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lunes, 7 de noviembre de 2016

EDITORIAL DE LA AGRUPACIÓN ROJINEGRA: "NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL"

El Bolsón (ANPP).-NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL


"¿Cuánta miseria puede aguantar Francia recibiendo a inmigrantes pobres? Yo me hago la misma pregunta en Argentina".(M A. Pichetto)


Para comenzar, Pichetto muestra lo que es (y siempre fue), ahora que es políticamente correcto ser un poco más facho y no queda mal mostrar en los medios su verdadero pensamiento.

Este reciente candidato a gobernador por la provincia de Río Negro -al que le fue bastante mal en las elecciones- hizo estas declaraciones xenófobas hace unos pocos días en un canal de televisión de Buenos Aires, relacionando además a los inmigrantes y al narcotráfico.
Sumemos a esto los informes de programas miserables como el de Lanata en donde se presentaron informes (con datos poco fiables) que hablaban de la enorme cantidad de colombianos estudiando en las universidades públicas, y de los paraguayos que llenan los hospitales de CABA.
Hace unos meses nomás, también se anunció desde el gobierno, el proyecto de construir en territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), una cárcel para migrantes “indocumentados” o con sus DNI en trámite.
Nos preguntamos a qué viene esta necesidad de poner en la agenda de los medios hegemónicos este tema. Por un lado, hay que saber que la inmigración, no ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas, sino que se ha mantenido, representando un 5% de la población. Es decir, no es que en los últimos años haya crecido la inmigración latinoamericana, en todo caso, se mantiene un flujo de gente migrante, que realiza ciertos recorridos, que implican el paso por una y otra frontera. Aquí en el Sur, lo vivimos en relación a Chile y Argentina, y a los movimientos de familias por trabajos diversos como cosechas, a un lado y otro de la frontera.
La xenofobia de Pichetto, seguramente espejo de un lamentablemente importante sector de la sociedad, se alimenta de prejuicios y mentiras construidos históricamente en nuestro país. Prejuicios, que en realidad están fundados en la misma constitución del estado nacional argentino, que siempre consideró a la europea y blanca como la inmigración deseable. Europea y blanca, siempre y cuando no represente a los sectores organizados de los trabajadores, como fueron a principio de siglo pasado los anarquistas y los socialistas, ya que a estos los deportaban (Ley de Residencia y otras del estilo).
Este país, o la oligarquía de este país en su momento y ahora el gobierno de los empresarios y ceos, que se jacta de ser abiertos a la llegada de inmigrantes (siempre y cuando se hable de blancos y europeos), despreció y desprecia a lxs hermanxs latinoamericanxs, como así también a los pueblos originarios de toda latinoamérica y ancestros de estos inmigrantes latinoamericanos que son discriminados y ahora considerados ilegales por el gobierno de Macri. Estos pueblos, son pre-existentes a las fronteras establecidas por los Estados, que mucho antes eran transitadas libremente por las diferentes necesidades de subsistencia económica o de agrupamiento de linajes, etc.
Por otro lado, el demonizar a los y las inmigrantes latinoamericanos/as, así como creer que gracias a ellos/as tenemos menos trabajo, o menos posibilidad de acceder a la salud y educación, es una gran falacia, quizá creada (o vuelta a remontar, ya que este es un pensamiento clásico de la derecha), para justificar de alguna manera los recortes que se están haciendo y se van a seguir haciendo, a los derechos básicos de la población en la salud, educación y trabajo.
Los y las latinoamericanas/os, somos nosostros/as mismas/os, no son el enemigo ni son el extranjero. Reconocerse como parte de esta Patria Grande, es entender eso, reconocernos como hermanos y hermanas de un gran territorio históricamente avasallado y exterminado por la mirada eurocéntrica y hegemonicista. Desarmar ese pensamiento, es parte también de la batalla que nos toca. Y para hacerlo, debemos fijar nuestra mirada en la capacidad de construcción que tiene nuestro campo popular latinoamericano. Fijar nuestra agenda en los movimientos como el de los Sin Tierra de Brasil, organizaciones como el Encuantro Nacional de Mujeres en Argentina, y tantos otros que certifican que somos capaces de desarrollar organización y transformación inclusiva, revolucionaria y transformadora de este sistema patriarcal, capitalista de derecha. Será tal vez la hora de empezar a pensar en movimientos latinoamericanos, que traspasen las fronteras que nos han impuesto, no como una respuesta a la sarta de discursos mal nacidos de la clase política que nos toca, sino como la construcción de un futuro que queremos y nos merecemos.