A
su vez esta conducta conlleva un fin didáctico y ejemplificador hacia los
gobernantes, al permitir que corrijan el rumbo y detengan su actuación
ilegítima, aún cuando ésta pueda estar revestida de legalidad.
Alcanza
su máxima expresión en regímenes democráticos. Ello no implica negar que puedan
darse casos de desobediencia civil en situaciones no democráticas.
El
camino del desobediente civil se expresa en una infinidad de actitudes públicas
cuestionadoras y simbólicas: bloqueo de rutas o de transportes que llevan
elementos bélicos, tóxicos o peligrosos para la paz o la salud; boicot
económico, huelgas de hambre, publicación de consignas prohibidas o censuradas
a través de diversos medios (gráficos, virtuales, pintadas en la vía pública),
manifestaciones callejeras, tomas u ocupaciones pacíficas de inmuebles,
resistencia judicial, transmisiones clandestinas de radio, objeción de
conciencia, negativa a colaborar con las autoridades, práctica de costumbres
tradicionales o innovadoras que son prohibidas por el poder político, invasión
de áreas restringidas, etc.
Henry David Thoreau (EEUU 1817-1862) sostenía
que la democracia no era el último logro en materia de gobierno. Hace falta que
el Estado reconozca los Derechos del Hombre, como un poder superior e
independiente, del cual deriva el poder, la autoridad y la legitimidad del
Estado.
La
desobediencia al ejercicio abusivo del poder abre el camino hacia obedecer y
respetar los ritmos de la naturaleza, a la creatividad humana, a la elevación,
a la autosuficiencia ecológica, al ejercicio de la solidaridad y la compasión.
Thoreau vivió más de dos años solitariamente en los bosques de Walden,
sustentándose de la naturaleza. Se negó a pagar impuestos y a colaborar con el
estado durante la guerra contra México, que acabó anexando vastos territorios de
ese país a EEUU, y también repudió la guerra civil entre los Estados del Norte
(Unión) y los Confederados del Sur, que defendían entre otras cosas, el sistema
de la esclavitud. Recibió gran influencia del poeta y escritor Ralph Emerson, a
quien a su vez transmitió su amor por el mundo natural. Su pensamiento y obra
tuvo también influencia en León Tolstoi, Mahatma Gandhi, Martin Luther King y
muchos otros pacifistas y activistas por los DDHH a lo largo de los tiempos.
“El
gobierno en sí, que constituye apenas la modalidad elegida por el pueblo para
ejecutar su voluntad, es igualmente susceptible al abuso y la corrupción, antes
de que el pueblo pueda actuar a través del mismo. Así los gobiernos demuestran
con qué facilidad pueden imponerse a la gente para su propio beneficio”.
“Considero que primero deberíamos ser hombres, antes que ser súbditos. Lo
deseable no es cultivar el respeto a la ley sino a la justicia”. “Un resultado
común y natural del indebido respeto a la ley es ver filas de soldados,
coronel, capitán, sargento, soldados rasos, artilleros, marchando en admirable
formación sobre colinas y cañadas rumbo a las guerras, contra su voluntad,
contra su sentido común y sus conciencias, lo que hace más ardua la marcha y
sobrecoge sus corazones.” ”Me complazco en imaginar un Estado que por fin pueda
permitirse ser justo con todas las personas, y que trate a cada individuo con
respeto, como a un vecino” (Thoreau)
León Tolstoi (1828-1910) Conde ruso, célebre
escritor. Sirvió en el ejército ruso entre 1851 y 1855 y participó en la
sangrienta defensa de Sebastopol. Arrastró por muchos años el remordimiento por
haber quitado la vida a otros hombres y se transformó en un pacifista y fuerte
crítico a la civilización de su época. En 1879 tras una fuerte conversión espiritual
adoptó los principios de la No Violencia
“Los
pueblos de todas las naciones son engañados por sus gobernantes que les dicen:
” (Tolstoi)
Mahatma Gandhi (India, 1869-1948) Uno de los
fundadores de la India
moderna. Lector de Thoreau y Tolstoi. Desarrolló el “poder de la verdad”. A la
hora de la independencia de su país, lamentó la separación entre una nación
hinduista (India) y otra musulmana (Pakistán) y no participó en las
celebraciones oficiales. Fue nominado cinco veces para el Premio Nobel, pero
nunca se lo concedieron por lo incómodo de su militancia y ejemplo para los
estados hegemónicos. Llamó satyagraha a la verdad combinada con la no
violencia. Es la introducción de la verdad y la delicadeza en la vida política.
Es al mismo tiempo la máxima autohumillación, la paciencia más grande y la fe
más luminosa. Es la búsqueda incesante de la verdad y la determinación de
alcanzarla. Es una fuerza que trabaja silenciosamente y aparentemente con
lentitud. Pero en realidad no hay fuerza tan directa o de funcionamiento tan
efectivo. Esta fuerza debe ser aplicada contra todo el mundo, incluso los
parientes, los gobernantes, jóvenes o viejos, amigos o enemigos. En ella no hay
lugar para la violencia. La única fuerza universal es el amor (ahimsa), la fuerza del alma. El amor
no quema a los otros, sino a sí mismo. Un resistente civil debe estar dispuesto
a morir en defensa de la paz, y nunca cultivará la ira, el odio, los insultos,
ni tomará represalias.
