la invitación extensiva a todo aquel compañero o compañera que
quiera acercarse a la charla que se hacen los días miércoles y sábados a partir
de las 20 hs en el Hospital.
RLN: ¿Por dónde se entra al
Hospital para llegar a esa hora?
AA: Por la calle Pellegrini, se
entra por donde era anteriormente la cocina del Hospital.
RLN: Sería esa calle que está
entre el Hospital y la escuela 270.
AA: Esa es.
RLN: Cuéntennos un poco qué es el
grupo de Alcohólicxs Anónimxs, ¿cómo funciona?
AA: El grupo de Alcohólicxs
Anónimxs funciona para toda aquella persona que tenga problemas con el alcohol.
Puede arrimarse al grupo, y que tenga interés para salir, porque hay que tener
voluntad para salir del alcohol. Pero se puede. Se puede porque yo soy un
enfermo alcohólico y pude salir gracias a mi obediencia, a asistir a los
grupos. Pude salir del alcoholismo, así que, poder, se puede. Mi mensaje es ese
para la gente que tenga problemas, que no tenga vergüenza y se arrime a los
grupos que tenemos. Estamos para eso, para ayudarles y que puedan salir
adelante.
RLN: Jorge, ¿qué cambió en tu
vida cuando pudiste dejar el alcohol?
AA: A mí me cambió todo al 100
por 100. Yo era alcohólico casi crónico, llegué a beber alcohol con agua;
después vino la rotura de familia, separación. Y tuve la gran suerte de un Coordinador
de Alcohólicxs Anónimxs que me dio el mensaje y pude llegar al grupo; y después
la obediencia, porque uno tiene que tener obediencia y paciencia para poder
salir adelante. Y pude, pude salir y ya llevo 22 años y bien. Así que mi
mensaje es para que la gente no sienta vergüenza de estar en un grupo. Pero
somos un grupo amigo y estamos para eso, para ayudar a que puedan salir de la
enfermedad del alcoholismo.
RLN: ¿Hacé cuánto que pudiste
dejar el alcohol, Héctor?
AA: Yo hace 27 años que dejé de
beber, como decía Jorge, con la ayuda de la excelente persona que había en ese
momento, que es el Coordinador del grupo, que nos enseñó, nos encaminó, para
que hoy seamos la persona, no sé si ideal, pero sí con un esfuerzo y con las
ganas de que, aquel que tenga problemas de incentivarlo, de que es una
enfermedad que no tiene cura pero sí se puede detener. Sólo la obediencia y de
que uno, muchas veces parecemos muy repitentes de esto, de que cada uno el
mensaje que da lo dice por la experiencia de haber padecido esta enfermedad que
no tiene cura pero sí se puede detener. Tener esta fuerza de voluntad y así
motivar tanto a hombres como mujeres, adolescentes, que se acerquen, que se
puede. Como decía Jorge, nos cambió la vida. Seguimos siendo alcohólicos pero
en recuperación. Tenemos defectos y también tenemos virtudes, que el alcohol
nos estaba tomando.
RLN: Tomar una decisión tan
drástica, dejar de un día para el otro, es algo que requiere de mucho coraje,
de mucha valentía. ¿Hubo algo en particular que te hizo tomar esa decisión,
Jorge?
AA: Sí, a mí… Yo toco fondo y el
problema con mi familia; mi mujer me deja y me tengo que ir de la casa, mis
chicos eran todos chiquitos. Tuve la gran suerte de conocer al Coordinador de Alcohólicxs
Anónimxs, que en paz descanse. A él le debo todo porque gracias a él salí
adelante. Fui obediente porque yo quería recuperar a mi familia y tuve la gran
fortuna de volver a recuperarla, pero toda la voluntad fue mía de salir
adelante y decirle no más al alcohol. Gracias a eso pude salir adelante. Hoy me
siento orgulloso. Soy un enfermo alcohólico y no siento vergüenza de decirlo.
Estoy recuperado.
RLN: ¿Qué le podés decir a las
mujeres de esas parejas en las que el varón es alcohólico? ¿Hoy qué reflexión
hacés de ese acto que tuvo tu compañera de ponerte un límite?
