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martes, 12 de febrero de 2013

CONTRATIEMPOS EN MALARGÜE


Argentina (Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales).- A finales de enero, el día 24, Vale SA publica una declaración que aclara que el proyecto Río Colorado no ha sido cancelado, y comunica que ha ordenado extender el período de descanso de su personal mientras evalúa cambios económicos en el emprendimiento situado en el municipio de Malargüe, en el extremo sur de la provincia de Mendoza. Al día siguiente, el director de Minería mendocino promulga la Resolución 13/13 que emplaza a la compañía para que presente una actualización del programa de operaciones originariamente previstas en el yacimiento.

Entrevista con Sergio Onofrio (52), miembro de la Asamblea Popular por el Agua del Gran Mendoza (1)

Op.—El 1 de febrero, la asamblea señaló que, no por casualidad, a principios de 2012 Greenpeace eligió a Vale la empresa con mayor desprecio por el medioambiente. Sin embargo, un año después de que le fuera concedida tal distinción, el 23 de enero, Vale anunció que una consultora especializada la incluyó en una lista que la ubica entre las cincuenta compañías más sostenibles del mundo, con planes de inversión en iniciativas socioambientales que para este año se cifran en cerca de 1600 millones de dólares.

Onofrio.—Seguramente van a poner plata, pero lo vemos como una pantalla para justificar los desastres que hacen. Doy un ejemplo: a fines del año pasado, Vale se presentó en la Universidad Nacional de Cuyo para contar lo que estaban haciendo; omitieron decir la gran cantidad de gas que van a utilizar y de dónde lo van a sacar, y omitieron hablar de la pila de sal que genera el emprendimiento, que sería la más grande del mundo.

Op.—Al mismo tiempo, denunciaron que aún no queda claro cuántos trabajadores se desempeñan en Río Colorado —cuya producción anual se estima en 4.3 millones de toneladas de cloruro de potasio—. La Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) informó que los trabajadores suman más de 4000 hombres —para el Gobierno provincial unas 4500 familias directa o indirectamente relacionadas con el proyecto— que necesitan saber cuándo se reiniciarán las actividades en Malargüe, para las que se destinarán en 2013, según comunicó Vale el 3 diciembre del año anterior, 611 millones de dólares.


Onofrio.—Hablan de una cantidad de personas que ni siquiera Río Tinto mencionaba cuando presentó su estudio en 2009: a lo sumo, hablaban de 700–1000 personas. Nunca hablaron de 4500. Igualmente, aunque sean 1000, son muchos trabajadores. Muchos de ellos tenían trabajo y lo dejaron para pasar a otro mejor pago que va a durarles uno o dos años, más no. Ahora están en el sur y tienen incertidumbre sobre qué va a pasar con su trabajo. Vale dice que los números no le cierran; no es una improvisación. Solamente se está aprovechando para obtener más beneficios del Estado. Por esto fue elegida la peor minera del mundo: no solamente por contaminar, sino por como negocia con el Estado con el poder que tiene.

Op.—Al cumplirse el plazo de cinco días impuesto a Vale, el 4 de febrero, el gobernador de la provincia, Francisco Pérez, se reunió en Buenos Aires con el máximo ejecutivo de Vale, Murilo Ferreira, acompañado por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y el secretario de Minería, Jorge Mayoral. Con el cronograma de obras perturbado, la empresa solicitó una prórroga hasta el 28 de febrero para presentar un nuevo calendario de ejecución para Río Colorado: el acuerdo se alcanzó con la condición que los salarios de todo el personal se sigan pagando.

Onofrio.—Es una maraña de empresas; nosotros no sabemos con certeza quiénes y cuántas son, aunque hubo denuncias de contratistas que dicen que no les han pagado. Seguramente todos los trabajadores directos de Vale siguen cobrando normalmente, pero ¿cuántos son realmente? La gran mayoría son tercerizados.

Op.—Luego del encuentro, llevado a cabo en la Embajada del Brasil, el gobernador depositó ante la prensa su plena confianza en que el emprendimiento —que en el plan inicial debía ponerse en marcha durante la segunda mitad de 2014— seguirá adelante independientemente de la decisión que Vale tome en el futuro, a consecuencia de que en los costos de la obra ferroviaria —la renovación de una línea de 440 km y la construcción de un ramal de 350 km, entre el yacimiento y el puerto de Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires— ésta ha encontrado las mayores dificultades para avanzar. Al respecto, la asamblea calificó como una improvisación la idea de utilizar una vía férrea alternativa sugerida por el Gobierno.

Onofrio.—Las empresas imponen condiciones y los Gobiernos se mueren por ofrecerles algo mejor. Es impresionante la capacidad de negociación que tienen con los Estados. Esto tiene que ver con el saqueo y con la contaminación, no solamente ambiental, sino también política. En el acta acuerdo que se firmó dos años atrás, entre el anterior gobernador y Vale, ésta le dona la pila de sal a la provincia. Si en algún momento se llega a contaminar una napa de agua subterránea, no se le va a poder echar la culpa a la empresa, y la responsable va a ser la provincia.

Op.—Pérez envió un mensaje de alerta al confirmar que no solo Malargüe, sino también todo el sur y el resto de la provincia de Mendoza se hallan en una situación muy delicada. Para complicar aún más el panorama, el 2 febrero aparecieron en el diario Los Andes declaraciones del presidente de la Cámara de Servicios Mineros de Mendoza (Casemmza), Carlos Ferrer, en las que advierte que algunas empresas quieren reunir equipos y maquinaria en las calles durante la Fiesta Nacional de la Vendimia, cuyo acto central tendrá lugar el 2 de marzo, fecha en la que las asambleas también esperan en la capital una respuesta de manifestantes contra la minería de gran envergadura.

Onofrio.—Si se quieren manifestar por trabajo, nos parece bien siempre que lo hagan en paz. Hace ya muchos años que durante la Fiesta de la Vendimia nos manifestamos en defensa del agua, de la tierra y del trabajo genuino: el año pasado se movilizaron 10 000 personas. No nos olvidemos que hace tres años, cuando fuimos a denunciar que Vale iba a gastar la misma cantidad de gas que consume diariamente toda Mendoza, la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) nos mandó a la patota y tres compañeros terminaron en el hospital. Obviamente, una cosa son las patotas y otra los trabajadores. Pero estas empresas utilizan las patotas para no tener que mandar a la Policía a que nos reprima. Ellos van a reclamarle a Vale y nosotros también; en eso podemos tener acuerdos. En la salida, tal vez no.

[1] Conversación telefónica. Realizada el 9 de febrero.