(Red Eco Alternativo).-El jueves 26 de julio se realizaron movilizaciones en Plaza de Mayo y
frente al Ministerio de Defensa de la Nación contra el decreto firmado
por Mauricio Macri que reforma el rol de las Fuerzas Armadas de
Argentina. A continuación, reproducimos los comunicados elaborados por
organismos de derechos humanos y el Encuentro Memoria Verdad y Justicia
que convocaron a los actos de repudio.
Documento leído
frente al Ministerio de Defensa firmado por Abuelas de Plaza de Mayo,
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y
Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos, Centro de Estudios Legales y Sociales, Liga
Argentina por los Derechos del Hombre, Movimiento Ecuménico por los
Derechos Humanos, Asociación Buena Memoria, Fundación Memoria Histórica y
Social Argentina, APDH La Matanza, Comisión Memoria Verdad y Justicia
Zona Norte y Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz:
Hoy nos movilizamos en todo el país para decir:
FUERZAS ARMADAS REPRESIVAS: ¡NUNCA MÁS!
¡NO A LA MILITARIZACIÓN DE LA ARGENTINA!
Frente
al Ministerio de Defensa, y a metros de la Casa Rosada, venimos a decir
que rechazamos la decisión del Presidente Macri, el ministro de Defensa
Oscar Aguad, y el jefe de Gabinete Marcos Peña, de reformar el sistema
de Defensa Nacional, habilitando a las Fuerzas Armadas a intervenir en
cuestiones de seguridad interior.
En un país con miseria
planificada, despidos masivos, la entrega del país a los buitres,
persecución a los pueblos originarios y a militantes, con presas y
presos políticos, impunidad para los genocidas, violencia institucional,
represión a la protesta social, y censura a la prensa, la reforma de
las Fuerzas Armadas no hace más que reforzar el modelo represivo de un
Gobierno que representa los intereses de pocos, mientras empobrece a las
mayorías. Ese plan de ajuste sólo puede imponerse con represión. Por
eso, hay que mencionar que Patricia Bullrich es responsable de la
desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado y del
asesinato de Rafael Nahuel. Es la responsable de un ministerio que no ha
hecho más que perseguir y reprimir al pueblo.
Volvemos a ver el
miedo como herramienta de disciplinamiento. Con el falso argumento de
“proteger objetivos estratégicos”, el Gobierno está reeditando la teoría
del “enemigo interno” para intentar acallar las protestas sociales y
contener las crecientes movilizaciones con las que nos manifestamos en
todo el país en repudio a las políticas antipopulares del macrismo,
basadas en las exigencias impuestas por el Fondo Monetario
Internacional.
Como familiares de víctimas del terrorismo de
Estado, seguimos luchando por Memoria, Verdad y Justicia. Más de 40 años
después de los crímenes, continuamos dando testimonio en los juicios a
genocidas, exigiendo saber dónde están los cuerpos de nuestros
familiares y luchando por encontrar a todos los jóvenes que siguen sin
conocer su identidad. No vamos a aceptar ningún retroceso en nuestra
democracia. Con ausencias forzadas, con profundo dolor, sabemos lo que
significa el accionar represivo de las Fuerzas Armadas, lo que han hecho
a lo largo de nuestra historia bajo dictaduras o bajo las órdenes de
sectores golpistas de nuestro país. El rol de las Fuerzas Armadas no es
el de reprimir al pueblo. A eso, este pueblo ya le dijo: ¡NUNCA MÁS!
Tras
el anuncio de reforma de las Fuerzas Armadas, advertimos que
involucrarlas en la seguridad interior viola la legislación vigente,
lesiona gravemente el consenso social construido tras el retorno a la
democracia y el debido respeto a los derechos humanos, por lo que tanto
hemos bregado a lo largo de todos estos años. Las experiencias
regionales han demostrado que la militarización no tiene nunca
resultados favorables para el pueblo, sino todo lo contrario.
El
Decreto se inscribe en una larga serie de acciones de cesión de
soberanía en beneficio de los poderes imperiales. Mientras nada se dice
sobre la base de la Otán en Malvinas, no podemos desvincular la
reorganización propuesta con planes intervencionistas de Estados Unidos
en el Continente, que no son sólo comunicacionales o judiciales, sino
también militares. Nos permitimos recordar que la política menemista de
involucrar a la Argentina en conflictos internacionales, a favor de los
imperios, derivó en acciones terroristas que aún nos duelen y que además
siguen impunes.