Su
accionar no apunta a destruir al tirano, sino más bien convertirlo a través del
amor. Es un movimiento de autopurificación, y entre sus principales armas está
el ayuno. No busca destruir al antagonista sino acabar con los antagonismos.
Entre
las acciones pacíficas que llevó adelante Gandhi y su movimiento, son conocidas
la negativa a pagar el impuesto a la sal, y la decisión de ir directamente a
buscarla a las orillas del mar; así como el retorno al hilado y elaboración de
las propias prendas de vestir tradicionales, como negativa a comprar las ropas
que los ingleses imponían a la población. Finalmente, y después de muchos años
de resistencia y acciones no violentas (incluyendo ayunos) se consiguió algo
que parecía imposible: la independencia de la India respecto del Imperio Británico. Fue
asesinado por un miembro de su etnia. Su último gesto fue perdonar al agresor.
Carta de Tolstoi a Gandhi del
7/09/1910: “El amor, o en otras palabras, la tendencia
del alma humana hacia la comunión y la solidaridad que de ella emana,
representa la más elevada y por cierto la única ley de la vida. Esto lo sabe
todo ser humano y lo siente en las profundidades de su corazón (tal como se ve
muy claramente en los niños). Toda la civilización cristiana, tan brillante en
lo externo…ha vivido en el derecho del más fuerte durante 1900 años. La vida de
los pueblos cristianos representa una enorme contradicción entre su credo y los
principios sobre los que se sustenta. Es la contradicción ente el amor, que
debería determinar la ley de conducta, y el empleo violento de la fuerza,
reconocido bajo formas variadas, tales como los gobiernos, las cortes de
justicia y los ejércitos, aceptados como necesarios”. “En la profesión de fe
cristiana y en la simultánea creencia sobre la necesidad de ejércitos y
preparativos para enormes carnicerías en escala creciente, existe una obvia
contradicción que clama al cielo y que tarde o temprano (probablemente muy
pronto) se manifestará en toda su desnudez a la luz del día”.
Nelson Mandela (1918, Sudáfrica) Dedicó su
vida a resistir la opresión racial del apartheid
(supremacía blanca) impuesto por una minoría. Su lucha fue orientada por el
ejemplo de Gandhi, hasta la década del 60’ en que su movimiento tomó la forma de
rebelión armada, utilizando el sabotaje como arma. Pasó treinta años en
prisión, y en 1990 fue liberado. Tras ello, puso fin a la acción violenta y fue
el primer presidente elegido en forma democrática (1994/99). En 1993 recibió el
Premio Nobel de la Paz. Mandela
Martin Luther King (EEUU, 1929-1968) Clérigo
bautista desde los 18 años, conductor del movimiento por la igualdad racial.
Desde 1963 basó con su equipo de trabajo la militancia en el credo de Mahatma
Gandhi en Alabama. Consiguió varios logros legislativos a favor de los negros,
respecto a la derogación de impuestos abusivos, y derechos civiles aprobados en
forma de ley (Acta de Derechos Civiles de 1964), que prohibía la discriminación
racial en el trabajo y la educación, colocando como ilegal la segregación
racial en los espacios públicos. En 1964 recibió el Premio Nobel de la Paz y en 1968 fue asesinado
por un francotirador en el balcón de un hotel en Memphis, Tennessee.
Sus
principios: 1) La resistencia no violenta se opone con la misma fortaleza que
aplica quien utiliza la violencia. No es físicamente agresiva, pero su mente y
emociones están siempre activas, tratando constantemente de persuadir al
oponente de que está equivocado. 2) La resistencia no violenta no intenta
derrotar o humillar al oponente, sino conseguir su amistad y comprensión. La no
cooperación y el boicot son medios para despertar en el oponente un sentimiento
de vergüenza moral. Su finalidad es la redención y la reconciliación. 3) El
ataque es dirigido contra las fuerzas del mal, y no contra las personas que se
encuentran dominadas por estas fuerzas. La tensión no es entre la gente blanca
y la gente negra, sino entre la justicia y la injusticia. 4) La resistencia no
violenta evita no sólo la violencia física externa sino también la violencia
interna del espíritu. En su centro está el principio del amor. La lucha por la
dignidad humana no puede permitirse caer en la amargura o en el odio.
Rachel Corrie (1979-2003) Pacifista de EEUU,
miembro del movimiento de “escudos humanos”, murió aplastada por una topadora
en la franja de Gaza, Palestina, resistiendo a la destrucción de las viviendas
y pozos de agua de los palestinos por el ejército de Israel.
Compilación: Gustavo Macayo
Fuentes: “Desobediencia Civil y otras propuestas” – Miguel Grinberg – Ed.
Longseller.
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