Bariloche (HIJOS).- Hoy a 34 años de la dictadura genocida, aquello que se inicio un 24 de marzo de 1976 aun deja marcas y como entonces aun nos levantamos.
Hoy a tres meses del 17 y 18 de Junio de 2010, seguimos reclamando justicia por los jóvenes que fueron asesinados por las fuerzas de “seguridad” represivas. No eran jóvenes de clase alta, al contrario, eran jóvenes de familias humildes y trabajadoras que día a día sufren la indiferencia y desamparo de un sistema educativo y social que todavía no puede estar a la altura de las circunstancias y que los entrega a las manos del verdugo.
Hoy podemos ver como las practicas represivas propias de los organismos de inteligencia de la dictadura militar se reproducen en la capital de nuestra nación, de parte de gobiernos de derecha que no pueden concebir que estudiantes de nivel secundario estén tomado sus colegios y estén saliendo a las calles, exigiendo por sus derechos y una educación más digna, situación que no es aislada y que es el fiel
reflejo de lo que sucede en todo un país.
Desde aquella noche de 1976 la puerta quedo abierta de par en par para implementar un modelo económico, social y educativo en el que la brecha de la desigualad se hiso cada vez más profunda.
En ese panorama la represión en los colegios secundarios fue muy dura y apunto a terminar con el alto nivel de participación política de los jóvenes en los en los centros de estudiantes y en las agrupaciones políticas.
Las invitaciones a vigilar y castigar pasaban de la conferencia de prensa, a la sala de tortura y luego a la muerte.
Muchos colegios secundarios del país tienen hoy placas conmemorativas de sus estudiantes desaparecidos. El hecho emblemático “didáctico” de aquel terrorismo de estado fue el que paso a la historia como “La Noche de los Lápices” aquella noche del 16 de septiembre de 1976 en la que fue secuestrado un grupo de jóvenes militantes secundarios de la ciudad de La Plata y alrededores.
La mayoría de ellos provenían de hogares de clase media, no tenias problema en pagar el boleto de colectivo, pero sabían que había muchos de sus compañeros que no, que ya a esa corta edad tenía antigüedad en sus trabajos y que había que conseguir el boleto estudiantil para todos. Comenzaron a organizarse en cada colegio y del colegio al barrio y de ahí nació asi la coordinadora de estudiantes secundarios que nucleaba a millares de ellos de todos lados, y logro arrancarle al gobierno de Isabel aquel derecho. Fueron días de festejos acotados, corridos por gases y vigilados de cerca por la Triple A. Producido el golpe, la estrategia fue suspender en Agosto del ‘76 la vigencia del boleto estudiantil y esperar la protesta y que los estudiantes volvieran a luchar por lo que les correspondía. Las razias duraron meses y el pico de detenciones y brutalidad se produjo en aquella noche de Septiembre.
Ya hace tres décadas que nuestros compañeros lucharon por una patria justa y soberana, por un país sin desigualdad ni exclusión y en esa lucha se les fue la vida. Hoy no podemos quedarnos callados, reivindicamos su lucha y creemos que todos debemos continuarla. Estamos convencidos que frente a este modelo de educación y formacion con resabios de la dictadura avalada por la impunidad, nuestra opción y nuestra selección es levantarnos, actuar, estar presentes para impedir que el mercadeo de la educación siga siendo silenciado, no permitir que nuestra dignidad siga siendo, una vez más, avasallada.
HOY SEGUIMOS LUCHANDO….
· Para que todos los chicos tengan vacantes y se construyan todas las escuelas necesarias.
· Para que funcionen las estufas y el gas durante el invierno.
· Por escuelas equipadas y con edificios en condiciones para poder ejercer dignamente el derecho de enseñar y estudiar.
· Por aulas con no más de 25 estudiantes.
· Para que se designe todo el personal necesario en los gabinetes de apoyo.
· Por salarios iguales a la canasta familiar.
· Por el aumento del presupuesto educativo para financiar a la escuela pública y la eliminación del subsidio a la escuela privada.
· Por la implementación en tiempo y forma del boleto estudiantil, que responda a las necesidades de los estudiantes garantizando el derecho al acceso a la educación.
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