Estamos acá, en unidad, como pueblo movilizado,
al igual que hace un año hicimos el pañuelazo para decir ¡NO AL DOS POR
UNO A GENOCIDAS! Estamos acá para expresarnos y decir BASTA.
Estamos
frente al Ministerio de Defensa conducido por Oscar Aguad, apodado “el
milico”, cuyos antecedentes en esta materia son alarmantes e impúdicos.
En su paso por el Ministerio de Asuntos Institucionales de la provincia
de Córdoba protegió y avaló que en democracia siguieran actuando
policías acusados de delitos de lesa humanidad, como Carlos Yanicelli,
hoy condenado a prisión perpetua y preso en una cárcel común por sus
crímenes en la dictadura. El menosprecio de Aguad hacia los derechos
humanos también se vio reflejado cuando compartió un palco oficial y se
fotografió con el máximo genocida de la provincia de Córdoba, Luciano
Benjamín Menéndez.
Es el mismo “milico” Aguad quien al llegar al
Ministerio de Defensa, tomó como una de las primeras medidas desmantelar
el Área de Derechos Humanos, que tenía entre sus funciones aportar a
las causas judiciales de lesa humanidad documentos de los archivos de
las Fuerzas Armadas. Es el mismo ministro que debe dar cuenta de dónde
están los 44 tripulantes del ARA SAN JUAN hoy desaparecidos. Desde
aquí, acompañamos a las familias de los tripulantes desaparecidos y nos
unimos al reclamo de respuestas sobre qué pasó, dónde están esos
cuerpos, y quiénes son los responsables.
En los años 60 y 70 el
Gobierno de Estados Unidos impulsó la denominada Doctrina de Seguridad
Nacional para aplacar y silenciar los movimientos revolucionarios y de
liberación en América Latina. Millares de militares de distintos países
fueron instruidos en la Escuela de las Américas en técnicas de tortura,
contrainsurgencia, y acción psicológica. Con esa doctrina, en la
Argentina intentaron instalar la idea de un enemigo interno y así
desaparecieron, torturaron, violaron, encarcelaron y asesinaron a miles
de compatriotas. Hoy no es casual que el Gobierno utilice en el Decreto
la misma terminología para referirse al accionar de los milicos en las
calles.
Porque vamos a seguir defendiendo nuestra democracia y
abrazando a todos los países hermanos de la Patria Grande, con las
banderas de los 30.000 detenidos y detenidas-desaparecidas, gritamos con
convicción:
FUERZAS ARMADAS REPRESIVAS: ¡NUNCA MÁS!
¡NO A LA MILITARIZACIÓN DE LA ARGENTINA!
¡30.000 DETENIDOS-DESAPARECIDOS: PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE1
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A continuación el documento elaborado y leído por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia en Plaza de Mayo:
Desde
el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, integrado por organismos de
derechos humanos y decenas de organizaciones populares, hemos convocado
al pueblo a movilizarse hoy a esta Plaza, junto a la ronda de nuestras
queridas Madres de Plaza de Mayo, para decir:
¡No a los militares en las calles!
¡Basta de ajuste y represión de Macri y el FMI!
Que lo escuchen bien quienes lo tienen que escuchar:
No a los militares en las calles!
¡Basta de ajuste y represión de Macri y el FMI!
Y
este es el lugar insustituible para decirlo bien claro: la Plaza de
Mayo, la Plaza histórica, la Plaza del pueblo, nuestra Plaza, frente al
corazón mismo del poder político nacional, frente a la Casa Rosada, en
donde está el máximo responsable de ese nefasto Decreto 683: el
presidente Mauricio Macri.
Ese Decreto vergonzoso fue presentado
en Campo de Mayo, donde funcionaban cuatro centros clandestinos de
detención. Un resumen en sí mismo de la política que profundiza y la
orientación de impunidad para los militares y genocidas.
Este
decreto habilita a las Fuerzas Armadas a participar en tareas de la
llamada “seguridad interior” es sin duda alguna un salto represivo.
Después de décadas por parte de los distintos gobiernos constitucionales
en busca de reconciliación con dichas fuerzas, ese decreto que
repudiamos con la cabeza y el corazón reubica a los militares para
disponer de Gendarmería y Prefectura a fin de intensificar la represión y
el control social en todo el país.
