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jueves, 28 de junio de 2018

EDITORIAL: "POR UNA DECISIÓN REAL, BASTA DE BINARISMO"

El Bolsón (ANPP).-Editorial de la Agrupación Rojinegra:

"POR UNA DECISIÓN REAL, BASTA DE BINARISMO"

En 1592 España lanza una conquista hacia el continente Americano, no con el objetivo de enriquecerse culturalmente, ni de ampliar su población. Lo hace con el único fin de enriquecerse con lo que otros generaran para su reino. Para esto, impusieron una conquista asesina, torturadora y saqueadora.
En 1806 y 1807 Inglaterra intentó invadir dos veces el Virreinato del Río de la Plata. No logró la dominación militar y política gracias al rechazo ejercido por el pueblo organizado. Pero esto no hizo desistir de sus intereses a los británicos. Lo que les interesaba era sólo la cuestión económica. Por eso, cambiaron su plan, y se propusieron otro tipo de dominación, que combinaba las ideas republicanas que se ponían de moda en Europa por esos tiempos y la “independencia” para poder comerciar con quienes quisiéramos. Estaba claro que quienes estaban en poder de comerciar en ese momento, era principalmente Inglaterra que estaba desarrollando el proceso de Revolución industrial y por lo cual le faltaban dos cosas: materia prima, y mercado donde vender los productos manufacturados con la plusvalía que los enriquecería.
Así fue que apoyaron todos los procesos de independización de América.
Mucho tiempo después, y ya bastante saqueados, varias veces intentaron y lograron imponer sobre las tierras del Río de la Plata y su pueblo, políticas de comercio desfavorables, y ya no sólo los ingleses y los españoles, sino también los estadounidenses, y otras potencias mundiales sedientas de lo mismo: materia prima y mercado donde colocar sus productos.
Siempre, en todos los casos, hizo falta un gobierno entregador, que habilitara desde adentro una política tan desfavorable y poco prometedora.
Sin embargo, ya por el 1800 había quienes no entendían que la independencia de España tuviera que ver con la dependencia de Inglaterra u otra nación, y que por ello proponían una Patria Grande, un espacio latinoamericano que se desarrollara en conjunto, asegurando lo que se tenía, y un desarrollo igualitario, en el que además, se contemplara una construcción con los pueblos originarios como principales actores de esta construcción. Bolívar, Artigas, entre otros tantos, buscaban una patria común, un espacio de desarrollo basado en el saber que ya poseían los pueblos originarios y la verdadera independencia de las potencias europeas.
Luego, también varios años más tarde, en una cumbre en Mar del Plata, se mandó “al carajo al ALCA”, un tratado que volvería a ponernos de rodillas a toda América Latina frente a un Estados Unidos en bancarrota, porque su sistema económico NO FUNCIONA.
Un sistema económico que requiere de “eventos” (nuestro presidente le llamaría “pasan cosas”) que reactiven lo que de por sí no funciona. Se trata de un sistema financiero, en el que los bancos inventan dinero, dinero que no existe, y se lo dan a los poderosos. Ese dinero, les trae un problema, y es que si bien en el mismo momento en que lo reciben, les permite adquirir muchas cosas, luego es el mismo dinero el que los derrumba, porque hace que nada tenga valor, y que la población en general llegue a un extremo de hambre y miseria que le permite recordar que está siendo brutalmente explotada y que lo único que consigue es apenas subsistir.
Estos “eventos” o “cosas que pasan”, son movimientos financieros que trasladan el desastre de un país a otro. Es decir, es sólo un retardador de la bomba que sigue juntando presión para explotar.
Lo que realmente soluciona sus problemas, al menos en forma temporal, pero de manera genuina, es decir, que reactiva nuevamente las economías y desata una nueva bocanada de aire fresco (pero mórbido) para el capitalismo, son las guerras. Con la destrucción de ciudades, hospitales, escuelas, etc, sobreviene la necesidad de reconstrucción y por tanto los préstamos millonarios a esos Estados, que además de destruidos físicamente, ahora también lo estarán económicamente.
No es alocado pensar, entonces, que nuestro presidente, con la cara de inepto que tiene, entre otras cosas haya optado por sumirse en un préstamo “pacífico”, “consentido”, para evitar una tragedia militar. Claro que podría haberse evitado ambas formas, porque ¿quién dice que sólo existen esas dos formas? O ¿es que nosotrxs adherimos todxs a este sistema que requiere de muertes y tortura para subsistir?
Salir del pensamiento binario es fundamental para poder pensar nuevos caminos, nuevas formas de relacionarnos, nuevas formas de construirnos. Y claro, ¿quién dijo que eso es sencillo? Nadie lo dice, porque no lo es, ya que este tipo de desarrollo implica participar, discutir, debatir, construir e inventar nuevas formas. Pero acaso, ¿no se trata de eso vivir?
Salir de las opciones dadas, en todos los aspectos, revolucionarnos, deconstruirnos para volver a construirnos de otra maneras. Una necesidad que no podemos imponer ni imponernos de un día al otro, un cambio que requiere de un proceso que empieza en cada unx, en cada cuerpo, en cada relación, y en cada economía. Un desafío que da sentido al vivir, un verdadero sentido y no el de un auto, una casa y una familia. Un sentido que nos desafía en todas nuestras capacidades…
Por eso, a quienes luchamos, debiéramos ver que nuestro objetivo no es la denuncia ni el estar en contra de, sino poder pensar cuál es nuestro sistema, cómo queremos que sea, y en todo caso, la denuncia y el estar en contra de, sólo como un entorpecimiento de eso que buscamos. En comunicación popular, a esto le llamamos, tener agenda propia.