El Bolsón (ANPP).-Futra Trawün de Buenos Aires Chico (Chubut, PuelMapu), 1 y 2 de febrero de 2014.
En el espacio territorial del lofche Cañío, deliberamos integrantes de
las comunidades mapuche Cañio y Ñiripil (Buenos Aires Chico), Cayún
(Lago Puelo), Buenuleo (Bariloche), Liempe (Epuyén), Pillan Mawiza
(Cerro Centinela) y Mapuche-Tehuelche Vuelta del Río. Además,
participamos miembros de Avkin Pivke Mapu Komunicación Mapuche, del
colectivo radial Petu Mogeleiñ, del canal Wallkintün TV, Mapuche
residentes en El Bolsón, Puerto Madryn y El Maitén, al igual que
antropólogas del GEMAS (Grupo de Estudio de Memorias Alterizadas y
Subordinadas).
El futra trawün se reivindica como espacio
Autónomo del Pueblo Mapuche-Tehuelche, más allá de las divisiones
provinciales. Con la expresión “autonomía” queremos decir independiente
de las instituciones del Estado, los partidos políticos, las iglesias y
demás instancias de la sociedad winka.
Los lofche Cañio y
Ñiripil pusieron en común las alternativas del conflicto que sostienen
con la Municipalidad de El Maitén, el gobierno provincial de Chubut y
los sectores que se beneficiarían de prosperar el proyecto de instalar
un centro de deportes invernales en el cerro León, también conocido como
Azul. Para las comunidades se trata de un atropello a sus espacios
territoriales, cuyos intentos comenzaron cuatro años atrás. Hasta que se
logró el dictado de una medida cautelar por parte del Poder Judicial,
el proyecto avanzó hasta la construcción del así llamado “refugio” y
provocó el desmonte de un corredor para pista de esquí en zona de bosque
nativo, sin que jamás mediara consulta alguna a las comunidades. Por la
violación de la normativa vigente, los dos lofche demandaron a la
Municipalidad de El Maitén y al gobierno de Chubut.
El futra
trawün se hace eco del malestar que experimentan las comunidades Cañio y
Ñiripil ante el accionar de la directora de Asuntos Indígenas de
Chubut, Sofía Millañir, quien durante el desarrollo del conflicto
procuró dividir a las comunidades y doblegar sus voluntades con el
ofrecimiento de camionetas, forrajes, animales y otras dádivas. Para
lograr su cometido, se valió también de engaños y difamaciones. En
consecuencia, si bien consideramos que la funcionaria no representa a
las comunidades de Chubut sino al gobierno provincial, demandamos su
inmediata destitución. Quienes la designaron, deben hacerse responsables
de su incompetencia. Y desde ya, afirmamos que no tiene derecho ni
potestad de decidir en nombre de nuestras comunidades.
El futra
trawün le recuerda a la sociedad civil de El Maitén que antes de la
llegada del tren y de la Compañía de Tierras del Sud Argentino, antes
del arribo de las familias que se consideran pioneras (Breide, Hughes,
El Khazen o Sirhan) y antes de la llegada de las columnas del Ejército
argentino, en el faldeo del winkul ya residían los mayores de los Cañio y
Ñiripil, como parte integrante del pueblo mapuche. El control
territorial que ejercen actualmente nuestros hermanos sobre sus
respectivos espacios, echa por la borda implícitamente las narrativas
según las cuales, fueron los que arribaron después de la Campaña al
Desierto quienes forjaron la localidad de El Maitén. Además, la
ubicación de una tranquera y su cierre sobre un camino vecinal que
transcurre por el territorio de los Ñiripil para impedir la realización
de una prueba de descenso de bicicletas de alta gama y fiesta
electrónica, obedeció al desconocimiento del acuerdo que estableció una
mesa de diálogo e inclusive, la vigencia de la medida cautelar. Para su
realización, los organizadores (Fabián Galuppo, Carlos Robla y Daniel
Hughes) habían trazado un nuevo circuito y cometido otro desmonte.
No se nos escapa que detrás de la excusa del centro de deportes
invernales, existe el plan de avanzar hacia un gran negocio
inmobiliario, interés de los sectores que tradicionalmente se benefician
con el funcionamiento del Estado. Además, conocemos los daños que otros
complejos de esquí provocaron en el territorio de comunidades mapuches,
de manera que el futra trawün respalda con energía y hace suya la
resistencia de las comunidades Cañio y Ñiripil, actitud que forma parte
de una lucha que es más amplia en su extensión y prolongada en el
tiempo, porque es la lucha del pueblo mapuche. La itrofil mongen
(naturaleza) que ya sufrió la agresión del emprendimiento, es la que nos
brinda newen para continuar y profundizar la resistencia.
