La Asamblea Permanente por los Derechos humanos expresa su profunda preocupación ante la destitución de Dilma Rousseff del cargo de Presidenta de la hermana República de Brasil a través de una nueva forma de “golpe parlamentario” que castiga duramente la vida democrática e institucional de ese país y la región toda, y que tiene como objetivo restaurar un orden conservador, tal como ha ocurrido en Honduras y Paraguay; fracasado en Venezuela, Ecuador y Bolivia por la espontánea resistencia social interna y la pronta solidaridad regional de pueblos y gobiernos surgidos de la voluntad popular en el continente.
No sorprende la reiteración de estos
episodios que se inscriben en el marco de la ofensiva injerencista de las últimas
décadas impulsada por los planes de dominación
imperialista implementados por Estados Unidos y sus socios europeos, con el
explícito propósito de revertir los avances
logrados por el surgimiento de nuevos movimientos sociales por la vigencia
integral de los derechos humanos, acompañados por gobiernos que han promovido
la unidad, integración y autodeterminación
regional, transformación progresista que cabalmente ha representado hasta ahora
el ciclo iniciado en Brasil por Lula da Silva en el año 2003 y continuado por
Dilma Rousseff.
Por estas razones la APDH,
fiel a su trayectoria pluralista y democrática, asume la iniciativa de promover una acción
mancomunada con todos los organismos defensores de los derechos humanos junto a la igualdad y el progreso social en el marco
de la democracia, a impulsar una campaña en favor de los derechos del pueblo
hermano de Brasil y, consecuentemente, denunciar, repudiar y propiciar el no reconocimiento internacional a toda
pretensión ilegítima de imponer un inconstitucional
gobierno de facto.
MESA DIRECTIVA NACIONAL
Buenos Aires, 11 de mayo de 2016.
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