Realismo mágico. Una Cámara acuerdista genera otra, que se hace eco del clamor popular. Un comité demasiado parecido a gobierno de facto familiar. Un veto, para empeorar las cosas. “Bondeliano” levantamiento de sesión. Irrupción de vecinos en la Municipalidad. Habráse visto, pueblito complicao…
“Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad.” Un párrafo de la novela Cien años de soledad puede dar al lector una idea de cómo ve éste cronista la situación humana que ha generado el devenir social y político en la localidad. Por un lado, un Gobierno de clausura – para no utilizar un mal (el autísmo) como imagen para su actitud -, y por otro una sociedad que parece haber despertado. Vecinos que se reconocen, se juntan, se organizan. Al igual que en aquel pueblito de don Gabriel, aquí se suceden hechos de prodigio.
Hola CaPyME… Chau CaPyME… Hola nueva Cámara… (Si. Leyó bien)
El día 17, una convocatoria de la Cámara de pequeños y medianos empresarios (CaPyME), tuvo un final abrupto. Unos 40 vecinos comerciantes con representantes de esa entidad. Estos eran Juan Licandro Vera (más conocido como “el Correntino”), Cecilia Franzgrotte y Horacio Leiva. La reunión fue en el Casino de suboficiales de la policía.
Los temas a tratar eran una propuesta al Ejecutivo municipal sobre la polémica Ordenanza tributaria (001/09) y la creación de una Cámara de comercio local. Explicaron que la CaPyME era una subsidiaria de la que tiene sede en Esquel y que la intención era disolverla al formar una propia.
Pero la contrapropuesta tributaria que expusieron no convenció a los allí reunidos. Es que prácticamente todos esos vecinos habían firmado el pedido de derogación de la 001, que sumó 571 rúbricas, y no estaban dispuestos a dar marcha atrás en ésa exigencia.
La gente de la CaPyME había llevado ya confeccionada una nota dirigida al Intendente, y pretendía que los otros la avalaran. Pedía reducir los montos de las habilitaciones comerciales e ingresos brutos. Es decir, una reivindicación sectorial que nada tenía que ver con lo que se venía planteando en las multitudinarias sesiones del Concejo, ni por los medios, ni en el boca a boca: que la tributaria afectaría la economía de todos y que no era cuestión de salvatajes sectoriales.
“¿Cómo la Cámara de Comercio va a salir a defender a una maestra? Para eso tiene un gremio…”, dijo El Correntino, y resumió el espíritu de aquél convite.
A medida que transcurría la reunión, se hizo más visible el descontento general. Y en un momento, un levantón general dejó perplejos y solos a los representantes de la Cámara. Leyó bien. Todos los concurrentes se pusieron de pié, salieron del lugar, cruzaron la Ruta 40 y, en una pequeña confitería, crearon la Cámara de Comercio, Industria, Producción, Turismo, Servicios y Afines de El Hoyo.
En la primera notificación al Intendente y al Concejo dijeron que se constituían “con el objeto de defender los intereses de los sectores que representamos para desarrollar nuestras respectivas actividades dentro de un marco que propicie el crecimiento armónico y solidario de la sociedad en su conjunto”. En la misma nota, pedían que se sostenga el veto a la Ordenanza tributaria. Una postura muy distinta – si no antagónica – a la de la solitaria CaPyME.
“Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad.” Un párrafo de la novela Cien años de soledad puede dar al lector una idea de cómo ve éste cronista la situación humana que ha generado el devenir social y político en la localidad. Por un lado, un Gobierno de clausura – para no utilizar un mal (el autísmo) como imagen para su actitud -, y por otro una sociedad que parece haber despertado. Vecinos que se reconocen, se juntan, se organizan. Al igual que en aquel pueblito de don Gabriel, aquí se suceden hechos de prodigio.