Si bien el gobierno anterior
dispuso la participación militar en el llamado Escudo Norte e impulsó
las llamadas leyes “antiterroristas” que permiten que los reclamos a las
autoridades sean considerados actos de terrorismo y amenazas a la
población, este decretazo represivo incorpora ahora la intervención de
las Fuerzas Armadas contra la protesta social. Como vimos en diciembre,
para el gobierno las “amenazas a la nación” son las luchas en defensa de
los derechos del pueblo.
No es casual que Macri haya dictado su
medida antidemocrática pocas horas después de terminar su reunión con
Christine Lagarde, el Fondo Monetario Internacional y el G20. ¡Es que su
ajuste no pasa sin represión!
A Macri no le alcanza con las
muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel a manos de las fuerzas de
seguridad que comanda la ministra Patricia Bullrich.
A Macri no le alcanza con mantener presas y presos políticos.
A Macri no le alcanza con la “doctrina Chocobar” y el gatillo fácil policial.
A
Macri no le alcanza con meter palos, gases, persecuciones a luchadores y
detenciones frente a los legítimos reclamos de los trabajadores y
trabajadores, los desocupados, los jubilados, los pueblos originarios,
las barriadas populares, las mujeres y la juventud.
En los
considerandos del Decreto 683, Macri dice que es para “proteger la
soberanía e independencia de la Nación, su integridad territorial, sus
recursos naturales, su capacidad de autodeterminación y la protección de
la vida, la libertad y los derechos humanos de sus habitantes”.
¡Nada
más hipócrita! ¡Si alguien ataca “la soberanía y la independencia
nacional, la integridad territorial, los recursos naturales y la vida,
la libertad y los derechos humanos” son precisamente el FMI, el G20 y
las corporaciones que de la mano del gobierno, la falsa oposición y los
cómplices civiles y sindicales, aplican despidos, bajos salarios,
devaluación, tarifazos, pago de la deuda externa a costa del hambre del
pueblo y que saquean nuestros territorios y nuestros bienes comunes de
una punta a otra del país! Y no es una hipótesis de conflicto: es una
realidad. Por eso, la protección de los “eventos estratégicos” que
sostiene el decreto de Macri son las Fuerzas Armadas reprimiendo las
protestas de rechazo a las políticas antiobreras y antipopulares que se
pactan en las reuniones de estos organismos imperialistas.
Hablan
de “narcotráfico” para justificar la injerencia militar extranjera y
para el control del negocio del narcotráfico por la DEA, como ya lo
hacen en Colombia, México o Brasil, que ha valido una ola de baños de
sangre contra el pueblo. Armaron esta reforma militar en las oficinas
del FMI y el Pentágono.
El decreto concede a las Fuerzas Armadas
el control de supuestos “objetivos estratégicos” que quedaran a
consideración de Bullrich y Aguad. El gobierno va a militarizar las
zonas donde se concentran los recursos naturales, para garantizar
“condiciones” para su explotación a los pulpos petroleros y gasíferos.
Con la idea de que los “ataques exteriores” pueden venir de adentro y a
través de elementos locales, y con los antecedentes de la tesis del
“enemigo interno” se legaliza la intervención efectiva de las fuerzas
armadas contra los mapuche o cualquier reclamo en defensa de la tierra o
los recursos naturales.
La “reestructuración militar”
multiplicará la presencia de las fuerzas de Gendarmería en las calles,
bajo la repetida noción de combatir la inseguridad. Se trata de una
militarización y reforzamiento represivo y persecutorio contra el pueblo
que se llevara adelante en las principales ciudades de país, bajo la
doctrina “Chocobar”.
Rechazamos esta nueva pretensión autoritaria
del gobierno macrista, que quiere hacer del pueblo trabajador un
enemigo interno y que habilita la intervención militar contra la
protesta social y la movilización popular.
Así no va más. Toda
organización que se diga defensora de los derechos democráticos más
elementales debe rechazar esta nueva pretensión autoritaria del gobierno
macrista, que quiere hacer del pueblo trabajador un enemigo interno y
que habilita la intervención militar en situaciones de interpretación
discrecional como la supuesta “custodia de objetivos estratégicos”.
Así
como en mayo pasado, con la fuerza de la movilización popular,
derrotamos el nefasto intento de otorgarles el “2 x 1” a los genocidas,
desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia llamamos a la unidad de
acción en las calles para enfrentar, lograr la derogación y derrotar
para siempre el repudiable Decreto 683.
¡No a los militares en las calles!
¡Basta de ajuste y represión de Macri y el FMI!
Abajo las leyes antiterroristas
Basta de presos políticos
Buenos Aires, 26 de julio de 2018
ENCUENTRO MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA