10 de diciembre (Red Eco).-
Así comienza la gestión el nuevo gobierno de 
Cambiemos que acaba de asumir. El flamante presidente Mauricio Macri 
llega al sillón de Rivadavia con una escalada de precios y con el camino
 allanado para el endeudamiento externo. 
Red Eco Alternativo.
    
(Red Eco) Argentina - Inflación y endeudamiento
 constituyen parte del escenario cierto para la nueva gestión que asumió
 este jueves la presidencia de la Nación. 
Ninguno de los dos 
elementos conforman una novedad sino que se fueron gestando durante el 
gobierno kirchnerista más allá de que ambos fueron sistemáticamente 
ocultados o negados.  Desendeudamiento e inflación irreales son dos 
componentes de una gestión que finalizó luego de casi 13 años de 
gobierno y que terminó con una escalada de precios.
El economista 
Julio Gambina y Héctor Polino, integrante de Consumidores Libres, dieron
 su opinión sobre este tema en entrevistas realizadas por el programa 
Los Locos de Buenos Aires. 
“El gobierno de Cristina Fernández 
terminó su mandato con aumento de precios y obviamente culpando  a los 
anuncios del gobierno entrante de Mauricio Macri, aunque aún era el 
kirchnerismo quien estaba en funciones y la realidad es que no podía 
disciplinar a los fijadores de precios. Inclusive una parte del aumento 
de precios está asociado al aumento de los combustibles y éste lo 
disparó YPF, una empresa privada de gestión estatal”, comentó el 
presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas 
(FISyP), Julio Gambina.
El aumento del combustible - recordó Gambina -
 había sido acordado con el Ministerio de Economía y las autoridades a 
principios de 2015, “se sabía que iba a aumentar, es más, aumentaron 
ahora porque esperaron que pasaran las elecciones. Estaba previsto 
aumentar los combustibles antes del 22 de noviembre (balotaje), pero con
 toda la intención de disputar votos se planteó que el aumento se 
aplicara después de esa fecha”.
El aumento de los combustibles 
siempre termina impactando sobre los precios a los cuales se traslada. 
Por lo tanto, una parte importante de los recientes incrementos tiene su
 explicación con la suba  de los combustibles por disposición de la 
empresa de gestión  estatal. 
La situación queda muy complicada 
sobre todo para los sectores de menores ingresos que son los principales
 afectados por esta escalada de precios.
Así lo confirmó Héctor 
Polino, director de Consumidores Libres, entidad que realiza desde hace 
20 años, en forma quincenal, mediciones  de precios de artículos que 
componen la canasta básica de alimentos en la Ciudad Autónoma de Buenos 
Aires. 
La última medición de fines de noviembre arrojó aumentos 
similares a los que se venían produciendo durante el año. “La canasta de
 38 artículos subió 1,95 % y el acumulado desde principios de año dio un
 incremento del 20,82 %”, comentó Polino.  Sin embargo, a principios de 
diciembre, en tres días, se produjo una estampida sobre todo en los 
artículos de la canasta básica de alimentos, aumentos sobre los 
incrementos que ya se venían generando normalmente.
“Estos últimos 
son absolutamente injustificados, no hay ninguna razón que los explique,
 solamente los anuncios que hicieron algunos futuros funcionarios (hoy 
ya en funciones) de que va a haber una devaluación del peso en relación 
al dólar”.
Sobre estas especulaciones, Polino manifestó la necesidad 
de ver qué artículos son importados. “Aumentar los precios de los 
artículos cuya materia prima, tanto agropecuaria como industrial, es 
argentina, los salarios son argentinos, impuestos argentinos, es un 
absurdo querer referenciarlos  al valor del dólar. Y si alguno tiene 
componente importado hay que determinar en qué proporción incide ese 
componente en la estructura del costo. Tratar de aumentar todos los 
productos porque va a haber una devaluación del peso es una actitud 
claramente especulativa, antisocial, que demuestra que los buitres no 
están solo fuera del país sino también adentro”, afirmó.
Ambos 
entrevistados coincidieron en que el gobierno saliente tuvo la 
legitimidad necesaria para parar esta estampida hasta entregar su 
mandato pero no lo hizo. “El gobierno tenía diversos instrumentos, en 
primer lugar la Ley de Defensa del Consumidor que establece sanciones de
 multa hasta la clausura del establecimiento. Debió haberse creado hace 
tiempo el Observatorio de Precios, que es una ley que se aprobó en 2014 
sobre la base de un proyecto del propio Poder Ejecutivo, constituido por
 funcionarios de distintas aéreas económicas del gobierno nacional, con 
representantes de las entidades de defensa de los consumidores para 
observar la evolución de los precios desde la materia prima hasta el 
producto que llega al consumidor y determina en qué eslabón de la cadena
 se produce un aumento injustificado del precio y el Estado actuar 
rápidamente sobre ese eslabón. Pasó un año y no se hizo nada de esto”, 
recordó Polino.
Los aumentos ya están y muchos afirman que nada 
asegura que cuando el gobierno actual precise sus medidas económicas, 
que son hasta ahora enunciados generales, no vuelvan a aumentar. “Estas 
remarcaciones perjudican a los sectores de clase media, de clase media 
baja, a los trabajadores que viven de ingreso fijo y que deberán esperar
 hasta agosto o setiembre del año próximo en que finalicen las 
convenciones colectivas de trabajo, a los jubilados que perciben el 
haber mínimo (un 70%) y que recién en marzo se realizará un nuevo 
reajuste de sus jubilaciones. O sea que van a poder comprar menos y esto
 puede afectar el empleo en especial los que hacen horas extras, y esto 
puede conducirnos a un proceso claramente recesivo”, describió Héctor 
Polino, trazando una secuencia ya conocida en los ciclos económicos de 
nuestro país. 
Otra de las cuestiones que tiene definido el nuevo 
gobierno de Cambiemos es el tema del endeudamiento. “Es verdad que hay 
menor deuda externa pero no menos deuda pública. Y esa va a ser la gran 
excusa del gobierno de Macri, decir que como estamos con baja deuda 
externa, entonces vamos a endeudarnos. Argentina está en excelentes 
condiciones para que el gobierno de Macri endeude a nuestro país y no 
tengan duda que lo va a hacer”, aseguró Gambina. 
Como dato que 
contribuye a tener certeza sobre el camino nunca abandonado del 
endeudamiento, el titular de FISyP recordó que María Eugenia Vidal 
(quien acaba de asumir como gobernadora de la provincia de Buenos Aires 
por Cambiemos, la alianza encabezada por Mauricio Macri) dijo que la 
caja que le entregó el gobierno de Daniel Scioli (FPV) está en cero pero
 aseguró que pagarán los sueldos y el aguinaldo de todos los empleados 
públicos con dinero que le pedirá a la Nación. “En el marco del actual 
déficit fiscal que tiene el gobierno nacional, solo podrá resolverlo 
tomando deuda pública”, afirmó.
Solo pensando en el corto plazo, 
Gambina recordó que en 2016 vence el bono que suscribió el Tesoro 
argentino con el Banco Central cuando Néstor Kirchner le pagó 1500 
millones de dólares en 2006 y le firmó un pagaré a 10 años: “Al 
vencimiento lo más probable es que el gobierno renueve esa deuda y a lo 
mejor pague los intereses o los incluya en la renovación como parte del 
capital”.
Otro dato importante que trajo Gambina durante la 
entrevista  es el de las reservas del Banco Central. Cuando Cristina 
Fernández asumió su segundo mandato, había 50 mil millones de reservas 
internacionales y hoy son la mitad (aunque gran parte son títulos 
públicos y encajes del sistema financiero) “porque se han utilizado esos
 recursos para pagar deuda y para fugar capitales de manera legal: 
remesas de utilidades al exterior y mecanismos especulativos como el 
contado con liquidación (que son inversiones que se hacen en pesos 
comprando en Argentina bonos dolarizados que luego se venden en dólares 
en el exterior y esa plata no vuelve a nuestro país). En Argentina se 
han ido 26.000 millones de dólares en estos cuatro años. Hubo un 
favorecimiento a quienes pudieron sacar los dólares de Argentina en 
forma muy impresionante”, dijo.
Gambina recordó además que el 
gobierno kirchnerista fue el que más deuda pagó. Cristina Fernández dio 
en diferentes momentos tres cifras distintas de todo lo que se había 
pagado. Habló de 192 mil millones de dólares, de 173 mil y de 146 mil. 
“Cualquiera de las tres cifras es una inmensidad, es más de lo que debía
 Argentina al momento de cesación de pagos en 2001, momento en el que 
debía 141 mil millones de dólares. Aunque se tome cualquiera de las 
tres, el país pagó 146, o 173, o 192 y está debiendo 230 mil millones de
 dólares de deuda pública”, manifestó quien integra la Asamblea por la 
Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda y por la Defensa del 
Patrimonio Nacional y los Bienes Comunes.