Hola CaPyME… Chau CaPyME… Hola nueva Cámara… (Si. Leyó bien)
El día 17, una convocatoria de la Cámara de pequeños y medianos empresarios (CaPyME), tuvo un final abrupto. Unos 40 vecinos comerciantes con representantes de esa entidad. Estos eran Juan Licandro Vera (más conocido como “el Correntino”), Cecilia Franzgrotte y Horacio Leiva. La reunión fue en el Casino de suboficiales de la policía.
Los temas a tratar eran una propuesta al Ejecutivo municipal sobre la polémica Ordenanza tributaria (001/09) y la creación de una Cámara de comercio local. Explicaron que la CaPyME era una subsidiaria de la que tiene sede en Esquel y que la intención era disolverla al formar una propia.
Pero la contrapropuesta tributaria que expusieron no convenció a los allí reunidos. Es que prácticamente todos esos vecinos habían firmado el pedido de derogación de la 001, que sumó 571 rúbricas, y no estaban dispuestos a dar marcha atrás en ésa exigencia.
La gente de la CaPyME había llevado ya confeccionada una nota dirigida al Intendente, y pretendía que los otros la avalaran. Pedía reducir los montos de las habilitaciones comerciales e ingresos brutos. Es decir, una reivindicación sectorial que nada tenía que ver con lo que se venía planteando en las multitudinarias sesiones del Concejo, ni por los medios, ni en el boca a boca: que la tributaria afectaría la economía de todos y que no era cuestión de salvatajes sectoriales.
“¿Cómo la Cámara de Comercio va a salir a defender a una maestra? Para eso tiene un gremio…”, dijo El Correntino, y resumió el espíritu de aquél convite.
A medida que transcurría la reunión, se hizo más visible el descontento general. Y en un momento, un levantón general dejó perplejos y solos a los representantes de la Cámara. Leyó bien. Todos los concurrentes se pusieron de pié, salieron del lugar, cruzaron la Ruta 40 y, en una pequeña confitería, crearon la Cámara de Comercio, Industria, Producción, Turismo, Servicios y Afines de El Hoyo.
En la primera notificación al Intendente y al Concejo dijeron que se constituían “con el objeto de defender los intereses de los sectores que representamos para desarrollar nuestras respectivas actividades dentro de un marco que propicie el crecimiento armónico y solidario de la sociedad en su conjunto”. En la misma nota, pedían que se sostenga el veto a la Ordenanza tributaria. Una postura muy distinta – si no antagónica – a la de la solitaria CaPyME.
Veto demorado y/o anunciado…
En la sesión del día 4 el Concejo Deliberante derogó la Ordenanza 001/09, más conocida como “el impuestazo”. La derogación debía ser promulgada o vetada por el Intendente, según la ley, “dentro de los diez (10) días hábiles de su notificación”.
Recién el día 23 se conoció la Resolución del Ejecutivo, aunque el sello de recibido dice 20 / 3 a las 13:30. Ese día no se presentó nada y hay quienes pueden atestiguarlo. ¿Trampita? Puede ser, ya que en los vistos se dice que la derogación se recibió el 9. Haga la cuenta: notificada ese lunes, estaba fuera de término.
Pero bueno… Mediante la Resolución 152, Mario Breide vetó la derogación de la 001. Esto ya se sabía, ya que el viernes 20 el Intendente realizó un periplo de visitas a los comercios locales. Trataba de explicar su decisión e insistía en la disminución de las tasas por habilitación e ingresos brutos. Muy parecido a los argumentos de la CaPyME ¿verdad?
La rueda de visitas no hizo más que enojar otro poco a los comerciantes. Y comenzó a correr, como en semanas anteriores, la consigna de concurrir a la próxima sesión, en la que se debía tratar el veto a la derogación.
(Aún falta saber qué resolvió el Superior Tribunal de Justicia con respecto al pedido de nulidad de la 001. Lo de la “mayoría absoluta” y todo eso… Tal vez debido al recorte de gastos, producto de la crisis, el dictamen ha de venir en viaje desde Rawson, en poder de algún chasqui de a pié.)
¿Comité de Gobierno o Junta familiar?