En
el marco de este conflicto, que se dirime cara a cara frente a sectores
que históricamente esquilman al pueblo mapuche, hacemos saber que si
algunos peñi se hacen eco de las campañas de desacreditación que éstos
montan, incurren lisa y llanamente en traición.
El futra trawün
también abordó la nueva problemática que deriva del Relevamiento
Territorial de Comunidades Indígenas (RETECI). Consideramos grave que en
la segunda etapa que está en curso, se involucre al Instituto
Autárquico de Colonización (IAC) y a los municipios en los
relevamientos, ámbitos estatales que históricamente desconocen los
derechos territoriales de nuestras comunidades. No es una coincidencia
que el actual presidente del IAC sea Oscar Currilen, ex intendente de la
localidad y ex diputado nacional. Fue bajo su gestión que se ideó el
proyecto del centro de esquí en el cerro León. Por otro lado, la
incorporación del organismo y de las municipalidades al RETECI no fue
objeto de consulta previa e informada, como establece la legislación en
vigencia para los intereses de los pueblos indígenas. Advertimos a las
comunidades que están próximas a recibir al RETECI, que la participación
del IAC y los municipios en las tareas, provocará graves perjuicios
para sus derechos territoriales.
Sobre el mismo asunto,
puntualizamos que varias de las comunidades que fueron relevadas en su
momento, aún no disponen de sus Carpetas Técnicas y menos aún de la
pertinente Resolución del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas
(INAI), a pesar del tiempo que transcurrió. Además, hemos constatado que
la vigencia de la Ley 26.160 y sus sucesivas prórrogas, no garantizaron
la suspensión de los desalojos, en desmedro de familias mapuche.
Por otro lado, consideramos grave que el gobierno de Chubut dilate el
otorgamiento de personerías jurídicas a nuestras comunidades, demora que
provoca entorpecimientos en el funcionamiento que el propio Estado nos
requiere.
Al gobierno de Chubut también le cuestionamos el
funcionamiento del Instituto Provincial del Agua (IPA), que a partir de
nuevas resoluciones desconoce los derechos de las comunidades sobre los
cursos o espejos de agua que existen en el interior de sus territorios.
El organismo las considera de propiedad provincial e inclusive, intentó
colocar medidores para facturar por su utilización. Hacemos saber al
gobierno de Chubut que el territorio de las comunidades mapuche y
mapuche tehuelche no se agota en la superficie o nag mapu, sino que se
extiende hacia todos los newen que hay sobre o debajo de ella, entre
ellos, las diversas variantes del ko.
En relación a la
aplicación de la así llamada Ley de Bosques por parte de la provincia de
Chubut, aclaramos que el procedimiento de consulta previa e informada
no se limita a que los funcionarios y técnicos den a conocer sus planes.
La participación de las comunidades lleva implícita la posibilidad de
negarse a esos designios o bien, a modificarlos. En la actualidad, las
comunidades que en su territorio albergan bosque nativo se niegan a que
avance la implementación de zonificaciones, hasta que se obtengan los
títulos de propiedad comunitaria. El futra trawün respalda esa actitud.
Integrantes de la comunidad Buenuleo y del canal Wallkintün TV dieron a
conocer la larga lista de arbitrariedades que cometieron antes y
después de su puesta en marcha Matías Melillán, Diego Pereira Cottaro y
Carlos Catrileo, referentes de la agrupación que se denomina a sí misma
La Cámpora y funcionarios. Explicaron que se instaló la apertura del
“primer canal mapuche” en el marco del conflicto que mantiene el
gobierno nacional con el Grupo Clarín y que la comunidad Buenuleo se
enteró apenas unos días antes de su puesta en marcha que era titular de
una licencia de servicios de comunicación audiovisual. A pesar de esa
formalidad, la comunidad nunca pudo tomar una decisión que tuviera que
ver con Wallkintün TV, hasta que un conflicto entre sectores distintos
del kirchnerismo, provocó el alejamiento de la denominada Cooperativa
Audiovisual Mapuche (CAM), que en los planes iniciales, gestionaría la
televisora. Recién en agosto de 2013, la comunidad Buenuleo asumió la
responsabilidad de la conducción del canal, ante la defección de todos
los grupos que primeramente intervinieron. Al hacerlo, estableció como
criterio que el canal no puede ser una herramienta para la política
partidaria.
