El Bolsón (ANPP).-A esta altura de la primer semana luego del golpe de estado en Brasil, son tantos los hechos que cuesta llevar la cuenta. Por un lado, Temer, el vicepresidente golpista ha cambiado a todo su gabinete. Esta decición que podría esperarse de un cambio de gobierno, está siendo realizada por quien fue el vicepresidente de Dilma Rousseff hasta hace unas semanas. Sin embargo, varias fuentes periodísticas revelan que M Temer mantenía reuniones secretas con la embajada de Estados Unidos, cuestión que se repite en la historia de los golpes de estado de Nuestra América, desde Anastasio Somoza hasta Pinochet en Chile. Hoy los golpes son llamados "blandos" y plantean otra estrategia, realizan un derrocamiento de gobiernos populares o progresistas mediante una gran maniobra mediática, en la que participan grandes cadenas ligadas a grandes empresas de el país del norte, y una combinación de acusaciones legales que implican al poder judicial. Sin embargo, el pueblo no desconoce las políticas que traen estos nuevos gobiernos proyankees, y salen a la calle más tarde o más temprano. En el caso del pueblo brasilero, la reacción fue instantánea. Tal vez advertidos por lo que viene ocurriendo en otros países vecinos, como el nuestro. Lo cierto es que también el marco político latinoamericano está en juego y son varios gobiernos los que se han expresado al respecto en muy breve tiempo.
El presidente argentino Mauricio Macri, leal a Mac Donals y a las directivas de Estados Unidos fue uno de los primeros en reconocer al nuevo "preidente" de Brasil, a través de su canciller Malcorra. Sin embargo, esto no sucedió con muchos otros países que ven en lo que está sucediendo en brasil un disparate inocultable, e impresentable. Uruguay, El Salvador, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, entre otros.
Además, en muchos de los comunicados, los países han retirado a sus embajadores de Brasil, y han declarado que se viven situaciones donde peligra la libertad de expresión.
El gobierno provisional intenta fijar la mirada en la acusación contra la presidenta, y oculta que Dilma Rousseff no tiene ninguna causa por corrupción, mientras que el mismo Temer y muchos de sus nuevos ministros sí. Manifestantes en nuestro país, en declaraciones a Radio La Negra (http://radiolanegra.blogspot.com.ar/2016/04/ciudad-autonoma-de-buenos-aires-una.html) el 10 de abril pasado, aseguraban que entre otras cosas, este enjuiciamiento a la presidenta ocultaba y tapaba los procesos judiciales contra los golpistas, que una vez en el manejo del poder los anularían. Una situación similar sucedió en Argentina, donde el presidente Macri tenía cerca de veinte procesamientos y fueron todos desarmados luego de su asunción.
El Pueblo Tv muestra en un informe la instantánea rección del pueblo, que es el verdadero y más importante veredicto de un gobierno. Desde Brasil, el corresponsal Popular de El Pueblo Tv.