La notificación del día 23 - fechada el 20 - incluía la Resolución Nº 151. Mediante ella se crea el Comité de Crisis de la Municipalidad de El Hoyo. Se hace, entre otras cosas, por “la situación de emergencia económica global”, y tiene como objeto “evaluar de manera continua la situación económica del Municipio y generar las acciones pertinentes”. Lo integran los responsables de las Secretarías del Ejecutivo y el Presidente del Consejo, con la presidencia del Intendente.
Es decir, lo preside Mario Breide y lo secundan los secretarios Raúl Girardelli (de Gobierno), Karina Lirio (de Urbanismo), Cristina Marzik (de Hacienda) y el inefable José Bondel. Detallecito: las dos damas son las respectivas esposas de los dos primeros…
“Las decisiones emanadas del Comité serán implementadas por medio de Resoluciones, Proyectos de Ordenanzas o notas internas si correspondiera”, dice en su artículo 4 la resolución, tildada por alguien de “Comunicado número 1”, en la sesión del 25.
La crisis sirve para todo y, de descontento popular en descontento popular, el Gobierno apuesta a aislarse más.
“No seas bondeliano…”
La sesión del día 25 también tuvo un final abrupto. Con un marco de unas 130 personas, y la presencia de Breide y Girardelli, el oficialísmo aprobó el Comité de crisis, pero no llegó a tratar el veto a la derogación de la 001. Nuevamente, la indignación popular hizo que el Inefable diera término a la reunión.
Nada pudo la presencia de los vecinos, ni los pedidos de rever las decisiones, dar marcha atrás, escuchar a la comunidad, etc., etc., etc… Una lógica implacable, empresarial e inamovible guió las palabras del Secretario de Gobierno y del Intendente al momento de explicar el porqué del Comité y del veto.
La lógica de Bondel ya es comidilla popular: “no seas bondeliano” se le ha dicho a quien adoptó una postura de terquedad…
“Se levanta la sesión…”, dijo don Pepe. Y todos pa’ la casa…
“¿Son conscientes del dolor que nos causan?”
Así las cosas, el día 26 un centenar y pico de vecinos se dieron cita frente a la Municipalidad. Al ritmo de cacerolas, silbatos y palmas, decían no al impuestazo y reclamaban por apoyo a la producción.
Un vecino, vestido con su ropa de apicultor, proclamó desde el techo de la cúpula de su camioneta: “Queremos proyectos de producción, de turismo, de construcción”.
Cuando los vecinos se introdujeron a la sala de entrada del Municipio, salieron Girardelli y el Inefable.
“¿Ustedes son conscientes de lo que generaron?”, preguntó una vecina al borde del llanto. “No digo dónde me duele porque soy una dama… ¿Son conscientes del dolor que nos causan como pueblo?”.
Entre reproches, gritos y consignas de “que se vayan”, la lógica de quienes creen que un municipio se maneja como una empresa volvió a estar a la vista y los oídos de todos.
La nueva manifestación culminó con la lectura de una nota que los vecinos elevarán a la Defensoría del Pueblo pidiendo auxilio por las actitudes de aislamiento de la administración Breide.
Dos semanas para el asombro en un lugar que no tiene como característica la participación popular. Es de esperar que el despertar político de la gente - que se reconoce, se junta, se organiza - siga un camino próspero. Y que el Gobierno del Partido Vecinal El Hoyo busque un diccionario para comprobar que autísmo, clausura y aislamiento son sinónimos de soledad.
por Nelson Ávalos
Fuentes:
- Resoluciones 151 y 152 del Departamento Ejecutivo de El Hoyo
- Ley provincial 3098. De Corporaciones Municipales
- Cien años de soledad. Gabriel García Márquez
- Vivencias propias
- Resoluciones 151 y 152 del Departamento Ejecutivo de El Hoyo
- Ley provincial 3098. De Corporaciones Municipales
- Cien años de soledad. Gabriel García Márquez
- Vivencias propias