La comunidad Buenuleo dio a conocer en este futra
trawün que todas las comunidades del pueblo mapuche y demás pueblos
originarios pueden ser partícipes de la emisora, pero advirtió que no
admitirá que la Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche de Río
Negro se adueñe del emprendimiento comunicacional.
En la
actualidad y a pesar de todas las carencias técnicas, Wallkintün TV
cuenta con una grilla de programación y asume como misión propia
reflejar el acontecer del pueblo mapuche. Además, resistirá las nuevas
maniobras de cooptación que ensayen los funcionarios del gobierno
nacional.
El futra trawün reafirma el derecho a la comunicación
libre y autónoma del pueblo mapuche, a la vez que apoya la potestad de
la comunidad Buenuleo de gestionar Wallkintun TV. En ese marco, insta a
la AFSCA a que cumpla con los compromisos que asumió oportunamente en
los plazos que fijó. También exige que los recursos que se gestionaron
en diversas instancias a nombre de Wall Kintün TV, se destinen
efectivamente a la emisora y no a los funcionarios que provocaron los
desatinos.
Además, el trawün desconoce la representatividad de
la que presume Matías Melillán en el Consejo Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual porque su designación se produjo sin la
participación de las organizaciones y comunidades mapuche.
Integrantes de la comunidad Liempe de Arroyo Las Minas (Epuyén),
compartieron en el futra trawün las alternativas de un conflicto que
sostienen con un vecino winka, quien contó con el desmedido apoyo de la
Municipalidad de Epuyén y de la Policía de Chubut. Los mayores de los
Liempe residen en el paraje hace al menos 150 años y la tranquilidad de
una de sus familias comenzó a alterarse cuando desde 2008, accedió a un
campo vecino Daniel Massi, quien habitualmente reside en el conurbano
bonaerense. Después de solicitar permiso para acceder a su campo por el
espacio territorial de la comunidad Liempe, el recién llegado comenzó a
incurrir en abusos al transitar con vehículos 4x4 y cuatriciclos a alta
velocidad, muy cerca de la vivienda de una anciana. Ante las objeciones
de la comunidad, se arribó a un acuerdo en la Municipalidad de Epuyén,
por el cual un integrante de los Liempe cedería una parte de su campo
para la apertura de un camino y la instalación de un puente.
Como contrapartida, la Municipalidad debía mensurar el espacio
territorial de la comunidad. Hasta el momento, si bien el camino se
abrió, la Municipalidad está en mora respecto de la mensura. Ante el
agravamiento de la situación, recientemente los peñi cerraron la
tranquera para impedir el acceso y uno de ellos se encadenó a ella para
evitar el avance de una máquina retroexcavadora y de un destacamento
policial. Ante la férrea resistencia de la comunidad, la Municipalidad y
el contingente de uniformados, abandonaron el lugar.
El futra
trawün expresa su sorpresa ante la llamativa concurrencia de la
Municipalidad de Epuyén y la Policía de Chubut, detrás de los intereses
de un particular recién llegado, conducta que despierta muchas
suspicacias ante otras experiencias escandalosas que ya tuvieron lugar
en otras localidades y desembocaron en negociados inmobiliarios. Además,
cuestiona al auxiliar de Fiscalía José Arbiza, quien se negó a recibir
denuncias por parte de la comunidad, a pesar de la rotura de candados y
de la violencia con que Massi accede a su espacio territorial. También
provoca estupor que se disponga que 20 efectivos policiales muy
pertrechados, se presten para intimidar a una familia que se integra por
una anciana de 86 años, una pareja y tres niños. Además, la comunidad
Liempe puso de relieve llamativas actuaciones por parte del intendente
Antonio Reatto, del juez de Paz Juan Huayquil y de su suplente Juan
Carlos Correa.
Por experiencias anteriores en comunidades de
Lago Puelo y Vuelta del Río, sabemos que los caminos no siempre son
sinónimos de progreso para el pueblo mapuche. En este caso, el que abrió
la Municipalidad de Epuyén parte en dos el espacio territorial de la
comunidad Liempe y hasta el momento, es sinónimo de perjuicios.
El futra trawün reivindica el derecho de la comunidad Liempe a
determinar el destino de su espacio territorial y saluda el valor que
pusieron de relieve nuestros peñi y lamgen en su defensa.
Durante las deliberaciones se expresó que “levantar kamaruko” y otras
ceremonias de la espiritualidad mapuche “es una manera de resistir”.
