jueves, 1 de mayo de 2014

1° DE MAYO: AYER Y HOY POR LA ORGANIZACIÓN POPULAR



El Primero de Mayo no es un feriado más ni siquiera una fecha para el festejo. Si bien desde hace bastante tiempo que el Estado, los partidos populista y/o progresistas y los sindicatos burócratas vienen tergiversando el sentido de esta fecha hasta prácticamente diluir su contenido.  El Primero de Mayo es un día de protesta internacional contra la explotación y la dominación del hombre por el hombre. Asimismo, es una fecha grabada a sangre y fuego en la historia de los pueblos que nos recuerda que la organización de los trabajadores y la construcción de un mundo de libres e iguales son posibles.
La historia oficial y su correlato los textos escolares suelen señalar las bombas, las  persecuciones policiales y  la protesta por menos horas de trabajo. Estos fragmentos no informan ni enseñan sobre los modos de organización que practicaba el pueblo por aquel entonces: el horizontalismo, la asamblea como único órgano soberano de toma de decisiones, el antiautoritarismo, los medios que justifican el fin,  la palabra como arma y las acciones acompañando a las palabras. Es así como el Estado y sus instituciones también se encargan de vaciar de contenido nuestra historia colectiva, silenciando nuestras voces y ocultando el sentido de nuestras luchas.
La esencia de este día, aquello que marcó para siempre la historia del movimiento obrero y de sus practicas emancipatorias, ¿continúan quedando relegadas al olvido o en su defecto, al arcón de los recuerdos? Aquello que ayer nutrió la voluntad y la fuerza de incontables trabajadores: solidaridad, apoyo mutuo,  acción directa y organización popular ¿son hoy palabras escapadas de algún antiguo libro de mitología, cuya sola pronunciación nos remite a seres fabulosos o en su defecto a prácticas extintas?
Para intentar responder a estas y otras  preguntas no podemos dedicarnos tan solo a recordar la masacre de Chicago y a sus mártires, también, tenemos que dirigir nuestra mirada al presente. Los asesinatos de  trabajadores aun continúan y nos siguen indignando y doliendo como antaño, infinidad de nombres habría que agregar a esta lista: Fielden, Spies, Schwab, Engel, Fischer, Lingg, Neebe y Parsons trabajadores anarquistas ahorcados el 11 de noviembre de 1886 por luchar por “un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ,todos los muertos de las protestas sociales, víctimas de la represión selectiva perpetrada sobre los sectores organizados de la clase trabajadora; por citar algunos ejemplos y traerlos, una vez más, a la memoria: Víctor Choque asesinado por efectivos policiales en una protesta frente a la Jefatura de la Policía Fueguina, Teresa Rodríguez asesinada por la represión policial en una protesta por reclamos salariales en la provincia neuquina,  Aníbal Verón muerto por la acción policial durante la represión al corte de General Mosconi. En el marco de la represión contra el estallido popular de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 los nombres de todas las víctimas fatales. Y la listas prosigue: Maxi Kosteki y Darío  Santillán, Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra, etc…Los fusilados de Floresta, los nombres de todas las víctimas de la represión preventiva, porque el gatillo fácil es también otra forma que adopta la represión,  que si bien no se dirigen selectivamente a los activistas y militantes, se abate cotidianamente sobre el pueblo trabajador, para disciplinarlo y hacerlo aceptar el pacto social a cualquier precio: Luciano Arrua, El Coco Garrido, Carla Lacorte,  Nicolás Scorolli, Daniel Solano…. Y así hasta completar las cifras de más de 195 desaparecidos, 68 asesinados por luchar, y casi 3700 muertes por gatillo fácil o tortura. Cabe aclarar desaparecidos y asesinados en democracia, sin contar los otros, los muertos y desaparecidos de la trata de personas (¡Otoño Uriarte, Presente!), del tráfico de órganos, del narcotráfico y  de los linchamientos.
Sobran los motivos para no anclarnos solo en el pasado, también porque aún se sigue practicando la persecución a los trabajadores organizados. La misma persecución que sufrieron y enfrentaron los trabajadores allá por fines del siglo XIX hoy se maquilla y se disfraza de legalidad: la criminalización de la protesta social bajo la tutela de la Ley Antiterrorista impulsada por la Presidenta que establece una legislación “antiterrorista”  que permite la aplicación de severas condenas  a cualquier tipo de organización o individuos que cuestione y se oponga a las políticas estatales, de gobiernos extranjeros o de organismos internacionales. Y la reciente propuesta de un grupo de legisladores kirchneristas que presentaron un proyecto de ley para reglamentar las protestas callejeras, los cortes de avenidas y rutas, y los piquetes en general. Según este proyecto de ley “toda manifestación pública debe ser comunicada ante representación policial con una antelación no menor a las  48 horas”, para ser considerara “legitima”, caso contrario, la medida será supuesta ilegitima y podrá ser reprimida (el texto original evita esta última palabra y emplea el eufemismo “dispersada por la fuerza pública”).
Tanto ayer como hoy todo parece continuar atentando contra la libre determinación de la clase obrera para romper con las cadenas que la aprisionan.
Pero, ¿cuál es el sentido de tantos asesinatos y tantas leyes para condenar al trabajador? ¿Tal vez será porque el pueblo nunca dejó ni dejará de organizarse? ¿Las medidas de acción directa, tanto ocultadas como censuradas como “el mal ejemplo”, están definitivamente muertas y sepultadas?  Los más de 5000 compañeros procesados por luchar reivindican esta práctica y ella se multiplica a la par de la desilusión del pueblo en sus representantes..
 Por estos motivos continuemos reivindicando el 1 de mayo como un día de protesta que simboliza la lucha de los trabajadores de todo el mundo contra el capitalismo, contra la explotación patronal y la represión estatal. Por la libre organización de los trabajadores sin intervención de ningún gobierno o partido y por la acción directa y el apoyo mutuo  como principales herramientas de lucha para la transformación social. ¡Arriba los que luchan!
AGRUPACIÓN ROJA Y NEGRA