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martes, 12 de febrero de 2019

EDUCACIÓN INTENTA RESPONSABILIZAR A LA JUSTICIA POR LAS OBRAS QUE NUNCA HIZO EN TIEMPO Y FORMA Y QUE HOY IMPLICAN EL NO INICIO DE CLASES EN AL MENOS UNA ESCUELA RURAL

El Bolsón (EPTV).-La Escuela 103 "Costa del Río Azul", ubicada en la zona rurla de Mallín Ahogado, y de la que participan muchas de las familias que forman parte de la Asamblea en Defensa del Agua y la Tierra, es blanco una vez más de la mal intencionada desidia del gobierno provincial. Si bien es un año eleccionario y se preven muchas obras para intentar borrar de las memorias la falta de respuestas continuas en los barrios y a la población en general, pareciera un vicio difícil de evitar las malas administraciones, por no decir malversación de fondos en las obras públicas.
Hace cuatro años, la comunidad educativa de esa escuela rural, se organizó y movilizó en torno al reclamo de cuestiones edilicias graves que tenía la escuela, que aunque rural, alberga a más de docientos niños y niñas. A finales del 2018, el Ministeriode Educación, decidió suspender las clases tres semanas antes del fin de ciclo, con la excusa de la inminencia de hacer las obras. Esto generó un sinnúmero de problemas, que fueron resueltos con mucho trabajo por parte de los y las docentes, y la buena comprensión de las familias. En el inicio de clases que debía darse este lunes 11 de febrero, las familias se encontraron con una escuela sin puertas, sin cocina, sin el salón de usos múltiples, y con lonas que debían separar a trabajadores de la construcción de estudiantes, volando y con riesgo de lastimar a estudiantes. Entre otras tanstas cosas, la escuela debía entrar por un pasillo de no más de dos metros de ancho, y saltando un charco sucio que chorrea desde una tapa de cemento en el piso de tierra y que aunque digan que es un desborde de un mallín, se ve agua marrón oscura, y con mal olor. Tras la suspención de clases o No Inicio dictado por las supervisoras de ambos niveles, las familias fueron a la delegación local a plantear la necesidad de que las obras se realizaran con urgencia, y que si había un plazo legal de finalización de obras para el 3 de marzo, que se aprovechara que no iba a haber clases para apurar los tiempos, posibilitando que la empresa trabaje durante todo el día y no sólo en horario extraescolar. Se suponía que debían empezar sin servicio de comedor, que aunque es una escuela de simple turno, tiene la realidad de niños y niñas que salen muy temprano caminando desde sus casas, toman el transporte escolar en el que pasan a veces hasta una hora de viaje, y luego la jornada de cuatro horas. Para esto, la delegada Patricia Campos había previsto reforzar la merienda con yogurt dos veces por semana, y lñeche fría con fruta el resto de la semana. Al preguntarle dónde se lavaría y guardaría la vajilla, respondío que se había instalado un lababo en una galería afuera, pero su desagüe va a parar al patio en el que juegan los y las niñas, aparte de no contemplar que una galería abierta está lejos de ser las condiciones adecuadas para higienizar con agua fría unicamente la vajilla de tantos niños y niñas. Por otro lado, las familias también hicieron notar que las obras no eran las que se habían solicitado en el amparo, ya que se cambiaron dos techos que no tenían problemas de goteras ni nada, y en los que las chapas que se colocaron son de mucho menor espesor que el que había, mientras que el techo que tiene goteras, no fue cambiado. Cuando se le preguntó quién había hecho el pliego de trabajos a realizar, dijo que eran obras que había ordenado la justicia, y que ella no tenía ninguna injerencia. Algo similar dijo cuando se le preguntó por qué esa escuela rural no contaba con un maestro de huerta, como antes, agregando que esas cuestiones pedagógicas no eran de su gestión, y mientras lo decía, parecía darse cuenta que estaba diciendo una barbaridad e intentó corregir que algunas sí, otras no.
Finalmente, la delegada se comprometió a hacer los planteos a sus superiores, y a realizar obras de cambio de techos con goteras, aunque no quedó escrito, su palabra fue dada frente a una cincuentena de familias que se agruparon en la Delegación de Educación de El Bolsón.