AA: Lo que pasa es que hay
distintas mujeres. Hay mujeres que tiene mucha paciencia; al marido lo quieren,
lo aguantan. Pero todo tiene un límite. La mujer llega un momento que se cansa
porque los alcohólicos somos astutos, mentirosos, “mañana voy a dejar de
tomar”, “tomo este fin de semana y después lo dejo”. Mentira, porque seguimos
tomando. Mientras la mujer lo aguanta, seguimos tomando. El problema es cuando
lo deja, cuando viene la separación. Esas mujeres, si quieren a su marido, que
lo ayuden. Nosotros tenemos compañeros que la señora llevaba al marido al
grupo, y eso es bueno porque es una ayuda. Pero tiene que salir de la voluntad
de él, de cada uno. Y tener ganas de dejar de tomar. Pero no es para
cualquiera.
RLN: ¿Querés repetirme, Héctor,
qué días, horario y dónde es que se puede acudir a estas reuniones de
Alcohólicxs Anónimxs?
AA: Sí, los días miércoles de 8
de la tarde y el sábado también, de 8 de la tarde, en la calle Pellegrini. Ahí
los vamos a estar esperando. Yo voy los días sábado, los miércoles no puedo ir
por el tema del trabajo, pero yo quería acotar algo: no solamente todo el que
toma alcohol es alcohólico, sino que es otra etapa del alcoholismo, y por ahí
están haciendo uso del alcohol, y tal vez se lavan las manos y van a la US. Y
después está la dependencia. Nosotros somos dependientes del alcohol y, como
bien decía Jorge, la paciencia que tiene la familia. También enfermamos a
nuestros seres queridos que nos apoyan, pero también llega un momento que te
bajan la cortina y bueno, muchos tienen la suerte en recuperar su familia. Yo
soy uno de ellos que no tuve la posibilidad que han tenido muchos compañeros de
recuperar a sus familias, pero hoy me siento feliz, con una familia nueva
porque conocí otra persona, que actualmente es mi pareja, y hoy puedo
demostrarle, no para demostrar para que yo soy más que otro, pero sí ante el
alcohol hoy puedo ser otra persona, ser feliz, saber por dónde uno anda. Yo, a
toda aquella persona, hombre o mujer, porque esta es una enfermedad que no
respeta clase social, tampoco sexo, caen muchísimo a través del alcohol, los
invitamos a todo aquel que quiera acercarse, que no sienta vergüenza. Es peor
lamentar después lo que nos ocurre a través del alcohol.
RLN: Me pongo en el lugar de la
persona que quiere llegar. Llega a esa puerta, que es verde, del Hospital, que
hay que subir una escalerita, abre la puerta, que tiene un resorte, así que hay
que empujarla fuerte, porque parece que está cerrada pero está abierta, y ahí
¿qué hacés? Entrás, chocás con pasillo, ¿para dónde se va?
AA: Ahí siempre hay una persona
que trabaja en el Hospital, que pregunte dónde se está realizando la reunión y
los vamos a esperar, o lo espera el Coordinador Jorge. Él es ahora el
Coordinador del grupo. Tenemos un apoyo, un pilar. Ojalá sigamos en esta senda.
RLN: Hay que ser puntual,
entonces. A las 8 de la noche, ahí.
AA: Sí, muchas veces la
puntualidad la pone el Coordinador, a las 20 horas justo, ahí, pero siempre tiene unos
10 o 15 minutos de espera afuera para incentivarlos, ayudarlos, que conozcan el
lugar, y después ya solos se van ubicando. También quería invitar a aquellos
que tengan familias con problemas de alcohol y que, si hay alguno que tenga
problemas con el alcohol directo, que vaya con algún familiar. Porque antes se
hacían las reuniones solamente para la persona que padecía la enfermedad del
alcoholismo porque es anonimato, pero no deja de ser que, si a la familia le
interesa entrar a la reunión, puede hacerlo.
RLN: Buenísimo, ¿querés decir
algo más, Jorge?
AA: No, está bien. El mensaje es
ese.
RLN: Felicitaciones por ese
sostenimiento en las cosas. Hoy cuesta mucho sostener todo, hasta las
convicciones más livianas, y sostener esta convicción no es poca cosa, así que
felicitaciones.
AA: Gracias. Muchas gracias. Y
gracias por el momento que prestaron para que nosotros podamos invitar a toda
aquella persona que lo necesite.