Al igual que el gobierno de Chubut, el partido gobernante en Río Negro hizo leña del árbol caído al tomar como uno de sus argumentos la grave situación socio-económica que padece la región central de la provincia a causa de las cenizas del volcán Puyehue.
La minería con cianuro, así, vendría a dar la única posibilidad de "desarrollo" para, por ejemplo, los castigados habitantes de la Línea Sur, como si un mal pudiera ser curado con otro mal.
Los legisladores oficialistas, a tono con el rubro tratado, demostraron tener verdaderas caras de piedra al esgrimir que la ley anticianuro era "discriminatoria, al prohibir el uso de insumos que están permitidos en otras actividades".
Para completar la farsa, se creó el Consejo de Evaluación Ambiental Minera que supuestamente funcionará "con participación de los actores comunitarios".
Un futuro complicado se avecina para el pueblo rionegrino. Un futuro que puede ser de muerte y devastación, como ya ha ocurrido en otros puntos del planeta en donde la minería contaminante logró apoyar sus pies.
La esperanza, una vez más, no está en las urnas sino en la conciencia y las calles.
Fuentes: Infosao y Página 12.
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