Para nosotros, el Wallmapu no es sólo tierra, más bien es “un espacio
dador de vida”. En la práctica y continuidad de nuestra manera de
entender la espiritualidad es donde nos paramos como mapuche. No somos
campesinos, no somos agricultores familiares… En ese sentido, extrañamos
en el trawün a los abuelos hablantes de mapuzungun que solían
acompañarnos años atrás. La mayoría de ellos ya no están entre nosotros y
nos hacen falta sus “buenos consejos”. Eran depositarios de los
protocolos mapuche y resguardar esas formas, también tiene que ver con
ser mapuches. Como el mapuzungun nos une, el futra trawün insta a los
peñi y lamgen a volver al habla de nuestros mayores, que es el habla de
la tierra. Sólo al comprender el az mapu, es decir las leyes de la
naturaleza, es posible desarrollar kume mongen (buen vivir). Entonces,
volver al mapuzungun y preservar las formalidades que elaboraron
nuestros mayores (Az mongen, Nor Feleal, Az Mapu), es una tarea que
tenemos que asumir como pueblo, porque para nosotros, el control y la
recuperación territorial sólo tienen sentido en el marco de la
cosmovisión mapuche.
La comunidad Cayún puso en común las
situaciones de conflicto que sostiene con la Municipalidad de Lago Puelo
y empresarios del sector privado que tienen fuertes vínculos con el
Estado. Su espacio territorial se sitúa en la margen oeste del río Azul
pero sus mayores sufrieron considerables pérdidas en favor de Parques
Nacionales y como consecuencia de maniobras especulativas, previa
entrega de algunos títulos de propiedad individual. “Si soy parte o
hermano de la naturaleza, no puedo ser su propietario”, razonó el werken
de la comunidad. Como contrapartida, el horizonte de los funcionarios
municipales se limita a las posibilidades que brindan el negocio
inmobiliario y los aprovechamientos turísticos.
Hace más de 20
años que la comunidad Cayún solicita a la Municipalidad de Lago Puelo el
título comunitario de su espacio territorial. Para argumentar su
negativa o la dilación, se vale de una ridícula versión de la historia
lugareña que escribió Julio Traverso y Gamboa, pretendido historiador
que en su relato, soslaya la preexistencia de las familias mapuche que
residen en la zona desde comienzos del siglo XX o antes. Desde ya, esas
omisiones y mentiras que pueblan la historia, se relacionan con el
interés económico de quienes la escriben.
La comunidad Cayún
también sostiene un diferendo con Alejandro Korn, nombre tristemente
célebre en la región, quien pretende hacerse de los campos que
anteriormente plantó con pinos uno de sus ex clientes. Esas parcelas
están dentro del espacio territorial de la comunidad. Ambas conflictos
se tramitan en el Poder Judicial. Además, la comunidad se mantiene en
alerta por la persistencia de rumores que refieren al proyecto de
construir un camino hacia Chile, iniciativa que implicaría avanzar con
la traza en su espacio territorial, sobre el cual la comunidad nunca fue
consultada.
El futra trawün expresa que aunque para el Estado
se trate de “tierras fiscales”, éste no puede disponer a su arbitrio de
ellas, porque conforman el territorio mapuche. Y urge a la Municipalidad
de Lago Puelo que otorgue el título de propiedad comunitaria al lofche
Cayún. La demora constituye una violación importante a los derechos de
la comunidad Cayún como integrante del pueblo mapuche.
Por
último, uno de los asistentes al trawün relató la situación que afrontó
recientemente en el Registro Civil de Bariloche, al intentar registrar a
su hijo recién nacido con el apellido materno en primer término, dada
su condición mapuche. Las autoridades obstaculizaron la decisión
familiar al invocar la vigencia de un artículo del Código Civil, que
ordena designar a los niños con el apellido paterno o en todo caso, con
el apellido materno en segundo término.
Al concretarse la
Campaña al Desierto el Estado puso en marcha diversos dispositivos
tendientes a borrar la identidad mapuche, entre ellos, los
desmembramientos familiares, la entrega de niños y niñas mapuche a
familias de la oligarquía argentina, la imposición de bautismos
cristianos y el registro arbitrario en los juzgados de Paz.
Como consecuencia, son innumerables los casos de mapuche que llevan
apellidos winka que les fueron impuestos. Entonces, como manera de
revertir aunque muy parcialmente esa faceta del etnocidio, reclamamos
que sea posible imponer el apellido materno en primer término cuando
éste fuera mapuche, en caso de que así fuera la decisión de la pareja.
Es un derecho de los pueblos originarios y será una manera de contribuir
a la continuidad cultural de nuestro pueblo.
Fey kay muten.