Por
Julio Saquero Lois
¡NO
DISPAREN! ¡HAY NIÑOS!
Por sexta
vez, apenas comenzado el año nuevo mapuche, y por orden judicial del
Juez Penal de Esquel, fuerzas policiales , de Infantería y de la
Unidad de Abigeato de la provincia de Chubut, esgrimiendo un arsenal
de armas y escudos, ingresaron hoy martes 29, en tropel, al
amanecer, a las viviendas de la comunidad Vuelta del Río, en el
territorio recuperado al latifundio Benetton.
A la
vera de la ruta 40 en el cruce al Maitén y en las cercanías de las
rucas, fuimos recogiendo, horas después del malón huinca,
cartuchos, balas y envases de gas lacrimógeno: alguien contó 242
cartuchos, de esos en envases verdes que dicen “anti-tumultos” ,
cal. 12/70, FB. Y balas de plomo, alguna sin detonar, desperdigadas
entre los neneos, únicos testigos de la tropelía criminal cometida
contra niños mujeres y hombres ateridos de frío en la inmensidad de
la estepa, a esa hora en que las sombras empiezan a dejar filtrar
algunos rayos de sol sobre la tierra y comienzan sus tareas los
campesinos por estos pagos, haciendo crujir las placas de hielo al
marchar con los zapatones sobre la helada.
Grande
fue la sorpresa y el miedo de los pequeños al despertar con la
gritería policial y grande fue la reacción de la comunidad que
eludiendo balas de plomo, perdigones de goma y gases lacrimógenos,
logró con sus armas ancestrales, hondas y piedras, resistir y luego
perseguir entre matas y lomadas a los oscuros hasta hacerlos
abandonar el predio. La represión continuó desde la ruta y la
balacera inaudita y criminal se prolongó durante dos largas horas.
Apuntaban a niños y grandes al bulto y a la cabeza. Hubo quien fue
herido con perdigones en un ojo, otro en las piernas , otros en el
pecho o los brazos. Casi todos gaseados y shoqueados. En especial las
criaturas: las hay de un mes de vida. Alguien que acaba de nacer en
el territorio recuperado y que hoy tuvo su bautismo de sangre, en su
tierra. Allí la vimos , envuelta en un poncho grueso de lana, en
brazos de su joven madre, apoyada en las cantoneras de la vivienda
profanada por la horda horas antes.
El
oficial que comandó el asalto se escudó en dos hojitas de papel con
un sello judicial del Juez Rolón y del Fiscal Oscar Oro, en el que
justificaban el atropello a la comunidad con el pretexto de la
búsqueda de ganado extraviado con la marca Benetton, ¡sí esos
hermanos simpáticos de las lindas remeras y las boutiques de moda!,
que viajan en yate por el mundo, tienen el centro de su imperio en la
ciudad de Trevisso en Italia y poseen una fortuna de 6.000 millones
de dólares. El ganado presuntamente estaría por allí, en el
predio de la comunidad , pastando en tierras de infieles.
Dos días
atrás el Juez Penal Martin Zachino sobreseyó a Martiniano Huala, 52
años, cuarto año de escolaridad, de oficio albañil, domiciliado en
Esquel, que durante un año estuvo procesado e investigado por la
primera denuncia penal de Benettón a la comunidad: habría
transportado chapas y maderas en su camioneta para la construcción
de la primera ruca, apoyando la recuperación territorial mapuche. Se
le prohibió acercarse a la comunidad, se lo obligó a presentarse
durante un año a todas las audiencias acusatorias y se le prohibió
hablar en idioma mapuche en el alegato final. Hoy Martiniano no tenía
ánimo para festejar. Su gesto adusto tampoco era de bronca. Llamaba
a sus hermanos a fortalecerse en su gesta y nos pedía solidaridad
con su comunidad y en especial con su sobrino, Facundo , hoy por hoy
el primer prisionero político mapuche , detenido en la penitenciaria
federal de Esquel Nº 14 a la espera de una resolución del Juez
Federal Guido Otranto sobre un pedido de extradición a Chile por no
haberse presentado a una audiencia judicial en aquel país, sometido
aún a la ley antiterrorista de Pinochet.
Julio Saquero Lois, A.P.D.H.,
Chubut, 29 de junio de 2016